Al contrario que Casado, Feijoo ha logrado una convivencia pacífica con Díaz Ayuso
30 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Hace poco más de un año, el PP era un formación en llamas con el desalojo de Pablo Casado del liderazgo del partido. Una fuerza política dividida y centrada en sus problemas internos frente a la que Pedro Sánchez gobernaba cómodamente sin apenas oposición. Nada hacía presagiar que un año después el PP no solo se recompondría internamente, sino que sería capaz de arrollar a los socialistas en las elecciones municipales y autonómicas, hasta el punto de arrebatar a los socialistas feudos como la Comunidad Valenciana, considerada la joya de la corona en estos comicios autonómicos, o desbancar del Gobierno regional en Extremadura al socialista Guillermo Fernández Vara.
Con Pablo Casado acusando a la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso de haberse aprovechado de la crisis del covid para que su hermano se beneficiara ilícitamente de contratos con la Administración, el PP parecía camino del suicidio político. Pero la defenestración de Casado, la llegada de Alberto Núñez Feijoo al liderazgo del partido y la mayoría absoluta lograda en Andalucía por Juan Manuel Moreno, uno de los puntales para que Feijoo ascendiera al liderazgo del PP, convirtió en pocos meses al partido en una formación ganadora, tal y como atestiguaban todas las encuestas publicadas tras la llegada a Madrid del expresidente de la Xunta, con la excepción habitual del CIS del socialista José Félix Tezanos.
El PP llega ahora a las elecciones generales del 23 de julio en uno de sus mejores momentos, con la inercia que supone el haberse impuesto en las autonómicas y municipales tiñendo de azul el mapa de España con muy pocas excepciones, como Asturias y Castilla-La Mancha, en donde el socialista García-Page ha logrado resistir gracias precisamente a su oposición a los pactos de Sánchez con los independentistas catalanes y vascos.
Feijoo ha saldado con éxito el principal reto que le aguardaba a su llegada, que era convivir políticamente con la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, con un discurso mucho más radical que el del propio Feijoo y casi cercano al de Vox, partido con el que Feijoo ha evitado cualquier choque en estos meses.
Al contrario que Casado, el líder del PP ha logrado una convivencia pacífica con Díaz Ayuso y ha sabido aprovechar su espectacular triunfo en Madrid para relanzar a todo el partido de cara a las generales ahora adelantadas.Los populares llegan también a estos comicios con unos resultados inéditos en Andalucía, uno de los territorios que más escaños aportan en las generales. La piedra en el zapato del PP sigue siendo, sin embargo, su baja representación en Cataluña y el País Vasco.