Multan con 965 millones a un locutor de la conspiración por mentir sobre el tiroteo en la escuela Sandy Hook

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

Unos agentes de policía dirigen a unos niños de la escuela Sandy Hook hacia un lugar seguro, después de registrarse el tiroteo.
Unos agentes de policía dirigen a unos niños de la escuela Sandy Hook hacia un lugar seguro, después de registrarse el tiroteo. S. HICKS < / span>efe< / span>

Alex Jones pasó años difundiendo la teoría de que el tiroteo en el colegio de primaria de Newtown, que se cobró la vida de veinte niños, fue una «farsa»

14 oct 2022 . Actualizado a las 08:18 h.

La Justicia de EE.UU. ha condenado al conocido locutor y teórico de la conspiración Alex Jones a pagar casi 1.000 millones de dólares a familiares de las víctimas del tiroteo en la escuela de primaria de Sandy Hook, en el que murieron en el 2012 veinte niños, de entre 6 y 7 años, y seis adultos a manos de Adam Lanza, un joven con problemas mentales.

Un jurado dispuso que Jones y su pódcast InfoWars deben abonar 965 millones de dólares a las familias de ocho de las víctimas de ese tiroteo y a un agente del FBI, por haberlos difamado públicamente, informa la agencia Efe. Desde InfoWars, el locutor se pasó años difundiendo la teoría de que el tiroteo en la escuela Sandy Hook, de Newtown (Connecticut), fue una «farsa», ante lo que varias familias de las víctimas lo demandaron.

Después de que empezaran a presentarse las querellas, el comentarista radiofónico cambió de discurso y pasó a reconocer que el tiroteo fue real. Aun así, la teoría propagada por Jones llevó a varios de sus seguidores a amenazar y acosar a los padres de las víctimas, entre ellos a los del pequeño Jesse, a quienes acusaron de estar mintiendo sobre la muerte de su hijo con fines políticos.

Quince personas han demandado a Jones: 14 relacionadas con las víctimas del colegio y William Aldenberg, un agente de FBI que también estuvo en el foco de sus ataques.

En agosto, Jones ya fue condenado a pagar casi 50 millones de dólares a los padres de Jesse Lewis, que tenía 6 años cuando el asesino irrumpió en la escuela y acabó con su vida y la de sus compañeros.