El objetivo es poder «anticiparse» a la situación. Los expertos advierten de que, sin vacunas ni tratamientos, debe mantenerse una vigilancia constante de los mosquitos
02 mar 2023 . Actualizado a las 13:16 h.El Ministerio de Sanidad monitoriza los casos de dengue con origen en Ibiza para poder «anticiparse» a la situación, ha afirmado este jueves en Logroño la ministra Carolina Darias. «Si la pandemia del covid-19 ha enseñado algo, es la importancia de vigilar, monitorizar y coordinar en la salud pública», ha añadido Darias en un encuentro informativo en el que también ha descartado novedades sobre la gripe aviar.
Alemania ha notificado a España la detección de dos brotes de dengue en las Islas Baleares que han afectado a seis personas. Un caso ha sido confirmado por el Instituto Robert Koch, otro se considera probable y cuatro más, compatibles con la enfermedad, según informó el miércoles el Ministerio de Sanidad español en un documento de evaluación rápida de riesgo.
Los virus del dengue son ARN de la familia Flaviviridae, género Flavivirus, y existen cuatro serotipos que se transmiten a los humanos principalmente mediante la picadura de mosquitos Aedes infectados, aunque en otros casos los contagios pueden producirse por transfusión, trasplante, pinchazo o contacto de mucosas con material infectado y vía vertical. La transmisión sexual también es posible.
El virus «se perpetúa en un ciclo ser humano-mosquito-humano en centros urbanos», explica el documento de Sanidad, mientras en la selva los primates no humanos actúan como reservorio. Cuando el mosquito hembra pica a un individuo, el virus penetra en su intestino y comienza el denominado período de incubación extrínseco, que dura entre ocho y diez días. Al cabo de este período, el virus alcanza las glándulas salivales del mosquito y se vuelve infectivo. Si el mosquito transmite el virus al picar a un humano susceptible, comienza el período de incubación intrínseco, que dura de cuatro a siete días y finaliza cuando se inician los primeros síntomas. La persona infectada puede transmitir el virus al vector mientras se sufren los síntomas, que suelen comenzar poco antes del inicio de la fiebre y duran entre cuatro y siete días.
«El brote ocurrido en Madeira en el 2012, además del impacto producido en la salud de la población local, en los servicios de salud y en la economía, reveló lo difícil que puede ser controlar la circulación de arbovirus patógenos, especialmente teniendo en cuenta que Europa ya está parcialmente colonizada por el díptero vector Aedes albopictus, introducido en los países mediterráneos», advierte Consuelo Giménez Pardo, profesora titular de Parasitología en el departamento de Biomedicina y Biotecnología de la Universidad de Alcalá, y profesora de Enfermedades Tropicales y Salud Global.
Explica que, sin vacuna profiláctica o terapias específicas disponibles, el control de vectores sigue siendo la mejor alternativa para restringir la circulación del virus. «Teniendo en cuenta la frecuencia creciente de las epidemias de dengue en todo el mundo y el movimiento de huéspedes virémicos, se espera que en el futuro se produzcan nuevos casos en Europa, como el detectado en Francia en el 2022, con 65 casos autóctonos, seis de los cuales ocurrieron en departamentos que nunca habían experimentado transmisión autóctona de dengue, o el actual, en el 2023, detectado en Ibiza, España», comenta. Todos los requisitos previos para la transmisión autóctona del virus están ahí, avisa. Mientras no haya vacunas ni terapias, la opción más sostenible es la vigilancia constante de los mosquitos, como la iniciada en Cataluña en el 2015, insiste.