La continuidad de Draghi como primer ministro divide a la clase política italiana

valentina saini VENECIA / E. LA VOZ

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Mario Draghi, junto al alcalde Roma, Roberto Gualtieri
Mario Draghi, junto al alcalde Roma, Roberto Gualtieri ANGELO CARCONI | EFE

El líder del M5E está en el centro de las críticas por precipitar la crisis

16 jul 2022 . Actualizado a las 09:05 h.

La política italiana está en el caos tras la renuncia el jueves del primer ministro, Mario Draghi, que el presidente de la República, Sergio Mattarella, rechazó. La crisis estaba en el aire desde hace tiempo, pero muchos confiaban en que Draghi no dimitiría.

«Si vamos a elecciones ahora, mucha gente se irá a casa», dice a La Voz una senadora de centroderecha. La dimisión de Draghi se produjo tras la decisión del M5E, liderado por Giuseppe Conte, de abstenerse en la votación del decreto Ayudas en el Senado, algo que muchos analistas interpretaron como una señal fuerte para pedir a Draghi que preste más atención a las demandas del M5E más que como un intento concreto de derrumbar el Gobierno.

«La jugada de Conte fue muy ‘política’. Quiere complicarle la vida a Draghi y conseguir nuevas concesiones, pero no quiere que dimita», dice un diputado de centroizquierda. «No hay alternativa a Draghi. O sigue siendo primer ministro y el Gobierno sigue funcionando, o habrá que convocar nuevas elecciones. Es indispensable. Draghi lo sabe, por eso ha reaccionado con tanta dureza».

Ayer por la tarde circuló la noticia de que los ministros del M5E dimitirían, pero fuentes del partido lo desmintieron. De hecho, muchos en el M5E quieren un acuerdo con Draghi. Una fuente del M5E asegura que, en caso de que Conte persista en su tira y afloja con Draghi, al menos un ministro del M5E estaría dispuesto a abandonar el partido y unirse al grupo de Di Maio, el ministro de Exteriores pro-Draghi que abandonó el M5E en junio.

Mientras, casi toda la prensa italiana, y en las redes sociales incluso varios analistas que normalmente simpatizan con las batallas del M5E, critican a Conte.

La derecha es tajante. En Facebook, Giorgia Meloni, líder del partido ultranacionalista Hermanos de Italia, pidió «elecciones ya». No es casualidad: su partido encabeza en las encuestas.

Para Matteo Salvini, líder del partido de extrema derecha Liga, y Silvio Berlusconi, líder del partido liberal Forza Italia, la crisis es una oportunidad para atacar al M5E (y al Partido Demócrata, en principio aliado del M5E) y tratar de volver a subir en los sondeos.

«Liga y Forza Italia toman nota de la grave crisis política desencadenada irresponsablemente por el M5E», anuncian ambos partidos en una nota conjunta. Según ellos, la conducta del M5E «ha hecho que se rompa el pacto de confianza que estaba en la base de la acción de gobierno». Por tanto, «ya no es posible contar con ellos».

Apoyo ciudadano

Debido a la guerra en Ucrania, la inflación y la recesión, los italianos son cada vez más pesimistas. A casi uno de cada dos votantes le gusta Draghi, pero si se pregunta por el Partido Demócrata (PD), la cifra supera el 80 %. Por eso el PD está haciendo todo lo posible para intentar salvar al Gobierno. El jueves, Enrico Letta, secretario del PD, escribió en Twitter: «Ahora quedan cinco días de trabajo para que el Parlamento confirme la confianza en el Gobierno de Draghi y para que Italia salga cuanto antes del dramático vórtice en el que está entrando en estas horas».

Matteo Renzi, líder del centrista Italia Viva, que en caso de elecciones está destinado a desaparecer del Parlamento, incluso lanzó una recogida de firmas para pedir a Draghi que se quede en el Palacio Chigi, residencia de los primeros ministros de Italia. Las firmas superaron ayer las 30.000.