Un 93 % de los accionistas de Ferrovial desoyen al Gobierno y aprueban el traslado a los Países Bajos
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Un 5,8 % del capital votó en contra de la mudanza, un porcentaje que puede acabar bloqueando la operación. El presidente de la compañía defendió las razones del traslado ante una junta tensa: «Ferrovial no se va de España. Mantendremos empleo, inversiones y contribución fiscal»
14 abr 2023 . Actualizado a las 11:49 h.El polémico traslado de Ferrovial a los Países Bajos logró este jueves el plácet de sus accionistas (el 77% del capital acudió a la convocatoria del consejo de administración). Lo hicieron en una junta que se preveía tensa. Histórica, en cualquier caso. A pesar de las presiones ejercidas durante todas estas semanas desde los despachos de la Moncloa, la constructora logró convencer a sus dueños y reunir el volumen necesario de votos para desbloquear la operación. Eso sí, todavía queda alguna grieta que podría paralizar la mudanza.
El 93,3 % de los accionistas que han ejercido el derecho a voto han depositado la papeleta favorable al cambio de sede, mientras que un 5,8 % lo ha hecho en contra. Entre ellos se encuentra Leopoldo del Pino, uno de los cuatro hermanos de la familia fundadora y que posee el 4,2 % de al empresa. Y esta cifra puede determinar el futuro. Aquellos que este miércoles depositaran una papeleta negativa podrán ejercer el derecho de separación durante el plazo de un mes. ¿Qué implica esto? Pues que pueden descolgarse del proyecto de futuro de Ferrovial vendiendo directamente sus acciones. La constructora fijó en un primer momento en 500 millones de euros el tope que estaría dispuesta a pagar a esos inversores que se opongan al traslado. Esto equivaldría al 2,53% del capital. Si más de este porcentaje de acciones ejerce este derecho de separación, la mudanza podría quedar en mera intentona. Aunque Ferrovial se ha guardado un as en la manga para salvar este extremo, porque esos 500 millones es un listón que el consejo de administración podría revisar en el futuro.
Hay otro condicionante en la fórmula que puede bloquear el traslado, que solo se podrá hacer efectivo en caso de que la empresa pueda cotizar tanto en el Eurnext de Ámsterdam como en la Bolsa de Madrid.
Atrás quedan meses de tensión y amenazas por parte del Gobierno. Unas presiones a las que este miércoles quiso responder el presidente del grupo, Rafael del Pino. Lo hizo sin nombrar en ningún momento al Ejecutivo, pero recogiendo veladamente algunas de las críticas que desde las Moncloa se habían vertido: «Ferrovial no se va de España. Mantendrá la actividad, el empleo, los proyectos, el plan de inversiones, la contribución fiscal y la cotización en las bolsas españolas», señaló el directivo en su intervención ante la junta general de accionistas, para añadir a renglón seguido: «España ha sido siempre nuestro país y no renunciamos a ello».
También quiso remarcar una vez más que las razones que sustentan la polémica decisión no tienen nada que ver con motivos fiscales: «Los impuestos que pagará Ferrovial después de la operación serán muy similares a los que está pagando antes de realizarla. Continuará contribuyendo fiscalmente en España como lo ha hecho desde su fundación», aseveró.
Neutralidad fiscal
Y este es un detalle esencial para Ferrovial. Debe demostrar que su establecimiento en Ámsterdam no persigue ventajas fiscales. Solo así podrá amparar el traslado de sus activos bajo el régimen especial de neutralidad fiscal que se recoge en la Ley del Impuesto de Sociedades, que permite a las empresas acogidas a él quedar exentas de tributar por las plusvalías generadas. La Agencia Tributaria ya advirtió hace unos días a la constructora que vigilará muy de cerca toda la operación y que, en caso de que no logren demostrar motivos económicos que sustenten su traslado en vez de los fiscales, impondrá cargas a la empresa que pueden ser millonarias.
La decisión ha tenido rápida respuesta en el parqué. Este jueves, las acciones de Ferrovial cerraban la sesión con una subida del 0,92 %, hasta los 27,39 euros por título, llegando incluso a revalorizarse un 1,25 % justo en el momento de la votación de los accionistas.
El Ejecutivo «respeta la decisión y «trabajará para atraer inversión»
Algunos accionistas quisieron aprovechar el altavoz que les ofrecía la empresa durante la junta para criticar duramente las presiones que ha ejercido el Gobierno estas últimas semanas: «Cualquier interferencia de las autoridades públicas es una violación del derecho de propiedad», resumió el belga Jean-Pierre Paelinck, representante de algunos minoritarios. Por su parte, el Ejecutivo decidió este miércoles dar por perdida la partida y quiso transmitir que respeta la decisión de la firma. Desde el Ministerio de Economía insistieron en que van a continuar trabajando «de manera constructiva con todas las empresas españolas para defender sus intereses e impulsar su expansión y crecimiento».
Un hijo de Del Pino se quedará al frente de la filial en España
Para poder hacer efectivo el traslado, Ferrovial realizará ahora una reorganización societaria que se llevará a cabo con una fusión transfronteriza inversa de la matriz española —Ferrovial SA— con la filial neerlandesa —Ferrovial International SE—, pasando esta última a ser ahora la cabeza de todo el negocio. Al convertir a la holandesa en matriz del grupo, Ferrovial podrá solicitar la cotización en el Euronext de Ámsterdam, al tiempo que espera seguir haciéndolo también en la Bolsa de Madrid. Y este paso será previo a que el grupo pueda negociar las acciones holandesas a la vez en el parqué de Nueva York.
A pesar del salto internacional, la constructora también tendrá presencia en España. Lo hará a través de la subsidiaria Ferrovial International SE Sucursal, una sociedad que tendrá por objetivo aglutinar la actividad en este país y que el propio grupo constituyó hace unos días.
Todo queda en la familia. Porque al frente de la sociedad subsidiaria española estará Ignacio del Pino Fernández-Fontecha, actual director financiero del grupo y segundo hijo del presidente del grupo, Rafael del Pino. Junto al vástago del máximo directivo de la constructora, aparece Francisco Javier Martínez Pardo Arsuaga, que tendrá el papel de apoderado en una empresa cuyo domicilio fiscal —tal y como figura en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME)— estará en la madrileña calle de Príncipe de Vergara. La nueva sociedad ya comenzó a operar el pasado 16 de marzo, tan solo unos días después de que la empresa anunciara su intención de trasladar la sede social. Además, el BORME recoge que el objeto social de la nueva subsidiaria es «la participación en otras empresas, sean del tipo que sea, adquirir participaciones en ellas de cualquier otra forma y hacerse cargo de su gestión».