Europa oriental se rearma frente a Putin

Manuel Varela Fariña
Manuel Varela REDACCIÓN / LA VOZ

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Marines norteamericanos durante unas maniobras de la OTAN realizadas en Estonia en mayo.
Marines norteamericanos durante unas maniobras de la OTAN realizadas en Estonia en mayo. VALDA KALNINA | EFE

La OTAN responde a las amenazas de Moscú con un despliegue de 300.000 soldados aliados

04 jul 2022 . Actualizado a las 15:54 h.

La amenaza rusa en el flanco este europeo conduce a Europa hacia su mayor refuerzo militar desde la Segunda Guerra Mundial. La OTAN contará con más de 300.000 soldados en esta zona, ocho veces más de lo que era habitual y el triple de lo actual, tras el progresivo refuerzo desde comienzos de año tras la invasión rusa de Ucrania en febrero. La cumbre de Madrid ha puesto negro sobre blanco, en el nuevo concepto estratégico de la Alianza, que Rusia ha dejado de ser un país socio para convertirse en «la amenaza más significativa y directa para la seguridad» de Occidente. 

Refuerzo

De batallón a brigadas. Los Estados bálticos han estado años advirtiendo sobre la amenaza rusa en sus fronteras. Fueron invadidos por el Ejército soviético en los años cuarenta y estuvieron bajo el dominio de Moscú durante casi cincuenta años. «Rusia lleva desde el 2000 dando pasos para recrear una nueva Unión Soviética», resume a La Voz un representante del Ministerio de Defensa lituano, que celebra la militarización de la región para protegerse ante el Kremlin. Su país alberga desde el 2016 un batallón coordinado por Alemania donde, a excepción de efectivos neerlandeses, la base rota cada seis meses de soldados, armas y países involucrados en la misión debido a los acuerdos con Moscú, que impiden el asentamiento de bases fijas en la región. Lo mismo ocurre en las vecinas Estonia y Letonia, con el liderazgo del Reino Unido y Canadá, respectivamente.

Esto ha cambiado en el nuevo escenario de bloques similar al de la Guerra Fría. Hasta ahora había 4.000 soldados con la rosa de los vientos blanca sobre fondo azul estampada en la manga, pero lo habitual es que hubiese entre 1.000 y 1.600. Insuficiente para los escasos efectivos bálticos, cuya población suma 6 millones de habitantes entre los tres países. El secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, ya anunció antes de Madrid que cumpliría los deseos de estos Estados de elevar el nivel de los batallones al de brigada, lo que permitiría, como mínimo, duplicar el refuerzo actual. Además, Estados Unidos contará con una base permanente en Polonia y mantendrá las rotaciones adicionales de brigadas en Europa, con 5.000 desplegados en Rumanía. 

Disuasión

Más protección. El refuerzo militar en la región incrementa así el poder de disuasión, el término más empleado por la organización junto al de defensa. Todas las maniobras en las bases bálticas se centran en entrenar operaciones defensivas, en concreto las de tipo delay (‘demora', en español). Esta estrategia consiste es ceder una parte del terreno en caso de invasión para ganar tiempo y reforzar las líneas. «Somos pocos en los batallones, pero muy poderosos», responde por correo un responsable alemán de la base de Pabrade, en Lituania. Los batallones pasan a ser ahora brigadas, los efectivos de respuesta rápida se multiplican y el poder de disuasión es, por tanto, mucho mayor que el actual. 

Escenario

Vuelta a la Guerra Fría. Rusia ha aprovechado la vulnerabilidad militar de los países del flanco este para llevar a cabo una guerra híbrida durante la última década: ciberataques, desinformación o el uso de inmigrantes de Oriente Medio para hacer entradas masivas desde Bielorrusia. La amenaza es también militar ahora, y ante una posible invasión, la OTAN aumenta su fuerza de respuesta rápida a más de 300.000 soldados. Esto supondrá que los aliados del Oeste dispongan también a sus fuerzas aéreas, terrestres y marítimas para dar una respuesta rápida ante cualquier amenaza en los territorios próximos a Rusia. Es un escenario de operaciones similar al de la Guerra Fría, ya que los comandantes podrán saber con antelación el número específico de fuerzas aliadas de las que disponen en cualquier momento y el tiempo que tardarán en entrar en acción si es necesario. 

Tensión

Nuevos puntos calientes. Rusia cuenta con un enclave en el Báltico separado del resto de su territorio, Kaliningrado, el antiguo Königsberg prusiano que los soviéticos ocuparon en los años cuarenta. Un tren ruso atraviesa territorio de la Unión Europea tres veces al día a través de Lituania. La reciente limitación del transporte de mercancías impuesta por Vilna, auspiciada por la Unión Europea, provocó que el Kremlin amenazase a la población lituana con «graves consecuencias». Al sur de este país, en la frontera con Polonia, se extiende el punto más vulnerable de la OTAN, el corredor Suwalki. Se trata de una franja de menos de cien kilómetros entre Kaliningrado y Bielorrusia que, en caso de invasión rusa —rápida por la orografía y la endeble defensa de la frontera—, desconectaría a los países bálticos del resto de Europa. 

Defensa

El artículo 5. «Lanzamos el mensaje de que estamos listos para proteger y defender cada pulgada de territorio aliado», recalcó Stoltenberg. Es un mantra de la Alianza que resume el artículo 5 del tratado de Washington, probablemente el más relevante para los países fronterizos con Rusia. El texto recoge que el ataque o invasión a cualquier país miembro de la Alianza supone una «agresión para todos», por lo que el conjunto de países de la OTAN entrarían en guerra en ese momento. 

España

Mayor despliegue. Unos 600 soldados están destinados en la base de Adazi, en Letonia, junto a tropas de otros siete países. Son cuatro grupos de combate que forman el batallón liderado por Canadá. En Lituania, el Destacamento Aéreo Táctico Vilkas [que significa lobo en lituano] lidera la rotación en la base de Siualai con sus F-18, en la que ya es la quinta intervención de las Fuerzas Aéreas Españolas en el país desde que la OTAN inició en el 2004 las misiones de defensa colectiva de la Baltic Air Policing. Pilotos del destacamento interceptan varias veces al mes a cazas rusos que entran en espacio aéreo próximo al de los países bálticos sin plan de vuelo ni autorización. El refuerzo militar aliado en la región supondrá también un mayor despliegue de tropas españolas.