Rusia anuncia una toma de posiciones en Vuhledar y Zelenski reclama envíos de armas más rápidos desde Occidente
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El canciller alemán Olaf Scholz rechaza el envío de cazas a Ucrania por los «ímpetus belicistas» en su entorno
30 ene 2023 . Actualizado a las 19:05 h.El líder interino impuesto por Rusia en la región ucraniana de Donetsk, Denís Pushilin, aseguró hoy que las tropas rusas se han establecido en la parte oriental de la localidad de Vuhledar y que hay combates cerca de la urbe. «Nuestras subdivisiones continúan su avance hacia Vuhledar. Podemos decir ahora que unidades se han afianzado en el este de Vuhledar y también se está trabajando en sus afueras», dijo Pushilin a la televisión pública rusa Rossiya-24.
Pushilin subrayó que es demasiado pronto para predecir la toma de control de Vuhledar, que antes de la guerra contaba con unos 14.000 habitantes y se encuentra al suroeste de la ciudad de Donetsk y próxima a la frontera administrativa de la provincia de Zaporiyia.
La autoproclamada república popular de Donetsk, anexionada por Rusia ilegalmente en septiembre pasado, considera la localidad un importante centro logístico, cuya captura detendría el suministro de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la dirección de Márinka, pegada a la ciudad de Donetsk y controlada desde el 2014 por las tropas rusas. Además, las autoridades impuestas por Rusia en Donetsk creen que la captura de Vulhedar les abrirá oportunidades para lanzar ataques contra unidades ucranianas en varias direcciones.
Pushilin sostuvo además que la liberación de la urbe de Blahodatne, al norte de Bajmut, que se atribuye el grupo de mercenarios Wagner, pero que Ucrania niega, permitió a las fuerzas rusas mejorar sus posiciones y cortar una de las rutas de suministro de las unidades ucranianas en Bajmut.
«Vemos ciertos éxitos y la liberación del asentamiento de Blagodatnoye, lo que nos permite mejorar significativamente nuestras posiciones y cortar una de las rutas de suministro en el área de la localidad de Krasna Hora», indicó. Pushilin también calificó de importante el intento de cortar la carretera entre Chasiv Yar, al oeste de Bajmut, «una de las pocas rutas de suministro que quedan al enemigo».
Más armas y más rapidez para conseguirlas
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, urgió este domingo la necesidad de contar con nuevo armamento para evitar que Rusia prolongue la guerra. «Debemos acelerar los acontecimientos, acelerar el suministro y la apertura de nuevas opciones de armamento necesarias para Ucrania», ha afirmado en el discurso emitido esta tarde. Según Zelenski, la situación en el frente, principalmente en Donetsk, es «muy dura» y Bakhmut, Vuhledar y otras áreas en la región de Donetsk están bajo continuos ataques rusos, con «intentos constantes de romper nuestra defensa».
En su discurso, el presidente ucraniano ha asegurado que en la reunión de defensa celebrada hoy el jefe de inteligencia informó «sobre el posible cambio de situación en un futuro próximo». Según el mandatario, Ucrania está haciendo «todo lo posible» para superar las «capacidades de ataque de los ocupantes». Para ello, es «muy importante mantener la dinámica de apoyo a la defensa de nuestros socios», ha dicho.
«La velocidad de suministro ha sido y será uno de los factores clave en esta guerra. Rusia espera prolongarla, agotar nuestras fuerzas. Así que tenemos que hacer del tiempo nuestra arma. Debemos acelerar los acontecimientos, acelerar el suministro y la apertura de nuevas opciones de armamento necesarias para Ucrania», insistió el presidente.
Los tanques enviados por los aliados tardarán en llegar a suelo ucraniano. Mientras, las tropas de Kiev han comenzado su instrucción en el manejo de los tanques británicos Challenger 2, mientras Kiev pide a sus socios acelerar y ampliar los envíos de armamento ante la difícil situación en el este de Ucrania, donde aumenta la intensidad de los ataques de Rusia.
«Las tripulaciones ucranianas de tanques han llegado al Reino Unido para comenzar a entrenar para su lucha contra Rusia», anunció hoy el Ministerio de Defensa británico en Twitter, donde publicó fotos de los militares ucranianos descendiendo de un avión de la Royal Air Force.
Según informó el embajador ucraniano en Francia, Vadym Omelchenko, Occidente ha aprobado oficialmente «el suministro de 321 tanques a Ucrania». Una cifra que se acerca a la reclamada por el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valery Zaluzhny, quien había dicho que para llevar a cabo una nueva ofensiva el Ejército necesita al menos 300 tanques.
Recompensas por destruir tanques de la OTAN
La empresa rusa FORES ofreció hoy recompensas en metálico a los militares que destruyan los tanques que varios países de la OTAN suministrarán a Ucrania para detener a Rusia en el campo de batalla. «Los militares rusos que destruyan o capturen un tanque alemán Leopard 2 o un estadounidense Abrams recibirán una recompensa monetaria. La compañía FORES pagará 5 millones de rublos (poco más de 71.000 dólares) por la primera unidad destruida», anunció la empresa en un comunicado.
Por cada siguiente tanque destruido FORES prometió pagar 500.000 rublos (poco más de 7.100 dólares). En caso de que Ucrania comience a recibir aviones de combate de producción occidental y de que los aviones F15 y F16 sean declarados objetivos legítimos para los militares rusos, «la recompensa financiera por el primer aparato destruido será de 15 millones de rublos (unos 214.000 dolares)», añadió.
«La decisión de suministrar de tanques a Kiev demuestra que la OTAN no se limita a entregar a Ucrania solo armamento defensivo, lo que plantea la necesidad de apoyar a nuestro Ejército», subrayó FORES, compañía que produce agentes de sostén cerámicos para la industria petrolera.
Scholz rechaza el envío de cazas a Ucrania y alerta sobre «ímpetus belicistas» en su entorno
Joana Serra
Berlín/Colpisa
El canciller alemán, Olaf Scholz, tardó semanas en dar luz verde al envío de los Leopard 2 que ansía Ucrania, tanto los de su Ejército como los de sus aliados, que también le competen puesto que todos son de fabricación germana. Y ahora da por zanjada de antemano la siguiente entrega de armas que reclama Kiev, la de aviones de combate. «Tras ese debate hay una carrera por la competitividad», afirmó durante la gira que realiza por América Latina.
Detrás de las ofertas hay «intereses de política interna» y no un apoyo sincero a la defensa de Ucrania, añadió. A esas declaraciones públicas de Scholz había precedido una fuerte discusión interna a escala de su Gobierno, según Der Spiegel, en que el canciller atribuyó ciertos «ímpetus belicistas» a los defensores de entregar más y más armas a Ucrania. No queda claro, admite ese medio, si por «belicistas» entendía el canciller a los socios de su coalición que más presionaron a favor de los envíos de los Leopard, los Verdes, o a aliados que, como Polonia, también le apretaron las tuercas hasta que liberó sus carros de combate.
Varsovia está, de nuevo, entre los primeros miembros de la OTAN dispuestos a facilitar los cazas que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reclama a sus aliados occidentales. «La cuestión está cerrada. No hay nada que añadir», aseguró este lunes el ministro de Defensa, Boris Pistorius. «Los contenidos de este tipo de reuniones son confidenciales», recordó, por su parte, la viceportavoz de Scholz, Christine Hoffmann, requerida a aclarar si el canciller había utilizado o no el término «belicistas» y, en caso afirmativo, a quién se refería.
Nerviosismo
El nerviosismo de Scholz respecto a un posible envío de cazas parecería exagerado. Así como los Leopard 2 implican directamente a Alemania, tanto si son tanques propios como ajenos, en el caso de los aviones de combate podría inhibirse. No hay una petición expresa, ni a sus fuerzas aéreas ni a sus fabricantes.
Pero el mismo día en que Scholz anunció su disposición a enviar 14 carros de combate de sus fuerzas armadas —del total de 88— o dos batallones que deben salir de los aliados, principalmente europeos-, el canciller afirmó desde el Bundestag (Parlamento federal) que no habría envío de aviones. «No habrá ninguna participación directa de soldados de la OTAN en la guerra de Ucrania», sostuvo. No era la primera vez que hacía este tipo de afirmaciones.
De hecho, le ha correspondido repetirlo cada vez que Alemania ha atravesado lo que durante bastante tiempo fueron las líneas rojas en materia de Defensa. Desde el momento en que accedió a suministrar armas, en los días siguientes al inicio de la invasión, a las sucesivas autorizaciones a entregar carros ligeros o defensivos, como los Marder y los Gepard.
Con ello se quebró ya la norma general de no armar regiones en guerra. De los blindados ligeros y los sistemas de defensa antiaérea se pasó a los carros de combate. Sin haberse llegado a concretar siquiera la aportación que hará cada país aliado, se entró a hablar de cazas e incluso de submarinos —que sí podrían ser alemanes—.
Poderío exportador
Lo interesante, desde la perspectiva interna alemana, es que los motores de esas líneas rojas que ha ido cruzando Scholz, generalmente a regañadientes, no son ni su Partido Socialdemócrata ni sus socios del Partido Liberal, que tradicionalmente representan los intereses de la industria y, en ese caso, el poderío exportador. Han sido los Verdes, el partido de la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, y de su ministro de Economía, Robert Habeck, con rango de vicecanciller y al frente de un departamento al que corresponde aprobar toda exportación.
Ambas figuras del partido ecologista han respaldado con vigor las peticiones de Zelenski. Y fue Baerbock quien, en el momento en que aparentemente Scholz aún dudaba, afirmó ante un medio francés que su país no bloquearía una solicitud de entrega de sus Leopard, en caso que presentarla.
Horas después, se anunciaba desde Cancillería la luz verde al envío de los Leopard 2. Baerbock se adelantó así a la decisión del canciller, lo que, según medios alemanes, ha provocado un fuerte malestar en Scholz. Se asegura que hay una gran tensión entre ambos. No es la primera vez que Baerbock va por delante de Scholz. Y tampoco la primera en que, desde Cancillería, se recuerda a la ministra que las líneas marco de política exterior no las fija su ministerio, sino su jefe.