Tan solo 12 de los 513 escaños de la Cámara de Diputados de Brasil están ocupados por mujeres negras
02 oct 2022 . Actualizado a las 22:13 h.En un pequeño local de Río de Janeiro hace campaña la candidata a diputada Sol Miranda, negra y criada en una de las favelas de la urbe brasileña. La audiencia se sienta alrededor de ella en sillas de plástico. La mayoría son personas afrodescendientes relacionadas con el mundo de la cultura, como ella, que es actriz.
«Nosotros sabemos lo que es el hambre, lo que es la violencia física y psicológica, lo que es no poder volver a la casa en un horario decente, lo que es violencia dentro de la ciudad, y a partir de eso luchamos por una sociedad que sea más justa y menos desigual», expone, bajo la luz de unas bombillas colgadas del techo del vetusto lugar, reclamando un mayor equilibrio en la política entre blancos y negros, término que en Brasil incluye también a los mestizos, englobando al 56 % de la población.
Estas son las primeras superelecciones en la historia de Brasil en las que los candidatos negros son mayoría, con 14.015 postulados en las urnas ante los 13.914 que se han declarado blancos.
Sin embargo, eso no les garantiza tener un buen porcentaje de representantes en las instituciones. Los blancos tienen más del doble de posibilidades de ser elegidos. De los 3.177 candidatos negros que disputaron escaños en la cámara de los Diputados en el 2018, apenas fueron elegidas finalmente 124 personas, lo que se traduce en una tasa de éxito del 3,98 %. Por el contrario, de los 4.425 blancos que se postulaban, fueron seleccionados finalmente 386 diputados, alcanzando una tasa de éxito del 8,72 %.
«Si la mayoría de la población es negra, y no estamos en el Congreso ni protagonizando el debate público, entonces no somos los negros quienes estamos siendo subrepresentados, es Brasil quien está siendo subrepresentado», asegura a La Voz Miranda, de 33 años, candidata del Partido Socialista Brasileño.
La situación es peor aún para las mujeres negras, como ella. Tan solo 12 de los 513 escaños de la Cámara de Diputados están ocupados por mujeres que se declaran negras, menos de un 3 % del total.
Racismo y machismo
«Hay dos factores principales de machismo y racismo», asegura Miranda, que también reclama un reparto paritario de los fondos de campaña entre negros y blancos, especialmente para las mujeres, algo que no se ha logrado en Brasil, a pesar de que el Supremo falló a favor de ello hace dos años.
«Muchos partidos incumplen la ley», comenta la candidata. «Tenemos un problema con los recursos financieros. Las campañas son muy caras, y es necesario tener material, pagar a personas para estar en las calles, tener un equipo de redes sociales, y el recurso financiero para ello es extremadamente importante», añade, mientras se prepara para una entrevista por Internet, apurando hasta el último minuto de campaña.