Guerra santa por el voto en Brasil

Héctor Estepa
héctor estepa NILÓPOLIS (RÍO DE JANEIRO) / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

Léo Matrapilho, miembro de Nuevas Narrativas Evangélicas
Léo Matrapilho, miembro de Nuevas Narrativas Evangélicas HECTOR ESTEPA

La religión está en el centro del debate de cara a la segunda vuelta de las presidenciales en el gigante sudamericano

26 oct 2022 . Actualizado a las 09:51 h.

La piel de Léo Matrapilho es un mapa evangélico. El joven, vestido con unos anchos pantalones de camuflaje, y una camiseta de estilo rapero que le llega casi hasta las rodillas, recorre las estancias de un coworking en Nilópolis, un frenético municipio empobrecido de las afueras de Río de Janeiro. La luz que se cuela por las ventanas ilumina sus numerosos tatuajes, la mayoría con manifestaciones bíblicas.

Al fondo de la oficina hay una amplia estancia donde le esperan sus compañeros de culto, muchos de ellos exiliados o incluso proscritos de otras iglesias por no haberse plegado al discurso en favor del presidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro, que existe en buena parte de las iglesias evangélicas del gigante sudamericano.

«La iglesia en Brasil es un gigantesco proyecto de poder en su gran mayoría, y la política se percibe como el mejor camino para alcanzar ese poder. Grandes líderes evangélicos están dentro de ese proyecto, y Bolsonaro es el becerro de oro que les va a llevar a ese lugar de ascensión y de riqueza, distante del mensaje de Jesús, que es para los pobres», expresa el joven, antes de dar inicio al encuentro de la congregación Redençao Baixada.

La religión ha sido colocada en el centro del debate de cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que enfrentarán a Bolsonaro y al exmandatario izquierdista Lula da Silva en las urnas este domingo. Unos 4,6 puntos de diferencia media en los sondeos separan al político progresista, líder en las encuestas, del presidente ultraderechista.

La distancia entra prácticamente dentro del margen de error en algunas pesquisas, y el voto religioso será clave. El 32 % de los electores se declaran evangélicos, porcentaje que ha ido en aumento en los últimos años al calor de la expansión de las iglesias de barrio. Son ahora 65 millones de sufragantes frente a los 42 millones del 2010, y el 66 % de ellos votan a Bolsonaro, según la encuesta más reciente de la firma Datafolha.

Eso ha desatado una «guerra santa» entre ambos candidatos, y contra las noticias falsas que denuncian que Lula es satánico —el candidato tuvo incluso que negarlo públicamente— o que va a cerrar las iglesias, y afirman que también Bolsonaro es satánico por acudir a reuniones masónicas en el pasado, y hasta caníbal.

El líder ultraderechista se ha hecho fuerte en sectores muy relevantes y ultras de las iglesias evangelistas, siendo defendido por pastores muy influyentes.

Muchos fieles son objeto de discriminación. «Dejé las antiguas iglesias a las que iba porque se volvieron sectarias y aislacionistas. Cuando nosotros hacíamos alguna manifestación sobre el racismo o la cuestión de género, se negaban a escucharnos. Se volvió insoportable estar allí. Era un discurso violento, prejuicioso, racista, homófobo e incompatible con el mensaje del Evangelio que es de amor, esperanza e igualdad», comenta Liliane Milanes, teóloga y estudiante de educación física, que es lesbiana y miembro, como Léo, de un grupo conocido como Nuevas Narrativas Evangélicas, que defiende la pluralidad y la diversidad dentro de las iglesias en un país donde el voto religioso es clave para llegar al poder.