Rusia no reabrirá el Nord Stream hasta que Europa levante las sanciones

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

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DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Von der Leyen avanza que impondrán un techo al hidrocarburo ruso en el mercado mayorista

06 sep 2022 . Actualizado a las 11:36 h.

Lo que era sagrado, ha dejado de serlo. Europa está dispuesta a aparcar las reglas de oferta y demanda por las que se rigen los mercados energéticos para luchar contra una crisis de precios que parece no tener fin, alimentada en los últimos meses por Rusia. El régimen de Putin ha lanzado un nuevo órdago a la Unión dejando de bombear gas hacia el continente a través del Nord Stream 1 hasta nuevo aviso, a sabiendas de lo que esa decisión provocaría: que se dispararían las cotizaciones del hidrocarburo. Y así lo hicieron en el mercado de futuros de Holanda, el TTF, el de referencia en Europa. Este lunes, el combustible para entrega en octubre llegó a revalorizarse un 30 % en comparación con el viernes, aunque las subidas se fueron luego moderando a lo largo del día. Los inversores parecieron tranquilizarse con las noticias que llegaban de Alemania y de Bruselas, donde están dispuestos a intervenir los mercados y aplicar topes de precios al gas y a la electricidad. Una opción hasta ahora impensable en la liberal Europa y que algunos socios, como los Países Bajos, siguen sin ver con buenos ojos.

Lo peor, que Rusia ha admitido que el Nord Stream permanecerá cerrado hasta que Europa levante las sanciones. «El colectivo occidental, en este caso la Unión Europea, Canadá y Reino Unido, tiene la culpa de que la situación haya llegado a este punto», afirmó este lunes el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, en su rueda diaria con la prensa. E instó a levantar las sanciones que, según el Kremlin, impiden la reparación del gasoducto. 

La urgencia aprieta. Y la Unión baraja todas las alternativas. Incluso intervenir el mercado TTF y ponerle un techo a los precios del hidrocarburo ruso. Lo anunció la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su perfil de Twitter, este lunes a media tarde. «Putin está utilizando la energía como arma al cortar el suministro y manipular nuestros mercados energéticos. Él fallará. Europa prevalecerá», proclamó, para, a continuación, anunciar que la Comisión Europea «está preparando propuestas para ayudar a los hogares y empresas vulnerables a hacer frente a los altos precios de la energía». El objetivo, añadió, reducir la demanda eléctrica en horas punta, poner un «precio tope en gasoducto, ayudar a los consumidores y empresas vulnerables con los ingresos del sector energético» y permitir el apoyo a los productores de electricidad que enfrentan desafíos de liquidez relacionados con la volatilidad.

Así, la propuesta que analiza la Comisión incluye, según Efe, separar el mercado holandés en dos índices: el gas natural licuado que llega por barco y el que se importa por gasoducto (desde Rusia) y aplicar un precio máximo a este último.

Otra alternativa pasaría por que, en caso de emergencia, se pudiera usar como referencia el mercado asiático JKM en lugar del TTF.

Von der Leyen ya avisó el viernes pasado de que «es hora de aplicar un techo al precio del gas ruso exportado a Europa», palabras que precipitaron el órdago de Putin de mantener cerrado sine die el Nord Stream. Tanto la decisión del Kremlin como las palabras de Von der Leyen se produjeron tras el acuerdo adoptado por el grupo de siete países más industrializados, el G-7, de imponer un techo al precio del petróleo ruso. ¿Cómo? Con la prohibición de prestar servicios que permitan el transporte marítimo de estos productos si se compran a un precio superior al fijado por la coalición. La Comisión Europea no solo respaldó ese acuerdo, sino que lo quiere hacer extensivo al gas.

Ese límite a las cotizaciones del hidrocarburo ruso —que mermaría los ingresos del régimen de Putin para financiar la guerra en Ucrania— se sumaría a otra propuesta que tiene la Comisión Europea sobre la mesa para actuar sobre el mercado de electricidad aplicando un techo a los ingresos que perciben las tecnologías inframarginales, es decir, todas las que se benefician de que las centrales de generación con gas marquen el precio medio final que perciben todas. Así que inframarginales son renovables, hidráulicas y nucleares. La propuesta de Bruselas, que Alemania ya ha anunciado que asume como propia, no es exactamente una intervención del mercado eléctrico: se mantendría el sistema marginalista que hace que la tecnología más cara (el gas) fije el precio que cobran todas. Pero se impondría un techo a los ingresos de renovables, hidráulicas y nucleares, que tendrían que devolver una parte de lo que cobran por la venta de su producción en el mercado. Ese dinero se destinaría a ayudar a los consumidores a pagar sus facturas energéticas. Así, Alemania aprobó un tercer paquete de subvenciones por importe de 65.000 millones de euros, que el tripartito de socialdemócratas, verdes y liberales espera financiar ya con los beneficios extra de las compañías eléctricas.

Mismo objetivo, varios caminos

El objetivo de limitar los ingresos de las plantas inframarginales es el mismo que persigue el tope al gas que se aplica en España, así como la creación de un impuesto sobre los beneficios de las compañías eléctricas y petroleras, que han aplicado varios países, como Italia, y que España quiere establecer aquí también.

Los ministros de Energía de la Unión se reúnen el viernes para acordar las medidas. España, según Efe, propondrá intervenir los precios de los derechos de emisión de CO2 y extender el mecanismo ibérico de tope al gas, algo que desaconsejan los técnicos comunitarios porque está fomentando el consumo de hidrocarburo (la mitad de la electricidad se produce con ese combustible). Esto, cuando el objetivo es justamente el contrario, que los países reduzcan un 15 % la demanda de gas para romper con Rusia, exigencia que la Comisión ha relajado para España en un 7 %.

Putin fuerza un repunte del crudo al reducir la oferta

La alianza OPEP+, encabezada por Arabia Saudí y Rusia, decidió este lunes retirar del mercado los 100.000 barriles diarios que había comprometido hace un mes. Se trata de la primera reducción de la oferta en más de un año, y llega en un momento de crecientes tensiones en el mercado energético. El anuncio de la OPEP+ ha reavivado los precios. Así, el barril del crudo brent, el de referencia para Europa, se vendía ayer a 96,88 dólares, un 4 % más caro que al cierre del viernes, mientras que petróleo intermedio de Texas (WTI) subía un 3,86 %, hasta 90,25 dólares.

Pese a estas fuertes alzas, el nivel de las cotizaciones sigue por debajo de la barrera psicológica de los 100 dólares y lejos de los picos en 120 alcanzados el pasado junio.

Rusia mantiene operativos dos gasoductos hacia Europa

Rusia ha cerrado hasta el momento dos de los cuatro grandes gasoductos que traían gas hacia el centro de Europa. Primero fue el Yamal y ahora el Nord Stream. Quedan operativos los que cruzan Ucrania y Turquía. Europa se prepara para que el hidrocarburo deje de llegar desde el este. Lo hace llenando los depósitos, que están de media al 81 % de capacidad. Pero los de Austria están al 68 % y los de Bulgaria y Hungría, al 63 % y 64 %, respectivamente. El objetivo marcado por la Comisión a los países es que lleguen a octubre con los almacenes al 80 %. Los de España están al 85 %, como los de Alemania. Aunque, este último estado tiene alternativa al gas por tubo, mientras que España cuenta con seis regasificadoras que permiten que llegue en barco.