El ex director financiero del emporio empresarial de Trump admite que cometió fraude fiscal
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El juez de Palm Beach se inclina por publicar la orden de registro de la mansión del magnate en Mar-a-Lago, aunque eliminando las partes que pueden poner en peligro la investigación
19 ago 2022 . Actualizado a las 11:17 h.Allen Weisselberg, el ex director financiero de la Organización Trump, se declaró este jueves ante el juez culpable de haber conspirado durante años con la empresa en una trama de fraude, según anunciaron las autoridades.
Weisselberg, que trabajó durante décadas para el negocio del expresidente estadounidense Donald Trump y que está considerado como uno de sus escuderos más fieles, alcanzó un acuerdo con la Fiscalía y será sentenciado a cinco meses de cárcel y cinco años de libertad condicional y al pago de casi dos millones de dólares a las arcas públicas.
Además, el ejecutivo se compromete a declarar, si así se le solicita, en el juicio por fraude fiscal al que se enfrenta la Organización Trump y que comenzará el próximo 24 de octubre, aunque hasta ahora se ha resistido a cooperar con los fiscales en otras investigaciones sobre la compañía.
Actividades delictivas
«Allen Weisselberg admitió ante el tribunal que usó su posición en la Organización Trump para estafar a los contribuyentes y enriquecerse», dijo en un comunicado el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, quien destacó que la declaración de culpabilidad «implica directamente a la Organización Trump en una amplia gama de actividades delictivas».
Bragg subrayó que el testimonio del ex jefe financiero de Trump será «de valor incalculable» durante el juicio contra la compañía y dejó claro que las investigaciones sobre la empresa y sobre el propio expresidente continúan.
Weisselberg se declaró culpable de los 15 cargos que se le habían imputado y que incluyen delitos de fraude fiscal, conspiración y falsedad documental.
La empresa de Trump y el directivo fueron acusados el pasado verano de orquestar durante más de 15 años una trama de evasión fiscal, en la que supuestamente pagaban a ejecutivos «por debajo de la mesa», dándoles una parte importante de sus compensaciones de forma que se pudiese reducir el pago de impuestos.
La Organización Trump, tal y como ha reconocido su ex director financiero, pagaba a esas personas sueldos oficiales más reducidos —con lo que recortaba el coste fiscal de la plantilla— y, a la vez, les ofrecía compensaciones al margen que no se notificaban adecuadamente a las autoridades.
Entre otras cosas, Weisselberg y otros ejecutivos de la compañía habrían obtenido alojamientos, matrículas para colegios privados y pagos en efectivo para cubrir todo tipo de gastos personales.
El ex director financiero reconoció este jueves haberse embolsado más de 1,7 millones de dólares por los que no pagó impuestos, tal y como aseguraban los fiscales.
Cuentas pendientes
El caso es fruto de las amplias investigaciones a las que ha sido sometida en los últimos años la Organización Trump, pero en él no está imputado directamente el expresidente, que tiene abiertos numerosos frentes legales tanto por sus negocios como por sus acciones durante y después de su paso por la Casa Blanca.
En Nueva York, Trump se enfrenta a una investigación por las prácticas empresariales de su compañía, por la que tuvo que comparecer este mes ante la Fiscalía General del estado, aunque se negó a responder a sus preguntas.
El exmandatario republicano vio también recientemente cómo el FBI registraba su mansión de Florida en busca de documentos clasificados que supuestamente se llevó cuando abandonó el poder en el 2021 y se enfrenta a varias demandas por el ataque al Capitolio en enero de ese año.
Las razones del registro
En este sentido, el juez federal que tiene que decidir si divulga las razones por las que el FBI registró la residencia de Donald Trump en Florida se inclina por publicar el texto ocultando los datos más sensibles que puedan afectar a la investigación, aunque aún no ha tomado una decisión al respecto. Así lo dejó ver el juez Bruce E. Reinhart durante la vista de este jueves en West Palm Beach, en la que pidió a la Fiscalía que presente una propuesta de edición de este documento, con las partes que considere tachadas para que no puedan ser públicas.
El juez revisará las ediciones propuestas y decidirá si son adecuadas o si es necesario ocultar más información antes de optar por publicar este documento que justificó el pasado 8 de agosto el registro de Mar-a-Lago, el club donde tiene su residencia Trump.
Tras escuchar los argumentos del Departamento de Justicia y de los abogados de más de una decena de medios de comunicación durante más de dos horas, el juez Bruce E. Reinhart dio de plazo hasta el 25 de agosto a la Fiscalía para presentar su propuesta.
A partir de entonces, el propio juez la revisará para tomar una decisión sobre la divulgación o no de los documentos de la investigación.
Mientras los abogados de los grandes medios de comunicación de Estados Unidos defendieron la importancia de informar al público de las razones del registro sin precedentes en la vivienda de un expresidente, la Fiscalía insistió en que darlo a conocer arruinaría la investigación criminal en curso. El Departamento de Justicia de EE.UU. es contrario a su publicación por entender que puede afectar a la investigación.
EL lunes pasado, el fiscal Juan Antonio González, quien estuvo presente en la audiencia, solicitó en un escrito de trece páginas enviado al juez que no se publique el documento.
Los medios insistieron en que este puede ser tachado en las partes más conflictivas y criticaron que el Gobierno quiera impedir la publicación del documento completo.