Japón, bajo la amenaza del gran terremoto

María Puerto PEKÍN

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JIJI PRESS

Tokio toma medidas para hacer frente a seísmos de magnitud superior a 7,3 en la escala Richter

29 ago 2022 . Actualizado a las 17:49 h.

Más de seis mil personas podrían morir en la capital de Japón si se produce un gran terremoto, otras noventa y tres mil quedarían heridas y cuatro millones y medio de habitantes no podrían regresar a sus viviendas. Aunque parecen cifras apocalípticas, en realidad representan una mejora en la seguridad contra seísmos para una población acostumbrada a vivir bajo el riesgo continuo de que la tierra tiemble.

El gobierno municipal de Tokio ha publicado un informe donde actualiza las políticas de prevención contra terremotos y reduce en un 30 % el número de víctimas mortales que se registrarían. El éxito se debe a las medidas que se han ido implementando en la última década, ya que en el informe publicado en el 2012 se preveían más de 9.000 muertos y 147.000 heridos.

El panel de expertos ha hecho proyecciones teniendo como referencia un seísmo de magnitud superior a 7,3 en la escala abierta de Richter, con epicentro al sur del centro de Tokio, una ciudad con más de catorce millones de habitantes. Los técnicos creen que hay un 70 % de posibilidades de que se produzca un terremoto de esta intensidad en la región en los próximos treinta años.

Japón se encuentra ubicado sobre el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas con más actividad sísmica y volcánica. Se calcula que el país del sol naciente registra unos 1.500 terremotos al año y tiene 265 volcanes potencialmente activos. Según World Earthquakes Live, es el país que padece más seísmos de magnitud superior a 6,5, una intensidad que a muchas personas les impide mantenerse en pie.

En el documento se ha destacado que se han hecho avances en la construcción de edificios con mayor resistencia a los temblores y se ha reducido el uso de materiales combustibles. Por ello, el número de víctimas mortales sería menor, aunque sigue siendo preocupante.

En el 2020, el 92% de los edificios de la capital ya estaban construidos con resistencia a los terremotos. Uno de los puntos de riesgo son los barrios levantados en la posguerra y densamente poblados de viviendas de madera, donde los incendios se pueden propagar rápidamente. El derrumbe de edificios y los incendios serían la principal causa de los decesos.

Los funcionarios también advierten que la gente debe estar preparada y organizada para hacer frente al posible cataclismo. Aconsejan a los habitantes de rascacielos, donde la evacuación es más difícil, que tengan planes de prevención. También que se coordinen para comunicarse y poder confirmar la seguridad de los demás vecinos.

Refugios temporales

Las comunidades de vecinos deberían tener reglas para hacer frente a cortes de electricidad y a la posibilidad de que los ascensores queden inutilizados. También se recomienda tener en casa comida para al menos tres días, por si no es posible salir del domicilio. Actualmente, Tokio ya tiene 1.155 instalaciones designadas como refugios temporales para las personas que no puedan regresar a su hogar en caso de emergencia.

El Gobierno central también ha pedido a los operadores del famoso tren bala, el Shinkansen, que aceleren las reformas de las líneas de alta velocidad para hacerlas más resistentes a los seísmos.

Uno de los peores desastres de la historia de Japón se produjo el 11 de marzo del 2011. Un terremoto de magnitud 9,1 frente a las costas de Fukushima provocó un gran tsunami y un grave accidente nuclear. Unas 20.000 personas perdieron la vida.

Pero fue el terremoto de Kanto, en 1923, el que produjo más víctimas. El seísmo destruyó gran parte de Tokio y Yokohama. Se calcula que dejó más de cien mil muertos.

En 1995, un terremoto de 7,3  de intensidad arrasó la ciudad de Kobe y más de 4.500 personas perdieron la vida.

Los desastres naturales están tan presentes en la vida de los japoneses que le han dedicado un día: el 17 de enero celebran el Día del Voluntario de Respuesta a los Desastres.