Meloni apuesta por la distensión para afrontar los choques con Francia y el juicio contra Saviano
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La primera ministra italiana tuiteó desde la cumbre del G-20: «Frente a los desafíos de nuestro tiempo necesitamos dialogar y trabajar juntos para encontrar soluciones a las crisis globales»
17 nov 2022 . Actualizado a las 09:11 h.La última semana ha sido difícil para la jefa del Gobierno italiano Giorgia Meloni, que ha sido el centro de atención de la prensa de toda Europa. Tanto por las secuelas del choque con París, que han afectado a las relaciones del país transalpino con los socios europeos, como por el inicio este martes del juicio contra el escritor Roberto Saviano, el autor de un bestseller sobre la Camorra, la mafia originaria de Nápoles.
Meloni le demandó por difamación en el 2020, tras un programa de televisión en el que Saviano llamó «bastardos» tanto a ella como al líder del partido de extrema derecha Liga, Matteo Salvini, ambos en la oposición en ese momento, y promotores de posiciones durísimas contra la inmigración irregular. Saviano estaba comentando la noticia de un bebé de seis meses que había fallecido a bordo del barco humanitario de la ONG española Open Arms tras ser rescatado del naufragio de una patera.
Este lunes Saviano agradeció en Twitter a los medios internacionales que cubrieron el comienzo del juicio: «Agradezco a los medios de comunicación extranjeros que prestan atención a lo que ocurre en Italia. Un primer ministro contra un escritor, como si tuvieran el mismo peso».
Por su parte, Meloni intentó enviar señales de distensión sobre todos los frentes abiertos. Antes de la vista, que se aplazó a diciembre, su abogado declaró que evaluarían «la hipótesis de retirar la denuncia» contra Saviano. Y desde Bali, donde se encontraba para participar en el G20, Meloni tuiteó: «Frente a los desafíos de nuestro tiempo necesitamos dialogar y trabajar juntos para encontrar soluciones a las crisis globales».
Marco de cooperación
La primera ministra italiana parece querer trabajar por la distensión tras la llamada telefónica del sábado entre el presidente de la República Sergio Mattarella y su homólogo francés Emmanuel Macron. Hay que recordar que el Tratado del Quirinal, firmado hace un año por los dos jefes de Estado (y que Meloni criticó abiertamente desde la oposición), busca un marco estable de cooperación entre los dos países.
Fuentes parlamentarias consideran que el problema está en que el Gobierno tiene dos almas. Uno dialogante, liderado por el ministro de Asuntos Europeos Raffaele Fitto (HI) y el de Exteriores Antonio Tajani (Forza Italia). Y otro que sigue en la senda de la confrontación —especialmente con las oenegés que operan con barcos humanitarios—, liderado por el ministro de Infraestructuras y viceprimer ministro, Salvini. Para un diputado centrista con el que habló La Voz, «esto no es más que el principio. Salvini quiere recuperar votantes y está dispuesto a utilizar el tema de la inmigración para ello. A diferencia de Meloni, él ahora tiene poco que perder».
Meloni —que aprovechó el G20 para reunirse con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel—, dijo a los medios: «Hablamos de cómo organizar reuniones en las que podamos intentar colaborar en un asunto [la inmigración] en el que es mucho mejor colaborar que discutir».