El núcleo interno de la Tierra se ha frenado

redacción LA VOZ

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El fenómeno podría influir en la duración de los días, en el clima y en el nivel del mar, aunque de forma prácticamente imperceptible

24 ene 2023 . Actualizado a las 15:05 h.

El núcleo interno de la Tierra, un pequeño mundo fundido dentro de nuestro planeta a una temperatura mayor que la del Sol, parece haberse ralentizado hasta detenerse. Los indicios apuntan a que ha dejado de rotar en la última década y que incluso puede estar experimentando un retroceso, lo que significa que podría estar invirtiendo su dirección. O, lo que es lo mismo, podría estar girando en el sentido opuesto al que lo hace el resto del planeta. 

Es lo que ha deducido un grupo de científicos de la Universidad de Pekín en un artículo publicado en Nature Geoscience a partir de las mediciones de las ondas sísmicas que viajan a través del núcleo interno de la Tierra. Este fenómeno podría suponer un cambio en la duración del día, en el clima de la tierra y en el nivel del mar. Pero será prácticamente imperceptible. Lo que se cree, al menos en lo que se refiere a la duración del día, es que se recortaría en una décima de milisegundo por año.

«La gente se alarma con la idea de una inversión inminente del campo magnético de la Tierra, y no es ese tipo de cosas, sería un efecto pequeño», dice Bruce Buffett- de la Universidad de California, Berkeley. «Los flujos en el núcleo alterarán un poco los campos magnéticos y cambiarán la duración del día en una décima de milisegundo al año», añade.

Pero aún no podemos estar seguros exactamente de lo que sucede en el centro de la Tierra , en gran parte porque es muy difícil medir estos pequeños cambios en las ondas sísmicas, los campos magnéticos y la duración del día.

Este fenómeno, aunque llama la atención, parece ser parte de un ciclo que dura unos 60 años, en el que el núcleo se acelera periódicamente y vuelve a ralentizarse.

Debajo del manto de la Tierra hay una capa agitada de hierro y níquel fundidos, con un denso núcleo interno de hierro que se mantiene sólido por la intensa presión en el centro del planeta. El movimiento del núcleo interno en relación con el manto y la superficie ha sido objeto de debate durante décadas y las mediciones de los terremotos ahora ayudan a los investigadores a comprenderlo mejor.

Yi Yang y Xiaodong Song, de la Universidad de Pekín, analizaron las ondas sísmicas de terremotos casi idénticos que atravesaron el núcleo del planeta durante los últimos 60 años aproximadamente. Si el núcleo sólido de la Tierra fuera perfectamente esférico y tuviera la misma estructura en todo su recorrido, esperaríamos que cada conjunto de ondas se viera exactamente igual, independientemente de cuándo lo atravesaran. Sin embargo, no lo es, por lo que podemos usar las diferencias entre las ondas para medir los cambios en las profundidades del suelo.

Los investigadores descubrieron, que antes de 2009, el núcleo del planeta parecía estar girando un poco más rápido que el manto y la superficie, lo que significa que si uno se pudiera parar en la superficie y mirar hacia abajo, se vería girando lentamente hacia adelante. Pero alrededor del 2009, esta rotación comenzó a desacelerarse. Entonces, si se pudiera mirar hacia el núcleo ahora, sus medidas indican que no se vería girar en absoluto porque está girando aproximadamente a la misma velocidad que la superficie.

«Eso significa que no es una rotación constante como se informó originalmente hace unos 20 años, pero en realidad es más complicado», dice Bruce Buffett de la Universidad de California, Berkeley. Según las mediciones de Yang y Song, el último punto de inflexión en la rotación del núcleo interno fue a principios de la década de 1970, por lo que la velocidad de giro parece estar oscilando regularmente.

Lo más probable es que la oscilación sea causada por interacciones entre el manto sólido y el núcleo interno. Debido a que ninguno es perfectamente esférico, la gravedad de los bultos y protuberancias en cada uno tira del otro. Eso podría cambiar las tasas de rotación de ambos, aunque el manto es mucho más pesado que el núcleo interno, por lo que el efecto en las capas externas del planeta sería mucho menos perceptible.

La Tierra está formada por varias capas: la corteza, el manto, el núcleo externo y el núcleo interno. Esta última, la capa más profunda, es una bola de hierro sólido algo más grande que Plutón que está rodeada por un núcleo externo líquido, lo que le permite girar de forma distinta a la rotación de la propia Tierra.

El giro del núcleo interno es impulsado por el campo magnético generado en el núcleo externo y equilibrado por los efectos gravitatorios del manto. Saber cómo gira el núcleo interno sólido podría aclarar cómo interactúan las capas terrestres, explican los autores de la investigación que, no obstante, señalan que la velocidad de esta rotación y si varía es objeto de debate entre la comunidad científica desde hace años.

No es sencillo estudiar el inaccesible centro de la Tierra, por su profundidad y por las condiciones extremas, pero la sismología es un método alternativo para ello: los terremotos generan ondas sísmicas que se propagan por el interior del planeta y algunas atraviesan el núcleo.

Para realizar su investigación, Yang y Song analizaron las ondas sísmicas de terremotos casi idénticos que han atravesado el núcleo interno de la Tierra siguiendo trayectorias similares desde la década de 1960.