El IPC baja por cuarto mes consecutivo y se queda en el 6,8 %, a cuatro puntos del máximo de julio
14 dic 2022 . Actualizado a las 21:06 h.Los precios se relajaron ligeramente en noviembre por cuarto mes consecutivo, sí, pero la angustia que para las familias más vulnerables supone llenar la cesta de la compra persiste. El imparable encarecimiento de los alimentos básicos no cede, pues pese a ser una décima inferior al de octubre, la comida se anotó un avance de doble dígito: del 15,3 %. Así lo confirmó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), con la publicación de los datos definitivos del Índice de Precios de Consumo (IPC). El IPC bajó una décima en noviembre en relación al mes anterior y recortó medio punto su tasa interanual, hasta el 6,8 %, su cifra más baja desde enero, justo antes de declararse la guerra en Ucrania, cuando la inflación apenas rebasaba el 6 %.
En Galicia, el coste de la vida aún fue mayor, ya que subió una décima respecto a octubre y se situó en el 7,5 % interanual, lo que la convierte en la cuarta comunidad más inflacionista, por detrás de las dos Castillas y Navarra.
La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, valoró positivamente que el dato de noviembre fuese cuatro puntos inferior al pico alcanzado en julio, cuando la inflación escaló hasta el 10,8 % (11,5 % en el caso gallego), su nivel más alto desde septiembre de 1984. A su juicio, demuestra la eficacia de las medidas del Gobierno para apoyar a los colectivos más vulnerables y «garantizar un reparto justo del coste de la guerra».
Aunque con la moderación registrada en noviembre, la inflación suma cuatro meses consecutivos de descensos, preocupan los precios de los alimentos, cuya subida está obligando a muchos hogares a prescindir de productos frescos básicos. Así, como se puede ver en el gráfico inferior, el azúcar se encareció un 50,2 % interanual (el 65,5 % en Galicia); los aceites y grasas un 31,5 % (28,8 % en la comunidad); la leche un 30,9 % (28,4 %); los huevos un 27,1 % (30,4 %); los cereales el 22,9 % (19,9); los productos lácteos un 21,7 % (23,5) o las patatas el 21,5 % (en Galicia rozaron el 22 %).
Si en lo que respecta a la alimentación prácticamente solo hay malas noticias —pendientes los hogares de las medidas que el Gobierno adopte antes de final de año para contener los precios— el INE explica la moderación del IPC interanual por la bajada de lo que antes era la principal preocupación de las familias: la electricidad y los carburantes. Junto a estos, también han contribuido a enfriar los precios el gasoil para calefacción —ahora que comienza el frío— y de los hoteles. Del mismo modo, también han subido menos que el año pasado la ropa y del calzado.
Preocupa la subyacente
Aunque el IPC general se ha relajado algo, ahora la que preocupa es la inflación subyacente (sin alimentos frescos ni productos energéticos) ya que subió una décima, hasta el 6,3 %, con lo que se sitúa cinco décimas por debajo de la tasa general. Esto confirma que el alza, que inicialmente obedecía al mayor coste de la energía, ha acabado trasladándose definitivamente al coste de producción y repercutiéndose en el consumidor final. Los expertos ponen el foco en la subyacente porque es difícil de bajar y puede cronificarse, convirtiéndose en un importante problema para la economía.
La OCU estima un sobrecoste anual en la cesta de la compra superior a los 800 euros
Los datos del IPC de noviembre se conocen coincidiendo con la decisión del Gobierno de poner en marcha medidas que pongan freno a la constante subida del precio de los alimentos básicos, que pone en dificultades a los hogares más vulnerables. Si este domingo fue el propio presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez. el que confirmó que se aprobarían antes de que concluya el año, aunque —igual que el resto de ministros, desde Yolanda Díaz a Nadia Calviño o Luis Planas— no dio detalles sobre en qué consistirán las citadas medidas de contención para los alimentos.
Cabe recordar que se han barajado diversas opciones, desde aplicar topes a su subida hasta actuar por el lado de la fiscalidad, a través del IVA, sin que hasta el momento se conozca qué alternativa saldrá del Consejo de Ministros. De hecho, la OCU volvió a reclamar ayer al Gobierno que eliminase temporalmente el IVA a los alimentos de primera necesidad saludables, como las frutas, las verduras, legumbres, arroz, pasta, carne, pescado, leche, huevos o el pan. Y es que la asociación de consumidores calcula que el aumento del precio de los alimentos hasta el 15,3 % supone un sobrecoste anual de 830 euros en la cesta de la compra.
La organización de consumidores recuerda que los resultados de una encuesta sobre hábitos de consumo realizada el pasado abril ya advertían del «duro panorama» al que se enfrentaban muchas familias por el encarecimiento de los alimentos. Ya entonces uno de cada cuatro hogares compraban menos carne y pescado y un 42 % estaba empezando a sustituir sus productos habituales de primeras marcas por marcas blancas, «lo que refleja las dificultades para llegar a fin de mes».