Las huelgas y la inacción de Johnson paralizan el Reino Unido en plena crisis inflacionaria
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Los empresarios piden a los «tories» que elijan cuanto antes a un nuevo primer ministro que haga frente a la situación
24 ago 2022 . Actualizado a las 09:16 h.«Las desgracias nunca vienen solas». Los británicos están descubriendo la veracidad de este refrán, pues no han terminado de recuperarse de las últimas tres jornadas de huelga de los servicios ferroviarios de finales de la semana pasada, cuando han visto cómo los estibadores del puerto inglés de Felixstowe, el cual maneja casi la mitad del tráfico de contenedores del Reino Unido, anunciaron que paralizan sus actividades durante una semana en demanda de mejoras salariales. Una decisión que amenaza con agravar todavía más el desabastecimiento de productos que viene padeciendo el país desde el fin de la pandemia y con traducirse en un incremento adicional de los precios.
Por si esto no fuera suficiente, más sectores, como los servicios de recogida de basura y los abogados penalistas, también han anunciado nuevas huelgas y paros para las próximas semanas, lo cual hace temer que el llamado «verano del descontento» no se quede en el período estival, sino que se extienda hasta el otoño e incluso al invierno. Este panorama es al que se enfrentará desde el 5 de septiembre el sucesor del todavía primer ministro, Boris Johnson, ya sea la ministra de Exteriores, Liz Truss —como anuncian las encuestas— o el exministro de Economía, Rishi Sunak, quien tendría que lograr para ello una remontada milagrosa.
¿Por qué se habla del «verano del descontento»?
La prensa británica ha bautizado así a la ola de huelgas que desde finales de la primavera vienen registrándose en el país en demanda de aumentos salariales y que recuerdan a las que se produjeron durante el invierno de 1978 y 1979. Las actuaciones más contundentes han sido las ocho que, hasta ahora, han realizado los trabajadores ferroviarios, del Metro de Londres y de los autobuses. Pero el sector del transporte no es el único en pie de guerra, porque los gestores y funcionarios de Correos también han interrumpido su labor en señal de protesta. Y los enfermeros y los profesores están sopesando hacer lo mismo.
¿Qué piden los huelguistas?
Los distintos sindicatos vienen solicitando aumentos al mismo nivel de la inflación o incluso por encima para recuperar su capacidad de compra. Hasta julio, los precios habían subido en promedio el 10,1 % y el Banco de Inglaterra estima que para finales de año, la inflación llegará al 13 %.
¿Qué han ofrecido las empresas y las autoridades?
Los patronos, ya sean privados o públicos, han ofrecido subidas por debajo del aumento de los precios. Las autoridades han defendido esta postura indicando que no quieren echar más leña al fuego inflacionario. Una posición que está exacerbando el malestar. A esto hay que sumarle la parálisis en la que está sumido el Gobierno desde que Johnson renunció a finales de junio, acorralado por el Partygate y los escándalos sexuales en su Administración. El primer ministro saliente ha pasado el grueso de julio y agosto de vacaciones y ha rechazado tomar más medidas para combatir el alza de los precios, indicando que eso es una tarea de la nueva Administración. Por su parte, los empresarios han pedido a los tories elegir al nuevo primer ministro cuanto antes para combatir la crisis.
¿Qué piensan los británicos de las constantes huelgas?
Pese a que les están complicando la vida, una ligera mayoría de los ciudadanos (el 37 % de los consultados) consideran que los paros son un método legítimo que tienen los trabajadores para conseguir sus reivindicaciones, de acuerdo a una encuesta del grupo First Public. Por su parte, otro sondeo, de YouGov, reveló que el 69 % de los ciudadanos británicos están preocupados por la evolución de la economía.
¿Qué ofrecen los candidatos a suceder a Johnson?
Truss ha prometido dejar sin efecto el aumento de los impuestos aprobado durante la etapa de Johnson. Una propuesta que de ejecutarse, según ha denunciado Sunak, agravará la inflación. Pero no solo el rival de la jefa de la diplomacia británica ha cuestionado la iniciativa de la favorita de las encuestas, sino también centros de investigación como el Instituto de Estudios Fiscales (IFS). Desde el IFS aseguraron que el plan de Truss está alejado de las tesis de la Dama de Hierro, Margaret Thatcher, quien subió los impuestos para recortar el déficit, y está más cerca de las del premier Edward Heath, quien endeudó al país.