La inflación sube al 5,8 % en enero, tras el fin del descuento a los carburantes
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La subyacente escala al 7,5 % a pesar de la bajada del IVA a los alimentos
30 ene 2023 . Actualizado a las 19:15 h.La subida del coste de la vida parece que continuará siendo el gran quebradero de cabeza de familias, empresas y Gobierno en este 2023. Porque, según el dato adelantado este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación en términos interanuales (es decir, comparando el mes actual con el mismo de hace un año) cerró enero en el 5,8 %, frente al 5,7 % registrado en diciembre. Todo esto implica que el índice de precios de consumo (IPC) estrena el nuevo ejercicio rompiendo la racha de descensos que llevaba anotando los últimos cinco meses, concretamente desde julio, cuando la inflación escaló hasta el 10,8 % y alcanzó su nivel más alto desde septiembre de 1984.
Este encarecimiento generalizado de la vida tiene como protagonistas, una vez más, a los carburantes. Y es que, coincidiendo con el momento en que los españoles se tomaban las uvas para dar la bienvenida al nuevo año, se desactivó el descuento generalizado de 20 céntimos por litro de combustible. El fin de la bonificación, junto a la subida de gasolina y gasoil por la evolución del mercado, han provocado un fuerte sobrecoste a la hora de repostar desde que comenzó el año.
Pero detrás del alza del IPC hay otros factores. Las rebajas son uno de ellos. Explican desde el INE que los precios de la ropa y el calzado han bajado menos en el arranque de este año —cuando tiene lugar la tradicional etapa de saldos de invierno— de lo que lo hicieron en el mismo mes del 2022. La nota positiva viene de la mano de la electricidad, cuyos precios bajaron más en enero de este 2023 que lo que lo hicieron hace justo doce meses.
Vuelta a tasas normales
La tasa más preocupante vuelve a venir (un mes más) de la mano de la inflación subyacente. Este registro —que excluye del cómputo los precios de los productos más volátiles, los energéticos y los alimentos frescos— no frena su escalada ni muestra síntomas de ralentización, y vuelve a lanzar un auténtico jarro de agua fría para el Ejecutivo. En enero, la subyacente se situó en el 7,5 %, cinco décimas por encima del registro del mes anterior y la cifra más elevada desde el año 1986 (año en el que empezaron a ofrecerse datos comparables). Y no es este el único hito que supera la cifra del primer mes del 2023. Porque la diferencia entre la inflación subyacente y el IPC general se amplió hasta 1,7 puntos en enero, la mayor brecha desde mayo del 2020. La tendencia preocupa, y mucho, porque vuelve a dar muestras de que el regreso a tasas de inflación más normalizadas se dilatará en el tiempo.
Además, todos estos datos se han registrado en un contexto en el que la rebaja del IVA sobre algunos de los alimentos básicos de la cesta de la compra ya estaba en vigor. Una muestra de que esta medida no parece haber sido suficiente para frenar el encarecimiento generalizado de la vida.
El Banco Central Europeo se ve obligado a encarecer más el precio del dinero
La inflación persiste. El precio de los alimentos parece no tocar techo y el Banco Central Europeo (BCE) se impacienta.
A pesar de las cuatro subidas consecutivas que sufrieron los tipos de interés en el 2022, desde el terreno negativo hasta el 2,5 %, los precios siguen indomables. No solo en España. En la eurozona la situación es todavía más acuciante, ya que la inflación cerró el año en el 9,2 %, un umbral incompatible con la estabilidad económica.
El organismo comandado por Christine Lagarde se reúne este jueves y, como anunció la francesa antes de fin de año, está previsto que vuelva a subir los tipos de interés en torno a medio punto, hasta el 3 %. El mercado ya lo da por descontado. Tanto es así que el euríbor —índice de referencia para la mayoría de las hipotecas en España, que refleja el precio al que están dispuestos a prestarse entre sí los principales bancos—, arrancó la semana con un nuevo alza, alcanzando ya el umbral del 3,368 % diario.
¿Parará ahí el BCE? Lo más probable es que no. La mayoría de los analistas anticipan una nueva subida tras la del jueves, situando los tipos en el 3,5 % en el mes de marzo. Para esas fechas, los funcionarios del organismo esperan tener domada la inflación y poder levantar el pie del acelerador, de lo contrario, las cosas podrían complicarse. Y es que no está claro que las economías del euro puedan resistir unos intereses del 4 %. El estrangulamiento del crédito podría poner en riesgo la recuperación.
Tampoco hay garantías de que la inflación se vaya a enfriar. A partir de abril, los países deberán volver al mercado a comprar gas para rellenar sus depósitos de cara al próximo invierno. Esta vez, sin Rusia.
Calviño y Feijoo coinciden en la necesidad de subir los salarios y de un pacto de rentas
Los agentes sociales vuelven a reunirse este martes para tratar de desbloquear la negociación de la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) para este 2023. Tal y como aseguran fuentes del Ministerio de Trabajo, la reunión no tiene carácter meramente informativo, es decir, que no se ha convocado para comunicar a sindicatos y empresarios cuánto subirá el SMI, sino que la intención del departamento que dirige Yolanda Díaz es la de seguir negociando con el objetivo de poder llegar a un acuerdo.
Y parece que en esto de aprobar un alza de los sueldos, el Gobierno también coincide con el jefe de la oposición. Este mismo lunes, y después de que se desvelaran los datos de la inflación, el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, defendía la necesidad de acometer una subida del sueldo mínimo, pero también de los salarios de las clases medias. Eso sí, defendía el popular que la medida debía de llevarse a cabo a través de un pacto de rentas. A su entender, el Gobierno de Sánchez debería «salir de su inacción», dejar de «insultar a todo el mundo» y ponerse a trabajar en un acuerdo que prometió en marzo del 2021».
En esto, Feijoo parece coincidir con la ministra de Economía. Nadia Calviño también defendía este lunes que la subida del SMI debe enmarcarse en un pacto de rentas: «No solo tiene que subir el salario mínimo, tenemos que mejorar las condiciones salariales de todos los trabajadores en España», insistió la vicepresidenta primera. Para Calviño, «lo ideal» sería tener un gran acuerdo con los agentes sociales que permita proporcionar confianza a los trabajadores, empresarios, autónomos e inversores.
Preocupante inflación
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, también quiso aprovechar los datos de la inflación para insistir en la necesidad de subir los salarios de los españoles. El sindicalista calificó de «preocupante» el dato del IPC del mes de enero: «A los ciudadanos les está costando mucho poder llegar a final de mes», señaló Álvarez, quien insistió una vez más en que es «absolutamente imprescindible» que el SMI llegue a los 1.100 euros.