Bruselas espera recaudar 140.000 millones con las medidas sobre las energéticas
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Negocia con los proveedores de gas una fórmula para reducir «de forma razonable» su precio
14 sep 2022 . Actualizado a las 19:02 h.«Lo que nos espera no será fácil, ni para las familias ni para las empresas. Hay mucho en juego para toda Europa [...] Se nos está poniendo a prueba. Esta no es solo una guerra contra Ucrania. Es una guerra contra nuestra economía y nuestros valores. Contra nuestro futuro». Así arrancó este miércoles su discurso sobre el estado de la Unión la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, quien anunció que, en solidaridad con el país invadido, la UE garantizará su acceso total al mercado único de la UE.
Con la inflación alcanzando el mayor techo de la historia de la eurozona, las facturas energéticas disparadas y las industrias a medio gas, la alemana dejó claro que lo que le espera a los Veintisiete son meses de sacrificio. «Reducir la demanda [energética] en horas punta hará que el suministro dure más y reducirá los precios», deslizó, para justificar una de las propuestas que ha puesto sobre la mesa de los Estados: recortar un 10 % el consumo de electricidad, la mitad en las horas donde se concentra la demanda.
También tendrán que sacrificarse las empresas que sí han llenado las alforjas de dinero este año, al calor de la crisis energética: «Hoy proponemos poner un tope a los beneficios de las empresas que producen electricidad. Están acumulando ganancias caídas del cielo. Nunca pensaron que las obtendrían. No me malinterpreten. Hacer beneficios es positivo, pero en estos momentos es erróneo recibir ganancias extraordinarias de la guerra y dejar que paguen las consecuencias solo los consumidores. Esos beneficios deben compartirse y tienen que canalizarse a quienes más lo necesitan», resumió Von der Leyen.
Tope a los beneficios extraordinarios
El techo a la retribución de la eólica, solar, hidroeléctrica y nuclear se fijará en los 180 euros el megavatio hora (MWh), frente a los más de 400 que se están percibiendo en la actualidad en muchos países europeos como Alemania. Según consta en la comunicación de la Comisión, los Estados miembro podrían ir más allá y bajar ese techo siempre que esté justificado. En la actualidad, la excepción ibérica está retribuyendo a estas tecnologías con unos 140 y 155 euros -fluctúa periódicamente-.
La medida, que será compatible con el tope español, según ha confirmado la comisaria de Energía, Kadri Simson, debería entrar en vigor a más tardar el próximo 1 de diciembre y se mantendrá en activo hasta el 31 de marzo del 2023. Bruselas se compromete a analizar los resultados y la situación para valorar si sería necesario prorrogar o tomar nuevas medidas.
La presidenta de la Comisión calcula que poniendo un tope a los beneficios y un impuesto «solidario» a petroleras y gasistas -será del 33 % sobre las ganancias que superen en un 20 % la media de beneficios de los tres años previos-, la UE podría recaudar más de 140.000 millones de euros para aliviar a los hogares y empresas más vulnerables. Al menos 117.000 millones de euros con el techo a los beneficios extraordinarios y 25.000 millones a través de la tasa.
Tope al precio del gas
Entre las medidas que anunció la alemana también se incluye la imposición de un techo al precio del gas. Una actuación que ha generado controversia. No solo entre cancillerías europeas, también entre los principales proveedores de hidrocarburo de la UE que han ayudado en los últimos meses a reducir la dependencia del gas ruso desde el 40 % del 2021 al 9 % actual. Tanto es así, que Von der Leyen ha anunciado este miércoles que la UE negociará «cómo reducir de forma razonable el precio del gas» con ellos.
La factura no deja de crecer. Las compras de gas noruego o gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos y Nigeria es mucho más caro que el que se solía importar por tubería desde Rusia. Y eso, ha admitido la alemana, está poniendo en peligro la competitividad de las empresas europeas.
No obstante, la Comisión admite que también hay más problemas de fondo. Tal y como apuntó la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, el pasado viernes, no solo Rusia está manipulando el mercado del gas, cerrando la llave de paso de las tuberías y quemando el gas que debería enviar a Europa para cumplir los contratos. Existen intermediarios oportunistas que se están haciendo de oro con la compraventa de hidrocarburo.
En este sentido, la alemana anunció la creación de un nuevo índice de referencia en el mercado para el precio del gas, sustituyendo el TTF holandés -el de referencia en la actualidad-.
Reforma del sistema de fijación de precios
No será el único cambio que ejecute la Comisión. «El mercado de la electricidad de hoy se basa en el principios obsoletos. No está a la altura de las circunstancias [...] El gas no puede predominar en la fijación de los precios energéticos, por eso habrá que hacer una reforma profunda del mercado del gas y la electricidad, que son complejos», anunció Von der Leyen.
El objetivo, por tanto, de Bruselas, es dinamitar el actual sistema de fijación de precios, que permite que empresas energéticas cobren la electricidad generada por fuentes renovables -con menos costes de producción- a precio de ciclo combinado -las plantas necesitan comprar gas, cuya cotización está en umbrales históricos-. Eso supondría excluir el hidrocarburo o limitar su peso en la generación de los precios eléctricos, algo a lo que se había opuesto hace solo seis meses.
MidCat
En el turno de réplicas, el líder de los populares en la Eurocámara, Manfred Weber, también exigió que se refuercen las interconexiones y la solidaridad entre Estados: «No es normal que Olaf Scholz [Alemania] tenga que llamar a Emmanuel Macron [Francia] para que abra el grifo del gas y deje que España esté mejor conectada con el mercado europeo. El invierno será difícil y hay que aprovechar todos nuestros recursos energéticos», apostilló, en referencia al rechazo del país galo a terminar el gasoducto MidCat que mejoraría las conexiones de la península ibérica con Centroeuropa.
Banco europeo de hidrógeno
Además de respaldar también la reforma inminente del marco de ayudas de Estado temporales, para auxiliar a las comercializadoras y evitar que sus quiebras dejen a millones de consumidores sin suministro eléctrico, la presidenta del Ejecutivo comunitario también ha señalado que tiene intención de crear un banco europeo de hidrógeno para garantizar su compra en la UE: «Se invertirán 3.000 millones de euros en la creación un futuro mercado del hidrógeno», sostuvo la alemana, quien espera poder reemplazar cuanto antes los combustibles fósiles por este tipo de fuentes alternativas.
Disciplina fiscal
Los recursos extra que está generando la inflación para las arcas públicas, a través de la recaudación de impuestos, se está evaporando también por el coste de la factura energética del Estado en forma de ayudas a empresas y familias. Además, la paralización de la actividad empresarial puede poner en peligro las previsiones de ingresos de los países.
Es por ello que Von der Leyen pidió prudencia a las cancillerías. «Necesitamos reglas presupuestarias que protejan la sostenibilidad de nuestros Presupuestos», deslizó antes de anunciar que en el mes de octubre presentará una propuesta para reformar las actuales normas de disciplina fiscal que exigen a los países limitar la deuda al 60 % de su producto interior bruto (PIB) y el déficit -saldo entre lo que ingresa y lo que gasta el Estado- al 3 %.
La clave será más flexibilidad y más rendición de cuentas: «Debemos otorgar más flexibilidad a los Estados en su camino de reducción de la deuda. Al mismo tiempo, tiene que haber más responsabilidad y rendición de cuentas. Abrir las puertas a inversiones estratégicas y dar confianza a los mercados financieros. Hay que controlar si se cumple lo acordado. Estabilidad y crecimiento solo pueden ir de la mano», anticipó Von der Leyen.
Ley de materias primas
Otro de los retos a los que se enfrentan las empresas es la escasez de materias primas. Casi el 90 % de los minerales raros y el 60 % del litio se procesan en China. Para no «repetir errores del pasado y ser independientes», la Comisión presentará una ley europea de materias primas críticas para procesarlas en Europa y garantizar que el suministro no corre peligro, como ya hizo con las baterías y los microchips.
El anuncio también vino acompañado de la creación en el futuro de un fondo de soberanía industrial con el que el Ejecutivo comunitaria pretende que la industria «se confeccione aquí, en Europa».
«El sector financiero ruso está agónico»
Uno de los debates más agrios que han mantenido cancillerías europeas y Ejecutivo comunitario es el de las sanciones a Rusia, con amenaza de veto incluido de Hungría. Von der Leyen insistió en que no habrá pasos atrás: «Las sanciones van a quedarse. Es el momento de ser decididos, no de apaciguarnos», deslizó.
Y parece que esas sanciones ya están surtiendo efectos. Según la Comisión, «el sector financiero ruso está agónico, la producción de coches cayó más de un 70 % y más de 1.000 se han ido». Es más, para hacer volar sus aviones, Rusia está recurriendo a los microchips de lavadoras y lavavajillas. No tienen tampoco repuestos aeronáuticos -su exportación al país invasor se ha prohibido-. «La industria rusa está destrozada y ha sido el Kremlin el que ha dirigido la economía hacia el desastre. Es el precio por el camino de muerte que han sembrado», aseveró la alemana.