El limbo legal de los vapeadores: regalos de comunión y con forma de Bob Esponja

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

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Cigarrillos electrónicos de diferentes colores y sabores en un establecimiento de Carballo
Cigarrillos electrónicos de diferentes colores y sabores en un establecimiento de Carballo Ana García

Los grupos antitabaco piden frenar este «veneno disfrazado de chupachups»

11 jun 2023 . Actualizado a las 21:04 h.

El vídeo en el que una niña de 10 años con el vestido de la comunión todavía puesto va sacando regalos de una caja y son todo cartuchos de colores y sabores para un cigarrillo electrónico, que se hizo viral el pasado mes de abril, le ha servido de base a las organizaciones antitabaco para evidenciar el descontrol que existe con los vapeadores. La familia se excusó en que era «una broma» para esconderle el verdadero regalo, un móvil de 1.500 euros, pero el vicepresidente de Nofumadores.org, Ubaldo Cuadrado, cree que este caso «muy extremo» pone sobre la mesa «el mayor desafío en la lucha contra el tabaco de los últimos 15 años».

«El presidente del CNPT y un locutor de radio acuñaron una palabra que es ciganiños y no puede resultar más acertada», opina Cuadrado, para quien estos productos, que calientan el tabaco en lugar de quemarlo o que vaporizan un líquido con o sin nicotina, no son más que una estrategia de la industria para garantizarse «su próxima generación de adictos».

Ese presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, Andrés Zamorano, considera «un auténtico escándalo» que se estén vendiendo estos productos «con forma de Bob Esponja» en cualquier sitio: «bazares, gasolineras..., en el supermercado junto a las pilas y los chicles, o en las casetas de tiro de las ferias de los pueblos», tal como le constató a él un amigo en Toledo con imágenes del dispositivo que enciende una luz al aspirar y que se utiliza como premio igual que un peluche.

Zamorano cree que «esto está descontrolado» y lo compara con «una gasolinera en la que se vendiesen pistolas», porque entonces «la Guardia Civil sí iría rápidamente». Es más, pone el ejemplo de su propia consulta. «Yo a los chavales de 14 años que les hago reconocimiento, como vienen con la madre normalmente, no les vas a preguntar si fuman. Les preguntas: ‘¿Oye, en tu clase hay gente que fume'?. Te dicen: ‘sí, hay algunos y tal'. Pero si les preguntas: ‘¿Y vapear? La respuesta es: ‘Buff, sí, casi todos'. Así está el panorama», detalla el especialista, que advierte del riesgo de permitirle el vapeo a niños de 9-10 años porque «como es sin nicotina no pasa nada» porque está convencido de que «en cuanto tengan 14 irán a por la nicotina». Lo considera un asunto clave porque «los que no fuman antes de los 18 años después es muy complicado que empiecen.

El neumólogo Carlos Rábade advierte de que «estamos introduciendo nicotina a adolescentes» porque amparados en «esa falsa inocuidad» se está normalizando el vapeo en niños de 10/12 años cuando «muchos de esos productos incorporan nicotina». Aunque no la llevasen, Rábade incide en que la práctica en sí «activa toda la zona de recompensa» del cerebro, con lo que incrementa mucho las posibilidades de que ese adolescente acabe siendo «adicto al tabaco y a otras drogas».

«Vapear es fumar»

Ubaldo Cuadrado explica que todo lo que está ocurriendo en España con el vapeo ya se vivió antes en Estados Unidos, por lo que urge tomar medidas drásticas como en Australia, donde directamente está prohibido el uso recreativo de cigarrillos electrónicos, ya que a su juicio «vapear es fumar». Cuenta que en Norteamérica se empezó vendiendo como un sistema para dejar de fumar —algo que se demostró inútil— y acabó en «una epidemia de vapeo». El fabricante Juul aceptó pagar 440 millones de dólares por promocionar sus cigarrillos electrónicos entre los adolescentes mediante fiestas, regalos y campañas publicitarias. Pero la realidad es que en Estados Unidos fuman solo el 2 % de los jóvenes entre 14 y 18 años, pero vapean entre el 15 y el 20 %. Por eso el vicepresidente de Nofumadores.org cree que la estrategia española y europea «es completamente equivocada» porque esto no se va a solucionar con «prohibir el saber a sandía». Cita estudios que dicen que el vapeo incrementa un 300 % el riesgo de esos adolescentes acaben fumando y advierte que estos productos están por todas partes, «incluso en las máquinas de vending».

Una disponibilidad que constata el presidente de los estanqueros de Lugo, José Manuel Cancela, que califica de «veneno disfrazado de chupachups» este producto cuando se destina a niños. Explica que en su sector trabajan con un «mercado regulado que funciona», pero sacar los productos del tabaco del control profesional que ellos ejercen multiplica los riesgos. Cree que fuera de los estancos «el 90 % incumplen la ley y ni siquiera lo saben» porque desconocen si los productos que están vendiendo llevan nicotina o no. Tampoco los consumidores parecen especialmente informados. «Eso lo ve yo aquí, que la gente te pide ‘de plátano', por ejemplo. Y les preguntas con o sin nicotina y te dicen que eso les da igual. ¿Cómo que te da igual? Si eso es lo más importante», concluye.

Los cigarrillos electrónicos de un solo uso quedarán prohibidos en Nueva Zelanda 

El Gobierno de Nueva Zelanda anunció ayer nuevas restricciones al acceso a vapeadores con la mirada puesta en los jóvenes, ante el aumento de su popularidad entre los menores de edad.

«Demasiados jóvenes están vapeando, por eso estamos tomando una serie de medidas para evitar que eso suceda», indicó en un comunicado la ministra de Salud, Ayesha Verrall.

A partir de agosto, el país oceánico prohibirá los vapeadores de un solo uso, más «baratos» y «populares» entre los jóvenes, e impondrá nombres genéricos que describan «con precisión» los sabores del producto, vetando nombres «atractivos» como, por ejemplo, «algodón de azúcar» o «dónut de gelatina de fresa».

Además, las tiendas de venta de vapeadores y sus derivados no podrán ubicarse a menos de 300 metros de una escuela, según las nuevas restricciones anunciadas hoy, que se suman a la prohibición de su venta a menores de 18 años, entre otras medidas.

«Reconocemos que debemos lograr un equilibrio entre evitar que los jóvenes comiencen a vapear y, al mismo tiempo, tener vapeadores disponibles como una herramienta para aquellas personas que quieren dejar de fumar», apuntó la ministra, subrayando el avance para reducir el consumo realizado en la última década.

En los últimos años, el gobierno neozelandés ha impulsado varias medidas para limitar el uso de tabaco, entre ellas una ley aprobada en diciembre del 2022 que prohíbe de manera progresiva la venta de tabaco a partir del 2027, lo que convertirá al país en el segundo en ilegalizar este producto después de Bután. Esta norma establece que los nacidos a partir del 1 de enero del 2009, comenzando por los que este año tienen 14 años y cumplen 18 en el 2027, no podrán comprar nunca tabaco legalmente en el país.