El presidente francés rechaza la dimisión de su primera ministra, mientras intenta lograr apoyos para evitar el bloqueo parlamentario
22 jun 2022 . Actualizado a las 08:24 h.Dos días después de los resultados de las elecciones legislativas, el presidente Emmanuel Macron comenzó a recibir este martes a los representantes de las fuerzas políticas susceptibles de poder formar un grupo en la Asamblea Nacional «para identificar las posibles soluciones constructivas al servicio de los franceses», según reza el comunicado emitido por el palacio del Elíseo.
El primero en la lista fue el presidente de Los Republicanos, Christian Jacob, quien reiteró la determinación de su partido de rechazar «toda lógica de pacto», una de las posibilidades que Macron baraja para cerrar una mayoría para poder gobernar. Según Jacob, corresponde al presidente «presentar sus propuestas» porque ellos no están dispuestos a entrar en una lógica «que podría suponer una traición a nuestros electores tras hacer una campaña de oposición» al Gobierno. Eso sí, precisó que «jamás» entrarán tampoco en una postura de bloqueo de las instituciones.
Jacob reprochó a Macron haber instrumentalizado los extremos e intentar debilitar a los conservadores seduciendo a algunos de sus miembros, por lo que tiene «una gran responsabilidad» por los resultados de los comicios.
En la misma línea, el líder de los socialistas, Olivier Faure, indicó tras reunirse con Macron, que tiene la «obligación» de esforzarse en buscar compromisos con todos y «no limitarse a una mayoría fácil que solo esté ahí para apretar el botón».
Tensiones
Jean-Luc Mélenchon, por su parte, intenta mantener su protagonismo. Quiso hacerse una foto en la Asamblea, a pesar de que no es uno de sus miembros, con todos los diputados de la coalición izquierdista Nupes. Sin embargo, los partidos de la alianza quisieron marcar distancias con La Francia Insumisa y hacerse la foto con su propios correligionarios después del jarro de agua fría que lanzó la víspera Mélenchon al proponer formar un solo grupo parlamentario, dado que el acuerdo electoral especifica que cada fuerza guardaría su autonomía en la Asamblea. El propio Mélenchon reconoció este martes que quizás había ido «demasiado rápido».
Élisabeth Borne presentó su dimisión a Emmanuel Macron, y este la rechazó, renovando su confianza en la primera ministra para que «el Gobierno pueda seguir trabajando estos días» en búsqueda de «soluciones constructivas» al servicio de los franceses, según indicó el Elíseo.
En busca de un sustituto
Borne permanecerá en su puesto, al menos mientras Macron le encuentro un sustituto, para que pueda firmar las medidas que el presidente de la República espera implementar antes de las vacaciones de verano como las referidas a la mejora de los servicios de urgencia de los hospitales. Como muestra de normalidad, la primera ministra reunió en el palacio de Matignon al conjunto de su Gobierno, incluidas las tres ministras que han perdido las elecciones y que, en principio deberán dimitir de sus carteras.
A pesar de que Macron le ha renovado su confianza al menos el tiempo de finalizar sus consultas con los otros partidos y para mostrar que el Gobierno no está bloqueado, Élisabeth Borne está tocada por la pérdida de la mayoría absoluta en la Asamblea, y los sondeos muestran que cada vez son más los franceses que dudan de su capacidad para reformar el país. El 5 de junio debe pronunciar su discurso de política general, que habitualmente es seguido de un voto de confianza por parte de la Asamblea, pero no está obligada a someterse a ese voto.