Los supermercados rechazan la cesta de compra de Díaz: «No podemos aceptar el acuerdo»
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«A la gran distribución hay que pedirle esfuerzos, como a los grandes bancos y energéticas», reclama la ministra
12 sep 2022 . Actualizado a las 19:55 h.Mucha intención, pero pocos avances. Ese es el resumen —a tenor de los comunicados y la rueda de prensa posterior— de la reunión que mantuvieron este lunes la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, con las principales patronales de la distribución. Cargadas de intenciones, ambas partes se emplazaron a mantener nuevas reuniones de trabajo en los próximos días con el objetivo de poner sobre la mesa medidas concretas que permitan contener las subidas de precios en la alimentación que están lastrando las economías familiares del país.
Aprovechando la rueda de prensa posterior al encuentro, Díaz volvió a insistir en la necesidad de que las distribuidoras «faciliten una cesta de la compra básica y de calidad, compuesta por productos frescos que garanticen una alimentación sana y que dure más allá de las Navidades». Es un mantra que la vicepresidenta lleva repitiendo desde hace unos días y que asegura ser una «propuesta perfectamente legal, basada en el principio de la competencia».
Pero la iniciativa de Díaz se ha topado con la negativa tajante del sector. Los comercios más pequeños mostraron desde el principio su «absoluto rechazo y malestar» ante lo que consideran una decisión contraria al libre mercado y perjudicial para tenderos, fruteros y pescaderos. Para ellos fue dirigido parte del discurso que ayer repitió Díaz tras la reunión. Aseguró la ministra que su propuesta se dirige a la gran distribución, porque son quienes tienen márgenes para poder practicar descuentos: «A los que menos tienen no podemos pedirles más. A las grandes distribuidoras, igual que a las grandes energéticas o a la gran banca, les podemos pedir esfuerzos. A una tienda de barrio creo que no le podemos pedir más esfuerzos, sino ayudarles y hacer una campaña a favor de que usemos el pequeño comercio», insistió.
Rechazo de los grandes
A pesar de los escasos avances, Díaz quiso echarles un capote y agradeció «la actitud constructiva» que mantuvieron todos los asistentes a la reunión —entre los que se encontraba la Asociación de Supermercados Distribuidores (Anged), la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (Aces) y la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas); así como varios representantes del Consejo de Consumidores y Usuarios y de las organizaciones que lo integran—.
Las buenas palabras no sirvieron para decantar la balanza a su favor. Poco después de finalizar el encuentro, las diferentes asociaciones que acudieron en representación de la gran distribución mostraron su descontento a través de un comunicado. «No podemos aceptar el acuerdo de una cesta de la compra a precios fijos». Así de categóricas se mostraron para, además, asegurar que ya trabajan para ofrecer productos económicos: «La dinámica competitiva del sector ha contribuido a amortiguar la fuerte escalada de la energía y las materias primas». Por ello insistieron en que el acuerdo es «inviable y contraproducente». Eso sí, presentaron algunas medidas con las que creen viable reducir el alza del IPC: «Destacamos la reducción del IVA en alimentos, una moratoria a impuestos medioambientales, el descenso del coste regulatorio y, sobre todo, la reducción del coste de la energía».
Mientras tanto, las organizaciones de consumidores siguen insistiendo en la situación límite en la que se encuentran muchas familias a causa del encarecimiento generalizado de la vida. La OCU, por ejemplo, lleva ya unos meses denunciando una subida anual del 15,2 % en la cesta de la compra. Tirando de cálculos, aseguran que el incremento de precios provocará un sobrecoste de más de 830 euros al año para una familia media. Los expertos de la organización ponen algunos ejemplos para dar cuenta del sobreesfuerzo que deben acometer muchas carteras. Así, mientras un kilo de plátanos se vendía en el 2021 a una media de 1,78 euros, ahora se dispensa a más de 2,9. La pasta, un alimento básico para tantas familias, también ha multiplicado su coste de manera importante, pasando de los 53 céntimos que marcaba hace un año a superar los 0,80 euros.
De primera necesidad
Mención aparte merecen los huevos. Una docena se podía adquirir hace un año por 1,48 euros, mientras que ahora ya supera los dos.
«Lo más preocupante no es ya la cuantía de la subida, sino que los alimentos que presentan las mayores subidas son productos de primera necesidad; como la harina, los huevos o la pasta. Esto se deja sentir mucho en la economía doméstica», resumen desde la OCU.
Las cifras que manejan en el Instituto Nacional de Estadística (INE) apuntan a que este producto se ha encarecido un nada desdeñable 22,5 % en el último año. Y no es de los alimentos que más lo han hecho. Según el índice de precios al consumo (IPC) referente al mes de julio (el último del que se tienen datos detallados sobre lo que ha subido cada artículo), el aceite de girasol, por ejemplo, casi se ha duplicado: cuesta ahora un 83,2 % más que en julio del 2021. Macarrones, espaguetis y demás artículos englobados en la categoría de la pasta y que tantas comidas salvan a los hogares españoles, vieron cómo su precio se disparaba casi un 32 %. Mientras que la leche, un básico de los desayunos patrios, se ha encarecido un 23 %.
El crecimiento es generalizado. El INE también muestra un sobrecoste importante en productos que forman parte de los esenciales en toda despensa española. El pan es un 14,7 % más caro que hace un año, mientras que el queso o el café han visto crecer sus precios más de un 12 %. «Son muchos los hogares que están teniendo serias dificultades para afrontar sus gastos corrientes y han tenido que modificar sus hábitos de consumo, dejando incluso de comprar determinados alimentos», resumen los expertos de la OCU.
Una treintena de productos por 30 euros
Carrefour ha sido uno de los primeros en recoger el guante lanzado la semana pasada por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Ayer puso en marcha una cesta de la compra con una treintena de productos básicos con el que garantiza ser «el precio más bajo del mercado», un tique de unos 30 euros que, además, se compromete a no variar hasta el próximo 8 de enero. La selección realizada por Carrefour ha sorprendido a muchos consumidores. Porque entre la lista no se encuentran algunos esenciales como el arroz o los huevos. Tampoco hay ni rastro de frescos como carne o fruta, a pesar de que Díaz pidió que fueran parte de la cesta. El aceite de oliva ha sido sustituido por el de girasol y el carrito también cuenta con insumos de higiene y limpieza. A pesar de que no hay leche, sí se encuentran básicos del desayuno como el café molido, galletas o cereales. Y también hay pasta, harina, vino blanco o caldo de pollo. Estos son todos los productos que inclue la cesta de Carrefour:
- Sal marina: 0,25 euros
- Harina de trigo: 0,72 euros
- Guisantes finos: 0,63 euros
- Caldo de pollo: 0,75 euros
- Pasta de espirales vegetales: 0,88 euros
- Maíz dulce: 0,75 euros
- Pimiento del piquillo: 0,94 euros
- Champiñones laminados: 1,06 euros
- Atún en aceite de girasol: 1,89 euros
- Albóndigas en salsa: 1,09 euros
- Pan de molde con corteza: 0,85 euros
- Pan maxi burguer: 0,85 euros
- Té de limón: 0,71 euros
- Zumo de naranja: 0,86 euros
- Vinagre de vino blanco: 0,55 euros
- Aceite de girasol: 2,54 euros
- Galleta María: 1,31 euros
- Café molido natural: 1,35 euros
- Copos de avena: 0,65 euros
- Cereales de maíz: 1,09 euros
- Mermelada de melocotón: 0,69 euros
- Chocolate blanco: 0,55 euros
- Papel higénico 2 capas: 1,79 euros
- Lavavajillas a mano frescor de limón: 0,85 euros
- Detergente a mano lana y ropa delicada: 1,99 euros
- Lejía perfumada con detergente: 0,99 euros
- Limpiacristales: 0,99 euros
- Dentífrico protect esmalte y anticaries: 0,68 euros
- Compresas: 0,8 euros
- Gel de ducha: 0,95 euros