En el 2022 la inflación lo empujó al 14,1 % y este año volverá a batir récords
23 abr 2023 . Actualizado a las 11:00 h.Las consecuencias económicas de la pandemia, primero, y después el impacto de la guerra de Ucrania, que dispararon los precios a niveles desconocidos en décadas, hicieron aparcar al Gobierno su pretensión de acometer una reforma fiscal en profundidad para rebajar la brecha que, en materia de recaudación tributaria sobre PIB, separa a España de la Unión Europea. Según los datos de Eurostat, la ratio de ingresos en relación al PIB fue del 43,7 % en el 2021 en nuestro país, frente a casi el 47 % de la media europea, el 52,8 % de Francia o incluso el 45,3 % del vecino Portugal.
Sin embargo, pese a que solo se han adoptado medidas parciales (como el gravamen sobre las grandes fortunas o cambios en el impuesto sobre los beneficios empresariales), sin la reforma que afectará a las clases medias, el tipo efectivo medio del impuesto estrella del sistema tributario español, el IRPF, fue el año pasado el más elevado de la historia, rebasando el 14 %.
En concreto, escaló hasta el 14,1 % desde el también récord 13,5 % del año anterior. Y no se detendrá aquí. Lo previsible es que siga subiendo este año, según pronostica Francisco de la Torre, inspector de Hacienda y ex diputado de Ciudadanos, que acaba de publicar el libro Y esto, ¿quién lo paga? Economía para adultos (Debate, Penguin Random House) y que analiza el fenómeno en un estudio para Esade Ecpol, junto con el economista Carlos Victoria, titulado Los efectos de la inflación en el IRPF de las rentas medias-bajas y cómo amortiguarlos mejor.
La clave está en la inflación
Detrás de esta escalada del tipo efectivo medio está el rali protagonizado por la inflación, en un primer momento empujada por los precios de la energía y después agudizado por la invasión rusa de Ucrania, que disparó a doble dígito el IPC el pasado verano. Dado que el IRPF es un impuesto progresivo, la subida de salarios y pensiones —determinada por el IPC— provoca lo que se conoce como progresividad en frío o rémora fiscal. Es decir, que al haberse incrementado tributarán más en el IRPF (pueden saltar de tramo) sin que se haya producido una ganancia real de poder adquisitivo y, en el caso de los salarios, incluso haya ocurrido lo contrario, al subir menos que los precios, pese a tributar más.
En concreto, en el 2022 la subida media de los salarios por convenio colectivo fue del 2,78 %, mientras que el avance de los precios fue casi el triple: el 8,4 %, confirmando la doble penalización de los contribuyentes.
Esta situación podría haberse corregido si el Gobierno central hubiese deflactado el IRPF, algo a lo que el Ministerio de Hacienda rechazó, aunque sí lo hayan aprobado algunas comunidades autónomas, Galicia entre ellas.
También afecta a las pensiones
Pero el fenómeno afecta, además de a los salarios, a las pensiones, que sí han subido un 8,5 % este año, en línea con el IPC, por lo que, de no cambiar nada, el tipo efectivo medio del IRPF seguirá elevándose en este 2023, algo que hace —según los cálculos de De la Torre— ininterrumpidamente desde 1995. En el 2022 alcanzó el 9 % frente al 8,3 % del año anterior.
El experto pone como ejemplo a un contribuyente que gane 26.000 euros y al que se revalorice el 8,5 % la pensión para mantener su capacidad adquisitiva este año. «Antes pagaba una cuota líquida de 3.910,40 euros, soportando un tipo efectivo del 15,04 %. Ahora pasaría a pagar 4.572,91, soportando un tipo efectivo del 16,21 %», señala el documento, incidiendo en que, de no haber habido progresividad en frío, el contribuyente seguiría pagando el 15,04 %, puesto que el aumento de sus ingresos solo compensan la inflación y no le suponen una mejora real de renta. Sin embargo, al no deflactarse el IRPF, la factura fiscal para el pensionista sube un 1,07 %, equivalente a 330 euros más de impuestos, «es decir, un marginal del 30 % de progresividad en frío».
Récord de recaudación fiscal, tras subir un 15 % en el 2022
El impacto de la inflación en salarios y pensiones, así como la buena evolución del consumo y de los márgenes empresariales convirtieron el 2022 en un ejercicio de récord para las arcas públicas. En concreto, los ingresos tributarios se elevaron hasta los 255.463 millones de euros, un incremento del 14,4 % (32.078 millones más) respecto a la cifra también histórica del 2021 (un 15 % en términos homogéneos). Además, ya en plena campaña de la renta 2022, la Agencia Tributaria espera ingresar este año casi 16.500 millones, un 5,6 % más, y devolver 9.946 millones, un 2,4 % menos, lo que deja en 6.502 millones el ingreso neto.
Volviendo a la recaudación histórica y al también récord tipo medio efectivo que pagaron los contribuyentes en el ejercicio pasado, Francisco de la Torre señala la paradoja de que la presión fiscal en España haya bajado ligeramente en el 2022, al caer al 38,73 % desde el 39 % de un año antes. ¿Cómo se explica?
Antes hay que aclarar que la presión fiscal es el resultado de dividir los ingresos tributarios del Estado entre el PIB. Dado que el incremento de esos ingresos fue inferior al crecimiento del PIB, la presión fiscal retrocedió. Esta reducción experimentada en el 2022 llegó después de dos años de intensas subidas. Ahora habrá que esperar a ver lo ocurrido en el resto de la UE para ver si se continúa reduciendo la brecha que existía.
De la Torre también destaca que aunque la inflación ha sido un «factor relevante» en la mejora recaudatoria, también ha habido «una mejora en el cumplimiento fiscal, y se ha reducido el fraude».
El PP pide al Gobierno que ajuste la renta al IPC para ingresos inferiores a los 40.000 euros
El PP defenderá la próxima semana en el Congreso una batería de propuestas frente a la subida del IPC que incluyen, entre otros puntos, ajustar el IRPF a la inflación para las rentas inferiores a los 40.000 euros y bajar el IVA de las carnes, pescados y conservas. Según informa Europa Press, se trata de una moción derivada de la interpelación que dirigieron el miércoles a la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, quien insistió en defender que a las empresas y a la economía española les va «muy bien» con este Gobierno, y presumió de que, en su última visita a Washington en calidad de presidenta del Comité Monetario y Financiero del FMI, fueron varios los interesados por la «receta económica de España».
Extender la rebaja del IVA
Los populares no se creen este discurso «triunfalista», y por eso aprovechan la moción para instar al Gobierno a llevar a cabo varias de las medidas económicas que reclama desde hace meses, como es el caso de la extensión de la rebaja del IVA.
También piden recuperar temporalmente la deducción por vivienda habitual para que las familias con rentas inferiores a 40.000 euros puedan compensar el aumento de la cuota hipotecaria por la subida del euríbor.
El PP registró una proposición de ley en este mismo sentido y para rentas de hasta 60.000 euros, pero el Gobierno la vetó porque su aplicación supondría dejar de ingresar 817 millones de euros en el erario público.
Por último, en los dos últimos puntos el Grupo Popular pide suspender un año el impuesto a los plásticos de un solo uso y recuperar la ayuda de 20 céntimos para los combustibles a los trabajadores por cuenta propia que utilicen su vehículo para su trabajo.
Denuncian empleo precario
Todo ello lo pide el PP —según Europa Press— porque creen que hay un exceso de recaudación y todavía no se han recuperado los niveles de PIB previos a la pandemia, lo que a su juicio se traduce en «menos riqueza que antes de la pandemia».
Además, cuestionan también la evolución del empleo, porque dicen que ahora «no hay más empleo», sino que es el «mismo trabajo repartido entre más personas», porque no se han recuperado las horas trabajadas del último trimestre del 2019.