Vox y la izquierda se alían contra Moreno

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

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Julio Muñoz | EFE

El candidato del PP elude la confrontación en el segundo debate: «Estoy en la centralidad»

14 jun 2022 . Actualizado a las 00:23 h.

Las encuestas que manejan los partidos de cara a las elecciones andaluzas de este domingo solo favorecen al presidente de la Junta y candidato a la reelección, Juanma Moreno, por lo que el debate de este lunes, segundo y último de una campaña que ya afronta su recta final, se convirtió en un todos contra el candidato popular, al que sometieron a un acoso y derribo. A lo largo de las casi dos horas en las que se prolongó el programa, resultó complicado detectar ataques a otros participantes, con la excepción del líder de Ciudadanos, un Juan Marín que se presenta a la cita con la esperanza de sacar algún escaño que le permita ser la muleta parlamentaria de los populares y evitar «el lío».

Juanma Moreno evitó el cuerpo a cuerpo y se limitó a presentarse como el presidente de todos los andaluces, algo que viene haciendo a lo largo de toda la campaña: «Estoy en el lugar adecuado, la señora Olona (Macarena, la candidata de Vox) me ataca, y la izquierda también me ataca. Estoy en la centralidad, donde están la mayoría de los andaluces», dijo sin perder la sonrisa.

En los debates políticos se ha instaurado la tradición de que cada uno de los participantes disfruten de un primer minuto a modo de presentación, 60 segundos que emplean también como declaración de intenciones. «Hemos avanzado, ahora les toca elegir», comentó Moreno, que reivindicó a su Ejecutivo como cercano, transparente o eficaz». Los números que manejan en el PP son tan positivos que entienden que la mayor amenaza a la que se enfrentan el domingo es al cóctel que pueda formar el calor con el exceso de confianza, y que provoque un éxodo a las playas.

Inmaculada Nieto, líder de Por Andalucía, la coalición amadrinada por Yolanda Díaz y que aglutina a seis fuerzas políticas distintas, le advirtió de las posibles consecuencias sobre un exceso de soberbia: «Se le está poniendo toda la cara de Susana Díaz. Ese vivir por lo alto de la realidad...», comentó.

Derechos o derechas

El candidato del PSOE, Juan Espadas, que todavía confía en que una alta participación convierta en añicos todas las quinielas, marcó la pauta en su primera intervención, en la que se encargó de reducir los escenarios a dos: «Andalucía necesita elegir entre la propaganda del señor Moreno Bonilla o un Gobierno de progreso. Hay que elegir entre derechos y derechas», dijo, sugiriendo con este plural un hipotético pacto de los populares con Vox.

Moreno respondió con la misma sutileza recurriendo a un arma que empleó en el primer debate: alabar la gran «experiencia» de Espadas, que además de alcalde de Sevilla, ejerció de «consejero del señor Chaves y del señor Griñán», dos de los nombres más salpicados por la corrupción en Andalucía.

A continuación soltó otro golpe de diplomacia fina sobre Espadas: «Más que como candidato del PSOE, habla como delegado de Sánchez en Andalucía», dijo, evidenciando la gran influencia del presidente del Gobierno en el proceso de primarias del PSOE andaluz, que le permitió desembarazarse de Susana Díaz. Moreno se reivindicó junto a Teresa Rodríguez como el único candidato «sin tutelas de Madrid».

Por si alguien se había perdido el primer debate, ayer volvieron a repetirse las menciones a la polémica del censo de Olona, que se empadronó recientemente en una localidad de Granada para poder presentarse a estos comicios. La candidata de Vox denunció que Canal Sur, el ente autonómico que organizó el debate, «cuesta cada año 162 millones» a los andaluces. «Mi compromiso es que los profesionales van a mantener sus puestos de trabajo, pero los enchufados, los activistas y los amiguetes, no van a durar un telediario». Juan Marín puso en duda que esta «sintonizara» Canal Sur. «No me diga cómo se sienta un andaluz», le reprochó Teresa Rodríguez, exdirigente de Podemos y en la actualidad cabeza de lista de Adelante Andalucía, una nueva formación que se presenta con un programa con aires nacionalistas. Rodríguez lució ayer una chaqueta verde y una camiseta con el rostro de Federico García Lorca.

«Las comilonas de Kichi»

La gaditana volvió a ejercer de principal freno a la representante de Vox, con la que mantuvo uno de los momentos de mayor tensión del debate. La líder de Adelante Andalucía afeó a Olona que se beneficiara de las subidas de la luz por disponer de acciones de Iberdrola. Esta respondió que tenía un modesto paquete de «700 euros» adquirido con sus ahorros. Tras la defensa, pasó al ataque: «Kichi», nombre con el que se conoce al alcalde de Cádiz y pareja sentimental de Teresa Rodríguez, «se ha gastado mucho más en comilonas, y con dinero público», dijo. «¡Qué mal gusto tiene!», le afeó Rodríguez.

El momento surrealista llegó al inicio. También protagonizado por Olona, que se sacó de debajo del atril un lote de libros de texto de educación primaria destinado a niños de diez y once años. «¿Quiere leerlo? Porque me da pudor», le comentó a Juanma Moreno, que estaba justo a su lado. «¿Qué es la masturbación?», leyó, cerrando el libro escandalizada. «Si a mi hijo se le acerca un hombre en el parque y le habla de la masturbación, llamaría a la Policía. Ustedes han metido a esas personas del parque en las aulas», denunció Olona, que acusó a la Junta de estar «adoctrinando». Moreno se sacó otro libro de texto. «Me trajo mercancía caducada. Yo quiero la mejor educación, y libertad para los padres, que puedan escoger su centro de sus hijos».

Olona: «Si necesita una abstención de Vox, no va a ser presidente si Vox no está dentro del Gobierno»

Las encuestas coinciden en que el PP ganará de forma holgada. Según proyectan, tampoco existen muchas dudas de que Juanma Moreno obtendrá más escaños que la suma de las tres listas de izquierdas. Y la gran incógnita está en si Vox entrará o no en el Gobierno. Los de Santiago Abascal advierten de que se vayan olvidando de una reedición del modelo de Ayuso en la Comunidad de Madrid, en donde Vox se abstuvo para facilitar su presidencia. Las cosas han cambiado y ahora reclaman entrar en los ejecutivos. Olona lo dejó ayer muy claro: «No le voy a tener en cuenta algunas cositas que está diciendo en campaña: que hay que frenar a Vox, que no me quiere de vicepresidenta...», dijo a Moreno. «No se lo voy a tener en cuenta, va a tener mi mano tendida después del 19J. Ahora bien, porque lo que Vox dice durante la campaña, lo cumple: si tan solo necesita una abstención de Vox para ser presidente, no lo va a ser si Vox no está dentro del Gobierno», advirtió.

Si hasta ahora habían sido las formaciones de izquierda las que más presionaron a Moreno Bonilla para que aclarara si estaría dispuesto a dejar entrar a Vox en el Ejecutivo, ayer fue la propia Olona. «Quiero que conteste a los andaluces», insistió.

Esta circunstancia fue aplaudida por Espadas, el líder de los socialistas, que lo interpretó como «una declaración de amor en toda regla. Es el segundo capítulo de esto», dijo, sacando una imagen de las negociaciones de hace cuatro años, cuando Vox facilitó un gobierno de coalición entre el PP y Cs para desbancar al PSOE tras casi 40 años consecutivos instalados en el Palacio de San Telmo. Juanma Moreno se limitó a decir que su única alianza será «con los andaluces», y afeó a Vox que «no crea en la autonomía», y «ahora quiera ser vicepresidenta de un Gobierno en el que no cree». En la dirección del PP entienden que cuantos más apoyos logren en las urnas, Vox tendrá más complicado intentar forzar una repetición electoral.