Una bebé salva la vida tras una cirugía cerebral única en el vientre de su madre
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Los médicos lograron reparar en el feto un vaso sanguíneo mal formado
07 may 2023 . Actualizado a las 17:37 h.Todo iba bien en el embarazo del cuarto hijo de Kenyatta Coleman. Las pruebas eran normales hasta que una ecografía realizada a las 30 semanas advirtió algo extraño. Su médico le expresó su preocupación. «Me dijo que algo no estaba bien en el cerebro del bebé y que su corazón se estaba agrandando», confesó a la CNN. Poco después llegó el diagnóstico. El bebé tenía una malformación de la vena de Galeno, una rara anomalía vascular congénita poco frecuente que afecta a uno de cada 25.000 recién nacidos.
Podía esperar a que el bebé recibiera tratamiento después de nacer, pero había un gran peligro. Podría ser demasiado tarde. Fue entonces cuando Kenyatta como su marido Dereck decidieron asumir el riesgo y acogerse a un ensayo clínico realizado por los hospitales Brigham and Women's y Boston Children's. La solución que le habían ofrecido era practicarle una cirugía cerebral al feto dentro del vientre materno. Estas intervenciones no son infrecuentes, pero nunca se había realizado una para corregir un Aneurisma de la Vena de Galeno, su nombre oficial.
El pasado 15 de marzo, un mes después de que la ecografía detectase la malformación, Kenyatta fue intervenida quirúrgicamente en un caso único que ahora acaba de publicarse en la revista médica Stroke. Denver Coleman, el recién nacido, nació el 17 de marzo con un peso de casi dos kilos, por debajo de lo normal, pero suficiente. Mostró signos de mejoría de inmediato y las pruebas revelaron una disminución de la presión arterial en áreas clave. La malformación cerebral se había reparado y el bebé se había salvado en lo que ha supuesto un nuevo hito para la medicina y la ciencia.
«La escuché llorar por primera vez y, simplemente, yo ni siquiera puedo expresar con palabras cómo me sentí en ese momento», recuerda la madre.
«Nos entusiasmó ver que el deterioro agresivo que suele observarse tras el nacimiento simplemente no aparecía», explico Darren Orbach, radiólogo neurointensivista del hospital infantil de Boston y de la Facultad de Medicina de Harvard. Pasadas siete semanas del parto, el bebé evoluciona bien, no toma medicación, aumenta de peso y come con normalidad. En su cerebro no se muestran alteraciones.
En el momento de la intervención, el feto tenía 34 semanas y 2 días de gestación. Los cirujanos que llevaron a cabo el procedimiento cortaron el útero, luego el cráneo del bebé y, finalmente, con una fina aguja con un catéter guiada por ultrasonidos, similar a la utilizada para la amniocentesis, lograron ralentizar el flujo de sangre y reducir la presión cerebral. Pero antes fue necesario asegurarse de que el feto estuviera en la posición correcta, con la cabeza hacia la pared abdominal de la madre. Una vez que se alcanzó la postura óptima, «recibió una pequeña inyección de medicamento para que no se moviera y otra para aliviar el dolor», según explicó la doctora Louise Wilkins-Haug, directora de la división de Medicina Materno Fetal del Brigham and Women's Hospital.
Según los especialistas, la malformación, rara y compleja que presentaba Denver Coleman se produce cuando el vaso sanguíneo que transporta la sangre del cerebro al corazón, también conocido como vena de Galeno, no se desarrolla correctamente, lo que da como resultado una mayor cantidad de sangre que estresa las venas y el corazón y puede conducir a una gran variedad de problemas de salud. «Con el tiempo, la vena se hincha como un globo», describe el doctor Orbach, lo que compromete la supervivencia. Pero Denver llegó a tiempo de salvarse.