La cama de dos reyes que quizás use Leonor

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

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Leonor y su padre, Felipe VI, en los premios Princesa de Asturias.
Leonor y su padre, Felipe VI, en los premios Princesa de Asturias. Ballesteros | EFE

De septiembre a diciembre de 1957 y de 1986, primero el príncipe Juan Carlos y luego su hijo Felipe se formaron en Marín. Repitieron parte del guion, al que también parece predestinada la princesa de Asturias

03 nov 2022 . Actualizado a las 13:27 h.

Leonor de Borbón, la princesa de Asturias, es ahora alumna de bachillerato en un internado de Gales. Pero parece que está predestinada a recibir formación castrense en cuanto acabe estos estudios, tal y como hicieron en su día su padre y su abuelo. Es totalmente previsible que eso la haga desembarcar, más tarde o más temprano, en la Escuela Naval de Marín. La incógnita es en qué porcentaje se repetirá el guion que marcó la vida de guardamarina de su padre y de su abuelo en las dependencias de la Armada. Porque lo cierto es que aunque el ahora rey emérito permaneció en la Escuela Naval de Marín desde septiembre a diciembre de 1957, en plena dictadura franquista, y el actual monarca lo hizo en ese mismo trimestre pero con la democracia ya consolidada, en 1986, los dos repitieron algunos patrones. Uno de los ejemplos es que, durante los fines de semana libres, en los que podían dejar las dependencias militares, durmieron en la misma cama o habitación del parador de Pontevedra... pero con 29 años de diferencia. ¿Acogerán esas instalaciones a la princesa Leonor?

Lo primero a tener en cuenta es la edad. Juan Carlos de Borbón llegó a Marín con 19 años. Su hijo lo hizo con 18. ¿Con cuántos acudirá Leonor, teniendo en cuenta que acaba de cumplir 17? Todo depende de cómo sea del orden en el que acuda a las academias del Ejército del Aire, en San Javier (Murcia); Tierra, en Zaragoza, y la de la Armada, en Marín. Su padre, por ejemplo, llegó a Pontevedra después de haber pasado por la Academia General Militar de Zaragoza.

El tiempo de formación de Juan Carlos I en Marín pasó bastante desapercibido para el régimen. Se escribió mucho posteriormente, con las anécdotas que fue dejando el entonces príncipe y luego rey de España. Pero, en la prensa de la época, se cuentan con los dedos las referencias a su estancia marinense. Se escribió de él, por ejemplo, cuando visitó A Coruña para ir a la capitanía marítima y poco más.

Pasó el tiempo, Juan Carlos I comenzó a reinar y, en el año 1986, llegó a Marín su hijo y heredero Felipe para recibir también formación militar. Sobre su trimestre en la Escuela Naval sí corrieron muchos más ríos de tinta. Se contó cómo fue su llegada, a principios de septiembre, en la que pese a su gran altura no era el que más medía de su promoción. Se publicaron imágenes suyas en el tiempo de ocio en el Liceo Casino de Pontevedra o incluso saliendo de juerga con sus compañeros en la discoteca Boomerang de A Pobra do Caramiñal, aprovechando una regata celebrada allí. Además, su estancia fue pródiga en actos institucionales. Por ejemplo, en poco tiempo se cumplirán 36 años desde que el Concello de Marín nombró al entonces príncipe Felipe hijo adoptivo.

A mediados de los años ochenta, aunque se publicaron imágenes suyas, el príncipe Felipe, que tenía libres las tardes de los jueves y viernes y parte de los fines de semana, podía pasar tiempo con sus amigos en la discoteca Daniel o pasear por la ciudad sin que su foto circulase de teléfono en teléfono al instante. Eran, claramente, otros tiempos. Se hace difícil que esa situación se repita con Leonor y que, como hacía su abuelo o su padre, pueda pasar desapercibida yendo a un establecimiento comercial de la ciudad pontevedresa o Marín. El entonces príncipe Juan Carlos I, por ejemplo, visitó la centenaria joyería Muiños para cambiarle la correa al reloj

El monarca Felipe VI, con su padre y su abuelo en la Escuela Naval de Marín, cuando se estuvo formando en estas dependencias.
El monarca Felipe VI, con su padre y su abuelo en la Escuela Naval de Marín, cuando se estuvo formando en estas dependencias. No disponible

Una de las anécdotas que dejó la estancia del entonces príncipe Felipe en Marín fue que, en diciembre de 1986, se convocó a los periodistas para que pasasen una mañana en la escuela con él y viesen cómo era su día a día. Una nube de informadores le acompañó en su despertar, a las siete de la mañana y comprobó que, tras el aseo y la gimnasia matutina —amén de la misa voluntaria—, le tocaba asistir a cuatro clases teóricas. De dos a cuatro de la tarde tenía almuerzo y tiempo libre y, a las 16.00 horas, instrucción marinera, militar, deportes y salidas al mar. A partir de las 19.00 horas, oración, cena y estudio. El toque de queda llegaba a las once de la noche. Aprovechando esa jornadas, los periodistas habían preguntado por el comportamiento del príncipe Felipe y el entonces comandante director de la Escuela Naval lo calificó de «ejemplar», aunque dijo que tenía faltas colectivas, al igual que otros compañeros. Para que lo sepa Leonor.