Los conflictos laborales del sector aéreo complican la operación salida de julio

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Carlos Luján

Ryanair convoca 12 nuevas jornadas de paro y se mantienen las de EasyJet

11 jul 2022 . Actualizado a las 08:39 h.

Miles de viajeros se han visto afectados estas últimas semanas por las huelgas convocadas por los tripulantes de cabina (TCP) de Ryanair o EasyJet. En el caso de esta última, los trabajadores están ya en plena movilización, con paros que comenzaron con la operación salida el pasado 1 de julio y que se mantendrán a lo largo del mes (coincidiendo con el tercer y último fin de semana).

Por su parte, los empleados de la aerolínea de bajo coste irlandesa (Ryanair) arrancaron su protesta el pasado 24 de junio para reclamar a la empresa la firma del primer convenio colectivo de los tripulantes de la aerolínea. Una negociación que sigue estancada y que la empresa no parece tener visos de querer retomar. Ante esta situación y después de que Ryanair tratara de imponer por todos los medios posibles (incluso incorporando a trabajadores de otros países) servicios mínimos del 100 % durante las jornadas de huelga convocadas en junio, los trabajadores de la aerolínea han decidido ir un paso más allá.

Los sindicatos USO y Sitcpla han anunciado nuevos parones en el mes de julio. Arrancarán mañana mismo y se repetirán 13, 14, 15, 18, 19, 20,21, 25, 26, 27 y 28 y afectarán a las diez bases que tiene la empresa en los aeropuertos españoles.

Los representantes de los trabajadores aseguraban hace unos días que se han visto obligados a convocar una nueva huelga ante «la impasibilidad de la empresa, que no está por la labor de escuchar a sus trabajadores». «Prefieren dejar a miles de pasajeros en tierra antes que sentarse a negociar un convenio bajo la legislación española», criticaba Lidia Arasanz, secretaria general de USO en Ryanair.

Las doce nuevas jornadas de huelga serán, al igual que las anteriores, de 24 horas.

O'Leary anuncia una subida de los precios los próximos meses 

Dos años de pandemia y una creciente inflación obligan a las aerolíneas a reinventar sus estrategias. El primero en reconocer que el futuro va a cambiar ha sido el consejero delegado de Ryanair, Michael O'Leary.

Pionero en Europa del modelo de aviación low cost, el empresario admitió hace unos días que los vuelos dejarán de ser tan baratos. Lo hizo en una entrevista en el Financial Times, en la que anunció que los precios de los billetes aumentarán durante los próximos cinco años impulsados por el encarecimiento del combustible y la imposición de tributos medioambientales. «Las tarifas se incrementarán, porque volar es demasiado barato», sentenciaba O'Leary para explicar que, ahora, considera que es «absurdo» que los billetes de avión cuesten menos que el tren hasta el aeropuerto. «Esos precios tan bajos han sido obra mía. Gané mucho dinero haciéndolo. Pero, en última instancia, no creo que viajar en avión sea sostenible a medio plazo con una tarifa media de 40 euros». Es una decisión que tendrá efectos antes de lo que muchos creen. Porque otro de los directivos de la compañía, Eddie Wilson, anunció esta misma semana que Ryanair subirá los precios de los billetes de avión en los próximos meses. Eso sí, recalcó que seguirán siendo los que ofrezcan las tarifas más baratas.