Para los italianos, el jefe de Estado es el único político fiable del país tras cinco gobiernos diferentes desde el 2015
01 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Para muchos, en Italia, el único político fiable es Sergio Mattarella, el presidente de la República. Según una encuesta de finales del 2021, el 77 % de los encuestados apreciaba mucho o bastante al jefe del Estado. En un sistema político caótico y fragmentado, Mattarella es el punto de referencia tanto para los políticos como para los votantes. Desde el 2015, Italia tuvo cinco gobiernos diferentes, pero un solo presidente: Mattarella, elegido por el Parlamento cuando el primer ministro era el entonces líder del PD Matteo Renzi, y reelegido en enero pasado, cuando quedó claro que ni la centroderecha ni el M5E eran capaces de nombrar a ningún otro jefe de Estado.
Los italianos ven en Mattarella a un hombre equilibrado y un mediador hábil con una marcada dedicación a la nación: En diciembre del 2021, con 80 años y el final de su mandato se acercaba, dejó claro que quería retirarse de la vida pública y dedicarse a la familia. Solo las enormes dificultades del Parlamento para encontrar su sucesor le convencieron para aceptar siete años más en el Quirinal, el elegante palacio romano donde residen los presidentes de la República.
Desde febrero del 2015, Mattarella fue decisivo en varias ocasiones. En las elecciones del 2018 —cuando los dos partidos políticos más votados fueron el populista M5E y la Liga—, ayudó a Matteo Salvini (secretario de la Liga) y Luigi Di Maio (entonces líder del M5E) a formar un Gobierno que no alarmara a los mercados financieros ni a Bruselas, evitando que un economista muy crítico con el euro fuera nombrado ministro de Economía.
También dio consejos y asesoramiento a Giuseppe Conte, el abogado y profesor de derecho sin ninguna experiencia política al que Salvini y Di Maio indicaron como primer ministro. Y fue Mattarella quien hizo posible el estreno del Gobierno de Draghi en febrero del 2021, mientras la pandemia arreciaba, tras la caída del segundo Gobierno de Conte.
A mediados de este julio, cuando la Liga, Forza Italia y el M5E decidieron no votar la moción de confianza en el Gobierno de Draghi y este dimitió, Mattarella decidió asignar a Draghi, como primer ministro dimisionario, un amplio mandato hasta los comicios de septiembre y el nombramiento de un nuevo Gobierno; Draghi podrá ocuparse de la economía y del Plan de Recuperación, de los efectos de la pandemia y de la guerra de Ucrania.
Los italianos aprecian mucho a Mattarella también por lo que representa. Cuando era joven, este siciliano, profundamente católico, quería dedicarse a la academia. Pero en 1980 se decidió por la política para intentar cambiar las cosas cuando su hermano Santi Mattarella, el gobernador de Sicilia, fue asesinado por la mafia. Demócrata-cristiano de izquierdas, diputado del Partido Popular Italiano y luego del PD, ocupó cargos importantes.
Fue ministro de Educación, viceprimer ministro, ministro de Defensa y miembro del Tribunal Constitucional. Es un ferviente europeísta: también se debe a él la firma del Tratado del Quirinal, con el que Italia y Francia reforzaron su relación, en áreas estratégicas como la política exterior y la defensa.
Ahora los partidos están en campaña electoral y sin duda la política italiana ofrecerá nuevas sorpresas en los próximos meses. Muchos italianos duermen un poco más tranquilos sabiendo que Mattarella es presidente.