Alexis Tsipras, en la cuerda floja tras su derrota

Ricard G. Samaranch ESTAMBUL / E. LA VOZ

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Alexis Tsipras, en un mitin en Atenas durante la campaña electoral.
Alexis Tsipras, en un mitin en Atenas durante la campaña electoral. LOUIZA VRADI | REUTERS

El líder de Syriza no tira por ahora la toalla pese a perder quince diputados en las elecciones del domingo

23 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

A sus 48 años, la carrera política del ex primer ministro Alexis Tsipras podría hallarse en sus estertores después de una dolorosa e inesperada derrota. Aunque las encuestas le auguraban cerca de un 30 % de los apoyos y opciones de desbancar a Mitsotakis, la realidad que le depararon las urnas fue otra: tan solo un 20 % de los votos y 71 diputados, una sensible caída respecto a los 86 logrados en los comicios del 2019.

A pesar del golpe, Tsipras no tira la toalla y este lunes mostró una actitud desafiante de cara a la segunda vuelta. En un mensaje televisivo a los electores, les pidió el voto para «evitar la perspectiva de un primer ministro incontrolable». Con apenas un mes de margen antes de la segunda vuelta, en Syriza no se ha abierto un debate sobre la posibilidad de buscar un sustituto al que ha sido su carismático líder casi desde sus inicios. Ahora bien, si se repite el fiasco, la retirada de Tsipras podría ser inevitable.

Un hecho curioso es que los otros partidos de izquierda no se han visto beneficiados por la debacle de Syriza. Tanto el Pasok como el Partido Comunista solo mejoraron ligeramente sus resultados de cuatro años antes, y MeRA25, el partido de Yanis Varufakis, el rebelde ministro de Finanzas de Tsipras, ni tan siquiera entró en el Parlamento.

Así pues, parece que el atribulado Gobierno de Tsipras entre 2015 y 2019, que se acabó plegando a las exigencias de la troika y aplicó un duro programa de recortes del gasto público, ha lastrado no solo a su partido, sino a toda la izquierda.

Padre y víctima en el 2015 de los recortes ordenados por la troika 

A sus 40 años, Alexis Tsipras sacudió la política europea en el 2015 al imponerse en las elecciones griegas al frente de una nueva formación de la izquierda alternativa después de fagocitar al Pasok, el histórico partido socialista griego. En aquel momento, el país se encontraba en una profunda crisis de deuda que hizo temblar el proyecto del euro, y que sitúa a Atenas bajo la tutela de un directorio formado por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, la llamada troika.

A pesar de sus proclamas contra la austeridad aplicada por el Gobierno precedente, a Tsipras no le quedó otro remedio que acabar aplicando las amargas recetas de la troika basadas en una política de recortes. Ello desgastó su figura y acabó provocando su derrota en las urnas cuatro años después.

Los sectores más a la izquierda del panorama político griego, como el Partido Comunista, nunca le perdonaron su «traición», lo que dificulta su retorno al poder tras los comicios del domingo, ya que se niegan a formar un Gobierno de coalición con él.

Hijo de un acaudalado contratista de obras públicas, Tsipras empezó su militancia en el Partido Comunista, que abandonó para pasar a Synaspismos, una nueva formación de izquierdas.

Con fama de pragmático, con tan solo 33 años, Tsipras se convirtió en el líder de esta formación. En el 2009, ya en las listas de Syriza, fue elegido diputado en los comicios parlamentarios por primera vez. A pesar de su derrota electoral en el 2019, Tsipras se mantuvo como líder de Syriza, que goza de la condición de primer partido destacado de la oposición.