Investigadores españoles han desarrollado un algoritmo que lo permite con una fiabilidad del 70 %
20 dic 2022 . Actualizado a las 16:33 h.Expertos del Centro de Investigación Biomédica en Red Cibersam y del Fidmag Hermanas Hospitalarias han desarrollado un algoritmo que detecta el riesgo de esquizofrenia a partir de las huellas dactilares con una fiabilidad del 70 %, lo que permitirá mejorar el diagnóstico precoz en pacientes que ya presentan síntomas o que tienen predisposición genética.
El estudio de esta herramienta, publicado en Schizophrenia Bulletin, se ha desarrollado y probado con 700 pacientes con esquizofrenia de toda España y 850 personas sanas y está pendiente de patente y de los últimos estudios de validación para ponerse en práctica en los centros hospitalarios, han explicado sus responsables.
Su investigador principal, Raymond Salvador, ha explicado que en el período de gestación el tejido de la piel y el del sistema nervioso susceptible de desarrollar más adelante enfermedades como la esquizofrenia es el mismo, lo que hace posible encontrar información relevante en la huella dactilar desde pequeños.
Desde los años 70 se venían desarrollando estudios sobre las huellas dactilares y la esquizofrenia o la bipolaridad y el autismo, pero este nuevo avance aporta la novedad de la inteligencia artificial del algoritmo que es capaz de ir más allá y «ver patrones más complejos».
Salvador ha apuntado que pese a que es un avance de calado, «no se trata de una herramienta para determinar de forma absoluta» el riesgo de esquizofrenia, pues con un 30 % de no fiabilidad se darían muchos casos de falsos positivos de una enfermedad con prevalencia del 1 % de población.
Ese mismo argumento, ha añadido, desaconseja que se pueda realizar la prueba dactilar a toda la población y que se limite su recomendación de uso a los dos grandes grupos de riesgo: personas con familiares con esquizofrenia y predisposición genética, así como personas que presentan los primeros síntomas de la enfermedad.
La coordinadora del estudio, la psiquiatra Edith Pomarol-Clotet, ha señalado la relevancia de la herramienta a la hora de detectar de forma precoz la esquizofrenia. «Cuanto antes se diagnostica, más se puede afinar con el tratamiento y mejor es la evolución», ha explicado.
«El diagnóstico definitivo de la esquizofrenia requiere un mínimo de seis meses y frecuentemente sus síntomas se confunden con los de otras enfermedades de salud mental, como el trastorno bipolar. Por ello es tan importante este hallazgo», ha añadido Pomarol-Clotet. Relacionado con ello, los investigadores han destacado que además se abre la puerta a desarrollar otros algoritmos posibles para determinar otras enfermedades mentales a partir de las huellas, desde el autismo hasta la bipolaridad.
La investigadora encargada de la recogida de muestras por nueve complejos de Hermanas Hospitalarias y centros asociados, María Ángeles García, ha mostrado cómo en pocos segundos se recogen las huellas con una simple aplicación que después de captar la imagen la «filtra» con el algoritmo.
Detrás del estudio está la fundación de investigación de Hermanas Hospitalarias Fidmag, veterana en los estudios en el campo de la psicosis, principalmente en el área de la neuroimagen. El Cibersam, por su parte, es un centro de investigación genética en red que depende del Instituto de Salud Carlos III. Los fondos para el estudio provienen del Ministerio de Ciencia e Innovación, así como de las instituciones hospitalarias y los fondos FEDER de la Unión Europea.
Actualmente se tarda un mínimo de 6 meses en obtener la confirmación de un diagnóstico de esquizofrenia. Este estudio permitirá disponer de una nueva herramienta que aporta información instantánea (el escaneo de las huellas y la obtención de resultados implica pocos minutos) que permitirá la detección del riesgo y el diagnóstico temprano de la esquizofrenia, hecho fundamental para conseguir un mejor pronóstico y evolución de la enfermedad.
Aunque en el estudio abre un camino, el psiquiatra José García-Valdecasas, vicesecretario de la Junta de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, se muestra prudente, porque considera que la fiabilidad aún es escasa como para tener en cuenta este procedimiento para la identificación de la esquizofrenia. «Teniendo en cuenta las cifras del estudio, con ese valor, yo lo veo de una aplicación práctica de mucho riesgo. Con esa cantidad de falsos positivos se va a diagnosticar a muchas personas como de riesgo para psicosis, aunque nunca la desarrollarían. Y conociendo la tendencia de gran parte de la psiquiatría, muy orientada por la industria farmacéutica, eso probablemente llevaría a tratamientos previos al debut de la psicosis con medicaciones no exentas de riesgos, sobre todo a largo plazo, en personas que nunca desarrollarían psicosis», apunta el experto en una reacción recogida por Science Media Center España.
«Como estudio científico fuera de la clínica me parece curioso y probablemente bien construido. No le veo ninguna aplicación práctica real y sí peligros en cuanto a querer extrapolarlo a un manejo práctico», destaca García-Valdecasas.