El Congreso aprueba un proyecto de ley ante la posibilidad de que, tras la revocación del derecho al aborto, el Supremo empiece a revisar otros precedentes legales
21 jul 2022 . Actualizado a las 09:44 h.El aborto era solo la punta de lanza. Lo advirtió el juez Clarence Thomas después de que el Supremo estadounidense derogase la protección federal de la interrupción del embarazo. «En el futuro tenemos que reconsiderar todos los precedentes sustanciosos de derecho debido de este tribunal, incluyendo Grinswold, Lawrence y Obergefell», escribió. «Tenemos la obligación de corregir el error establecido en esos precedentes», añadió. La primera de esas sentencias protege el derecho de las parejas casadas a usar anticonceptivos, la segunda anula las leyes que castigan la sodomía y la tercera extiende a todos los sexos el derecho a contraer matrimonio. Esa es la agenda conservadora que impulsa la derecha cristiana y ahora también la de la Cámara Baja, de mayoría demócrata, que este miércoles aprobó por ley proteger los enlaces homosexuales.
La Cámara de Representantes ha dado su aval —con 267 votos a favor y 157 en contra— a un proyecto de ley que ahora será enviado al Senado, donde la ajustada mayoría demócrata necesitará el apoyo de al menos diez republicanos para sacarlo adelante. Independientemente del futuro resultado en la Cámara Alta, los progresistas pueden sacar partido de una votación que obligue a los senadores republicanos a retratarse de cara a las elecciones legislativas de noviembre, cuya campaña ya copa la cuestión del aborto. «Si el Supremo no revoca Obergefell [la sentencia que protege el matrimonio homosexual], esta ley será innecesaria, pero inofensiva; si la decisión es revocada, será crucial», señaló el representante demócrata Jerry Nadler en referencia a la posibilidad de que la Corte Suprema empiece a revisar otros precedentes legales. Steve Cohen, demócrata de Tennessee, instó a aprobar el proyecto de ley exponiendo que «simplemente dice que cada estado reconocerá los matrimonios de otros estados y no negará a una persona el derecho a casarse por motivos de raza, género u orientación sexual». Con él se enmienda una ley aprobada en 1996 durante el mandato de Bill Clinton, que definía el matrimonio como un sacramento entre hombre y mujer,
La gran mayoría de los republicanos defienden, sin embargo, que esta ley es innecesaria. Jim Jones, de Ohio, recordó que la sentencia del Supremo sobre el aborto «deja claro que no puede ser malinterpretada» para aplicarse a otras garantías.