La protesta contra Macron y la violencia capitalizan el Día del Trabajo en Francia

La Voz AGENCIAS

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Un sindicato rompe la unidad al prestarse a reunirse con el Gobierno, aparcando el tema de las pensiones

02 may 2023 . Actualizado a las 10:45 h.

Los sindicatos franceses sacaron a la calle este lunes a cientos de miles de personas con ocasión del Día del Trabajo, en una nueva prueba de fuerza, quizás la última, contra la reforma de las pensiones, la decimotercera desde comienzos de enero. Los líderes sindicales volvieron a desfilar juntos (algo que no ocurría en un Primero de Mayo desde hace 14 años) y se apresuraron a calificar de «histórica» la movilización por superar las concentraciones en las misma fecha en el 2002 y en el 2009. Pero su propia contabilidad deja ver que solo es el segundo día con mayor participación desde el inicio de las protestas contra la reforma de las pensiones el 19 de enero: 2,3 millones de manifestantes en todo el país (550.000 en París). El Ministerio del Interior rebaja la cifra a 782.000 manifestantes en todo el país y 112.000 en la capital, informa Efe. El agotamiento de los franceses parece claro

Aunque las marcha se desarrollaron sin incidentes en la inmensa mayoría de los 300 que se habían organizado por todo el país, se produjeron altercados en Nantes, Lyon, Toulouse y, sobre todo, en París. En la capital, las escaramuzas fueron constantes entre las fuerzas del orden y grupos radicales, que reventaron escaparates y vitrinas de comercios o entidades financieras y quemaron contenedores y todo tipo de mobiliario urbano.

La policía replicó con cargas, gases lacrimógenos y el uso al final de la marcha de camiones con cañones de agua a presión para dispersar a los alborotadores y también para extinguir un incendio en los bajos de un edificio en la plaza de la Nación.

Uno de sus agentes resultó herido de gravedad por las quemaduras causadas por el impacto de un cóctel incendiario. En total 108 policías resultaron heridos. El número de detenidos ascendía a 291 detenciones. El Ministerio del Interior movilizó a 12.000 policías y gendarmes, de los que 5.000 estuvieron en París. Varios prefectos dieron luz verde al uso de drones para supervisar los desfiles, una cuestión que dio lugar a recursos judiciales.

Antes de que empezara la marcha de París, el secretario general de la CFDT (primer sindicato del país), Laurent Berger, había reiterado su condena de «cualquier forma de violencia contra los bienes y las personas», al tiempo que pedía que esa no fuera la cuestión que centrara la atención. 

Cita con el Gobierno

Porque el objetivo de las centrales era, sobre todo, reiterar su rechazo a la reforma de las pensiones, que retrasará la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años, que ha conseguido mantenerles unidos. Una unidad que puede empezar a fisurarse, una vez que Berger ha dicho que acudirá a la cita que espera que lance en los próximos días la primera ministra, Élisabeth Borne, para discutir de otros temas, en un intento por el Gobierno de pasar página de una crisis que le ha sumido en una inquietante parálisis.

La secretaria general de la CGT (segunda central del país), Sophie Binet, aunque coincidió con Berger en la urgencia de abordar la revalorización de los salarios, que están perdiendo poder adquisitivo por la inflación, se mostró menos dispuesta a sentarse a discutir con el Ejecutivo aparcando el tema de las pensiones.