Jack Dorsey, fundador de Twitter, creará su red social Bluesky Social con 900 millones más en el bolsillo

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Ryan Lash

Pide perdón a sus exempleados por los despidos masivos que ha ejecutado Elon Musk tras comprar la empresa

07 nov 2022 . Actualizado a las 08:28 h.

Twitter se hunde en bolsa. La red social recién comprada por Elon Musk ha perdido en solo cinco días el 25 % de su valor bursátil. Los anunciantes huyen despavoridos ante la dudosa estrategia empresarial de su nuevo propietario, quien ha despedido a la mitad de la plantilla -26 trabajadores en España-, ha anunciado que cobrará 7,99 dólares al mes a los usuarios que quieran conservar sus cuentas verificadas y, probablemente, el despliegue de un muro de pago para contenidos como vídeos, que funcionaría así

La entrada de Musk en la compañía, después de desembolsar 44.000 millones, ha desencadenado un terremoto. Los departamentos están descabezados y bajo mínimos, ya que alrededor de 3.700 trabajadores han recibido un correo electrónico pidiéndoles que no vuelvan a la oficina. Un recorte de plantilla que el multimillonario justificó alegando que pierden cuatro millones de dólares diarios. 

Muchos de los ya exempleados han lamentado públicamente los cambios que se han producido en la empresa y algunos se están organizando para tomar acciones judiciales, algo que también han sugerido los principales sindicatos en España. UGT tiene intención de denunciarlo a Inspección de Trabajo al considerar que los despidos son nulos, de acuerdo a la legislación laboral. 

El caos y el ruido que ha generado la operación de compra de Elon Musk -incluida la salida de usuarios hacia otras plataformas como Mastodon y Discord- ha obligado al fundador de Twitter, Jack Dorsey, a pedir perdón a sus antiguos empleados por los despidos masivos. Dorsey, quien dimitió el 29 de noviembre del año pasado como director ejecutivo de la compañía, abandonó el barco con casi 1.000 millones de euros más en el bolsillo y ahora se dedica a poner a punto el lanzamiento de la versión beta de Bluesky Social, una red social nueva que quiere descentralizar la información que inunda plataformas como Twitter. 

«La gente de Twitter, pasada y presente, es fuerte y resiliente. Encontrarán siempre un camino, no importa lo difícil que sea el momento. Me doy cuenta que muchos están enfadados conmigo. Asumo mi propia responsabilidad [...] Hice crecer demasiado rápido la empresa. Me disculpo por ello», deslizó en su propia cuenta de la red social, en la que dejó otro mensaje a sus extrabajadores: «Estoy agradecido y quiero a todos los que alguna vez han trabajado en Twitter. No espero que eso sea mutuo en este momento...o nunca...lo entiendo».

La maniobra no es nueva. Dorsey ya lo hizo en el pasado, cuando trabajaba en Odeo, una plataforma de podcasting que echó a rodar en el 2004 gracias al programador estadounidense Noah Glass. Fue en sus entrañas donde se gestó Twitter, que vio la luz en el 2006 como un servicio interno de la empresa. Viendo el potencial que tenía, a finales de ese año decidió desvincularse de Odeo y apostar todas sus cartas por la red social del pajarito. Después del juego de tronos interno, en el que llegó a ser despedido como director ejecutivo, volvió a ocupar su puesto en el 2015, medrando en popularidad. 

No se sabe cuándo Dorsey empezó a rumiar una posible salida de Twitter, cuándo empezó realmente a preparar las maletas o a buscar comprador, pero lo cierto es que lleva preparando el terreno desde hace tiempo, ya sea porque no le ve potencial de crecimiento a la red social o porque quería una oferta lo suficientemente jugosa para salir, hacer caja, y crear un nuevo negocio con capacidad de engorde. Una estrategia que está muy arraigada en la filosofía de Silicon Valley.