El PSOE alerta de la llegada de la «ultraderecha» con un pacto de PP y Vox
07 jun 2022 . Actualizado a las 00:19 h.«Soy el hombre de moda, voy a ser el receptor de todos los palos. Van a observar que a mi derecha y a mi izquierda van a coincidir en numerosas ocasiones». Juanma Moreno, presidente de Andalucía y candidato del PP a la Junta en las elecciones del próximo 19 de junio, es el gran favorito en todas las encuestas, por lo que este lunes resumió así su papel, al convertirse en la «diana» favorita del resto de los cinco candidatos que participaron en el primer debate electoral. Con muchos matices, porque al existir seis listas con posibilidades reales de obtener representación parlamentaria, son muchas las disputas cruzadas, pero buena parte de los ataques fueron destinados al popular. A todos menos a Moreno les interesa un giro en el guion cuando ya restan menos de dos semanas para que los andaluces voten.
Si cabe, el menos agresivo con Moreno fue su vicepresidente. Juan Marín, cabeza de lista de Ciudadanos que dedicó buena parte de sus intervenciones a elogiar las acciones del «mejor gobierno de la historia» de la comunidad. Los naranjas corren riesgo de desaparición, pero confían en sacar un par de escaños que les conviertan en decisivos para poder reeditar la coalición. «Os pido renovar esa confianza», comentó, simplificando los escenarios que puedan depararse a partir del día 20 en solo dos: «Renovar el mejor gobierno que ha tenido Andalucía en su historia, o meternos en el jaleo», dijo, porque con jaleo se refería a la posibilidad de que las fuerzas de izquierda puedan sumar en una posible investidura, pero con jaleo se refería también a la opción de que Vox pueda tener un papel determinante en la Junta.
Polémicas con Vox
El censo de Olona. Macarena Olona, candidata de la formación liderada por Santiago Abascal, empleó su minuto inicial como una declaración de intenciones de que jugaría agresivo: «Han intentado ilegalizar a Vox», dijo. «Han intentado ilegalizar mi candidatura. Soy Macarena Olona, nacida en Alicante, y orgullosa de mis raíces», afirmó, siendo la primera en abordar la polémica sobre su censo en una localidad granadina. La todavía diputada de Vox afirmó que cuando lleguen a «San Telmo», el palacio presidencial, «vamos a cerrar todos los chiringuitos ideológicos». «Nunca una mujer o una persona homosexual ha caminado en las calles de Andalucía con tanta inseguridad», alertó Olona,algo que atribuyó a las consecuencias del «efecto llamada» por la migración «irregular». Teresa Rodríguez, representante de Adelante Andalucía, fue la primera en pararle los pies: «Me sorprende que usted sepa lo que siente una mujer andaluza andando sola por la calle, cuando usted por Andalucía se ha paseado poco», ironizó la exdirigente de Podemos sobre su falta de arraigo con la tierra.
Moreno, al contragolpe
La experiencia de Espadas. El candidato del PSOE, Juan Espadas, aprovechó esta subida del tono de Olona para advertir de un posible pacto entre Moreno Bonilla y Vox, recurriendo al acuerdo que firmaron hace unos meses para gobernar en Castilla y León, dando entrada por primera ocasión a los de Abascal en un ejecutivo autonómico: «Moreno, después de escuchar Olona, ¿sigue pensando igual, que le encantaba el Gobierno del señor Mañueco?», cuestionó. Los socialistas siguen convencidos de que la mejor estrategia para activar a su electorado pasa por alertar de la llegada de la «ultraderecha» a los gobiernos.
Moreno presumió de la gestión en estos cuatro años que lleva en el Gobierno tras casi cuatro décadas socialistas. Y pese a que eludió caer en las provocaciones, ya que su campaña pasa por evitar la polarización, no desaprovechó la oportunidad de lanzar pullas a Espadas, aunque camuflados bajo elogios de su «experiencia». Recordó hasta en tres ocasiones que el candidato del PSOE había sido «consejero de Chaves y Griñán», ejecutivos salpicados por la corrupción; también fue «alcalde de Sevilla», dijo.
Pactos
El farol de Vox. El último bloque se centró en los pactos poselectorales. Si la izquierda suma, el PSOE liderará el Ejecutivo «Frankenstein, con ocho partidos de izquierda», apuntó Bonilla: PSOE, Adelante Andalucía y las seis fuerzas que conforman Por Andalucía, lideradas por Inmaculada Nieto: Podemos, IU, Más País, Verdes-Equo, Andalucía Verde e Iniciativa del Pueblo Andaluz. Si Cs tiene algún tipo de peso dará su apoyo al PP, y falta ver lo que pasa con Vox y los populares. Moreno aspira a sumar más que la izquierda, para forzar una abstención de Vox que le permita gobernar en solitario: «Quiero gobernar solo». Los de Abascal dicen estar dispuestos a forzar una repetición, aunque en Génova creen que se trata de un farol.
El líder del PP destaca la obediencia y el silencio de Espadas ante Sánchez
Una de las variables que más penaliza a los candidatos autonómicos en Galicia es el sometimiento a las direcciones nacionales de los partidos en Madrid. El electorado andaluz también parece reunir esa característica. En el debate de ayer abundaron los ataques en este sentido. Moreno Bonilla subrayó que Espadas es el hombre que apoyó Sánchez para acabar con Susana Díaz, uno de sus grandes contrapesos internos: «Usted no tiene carácter para enfrentarse a su jefe de filas», dijo, justo antes de lamentar los pactos de los socialistas con EH Bildu y ERC.
«¿No le parece tosco? Andalucía es la comunidad con más víctimas del terrorismo de ETA. ¿No le parece intragable? A mí nadie de Madrid me va a decir nada».