Las reses de una explotación francesa redujeron el volumen entre un 15 y un 20 % sin causa aparente
30 may 2022 . Actualizado a las 09:54 h.Aunque la presencia de antenas de telefonía lleva años generando mucha polémica, debido a sus posibles efectos adversos para la salud de las personas, pocas veces se ha hablado sobre sus potenciales consecuencias sobre los animales o la actividad ganadera.
De ahí que haya sorprendido tanto la sentencia dictada hace unos días por el tribunal francés de Clermont-Ferrand, que ordena paralizar cautelarmente la actividad de una antena de telefonía 4G situada a escasos 200 metros de una explotación láctea. Al parecer, según argumentó el titular de esta granja situada en la localidad de Mazeyrat-d'Allier, en el departamento del Alto Loira, al sudeste del país, la producción lechera de sus vacas habría caído entre un 15 y un 20 % desde la colocación de la torre en julio del pasado año.
Sacrificar 40 animales
Del mismo modo, el ganadero también alega que las ondas emitidas por la instalación también han tenido consecuencias dañinas sobre la salud de su rebaño hasta el punto de que se ha visto obligado a sacrificar 40 de sus más de 200 cabezas.
En este sentido, aunque los diferentes operadores de telefonía que gestionan el repetidor sostuvieron en el juicio que no existen evidencias científicas que vinculen la presencia o funcionamiento de estos campos magnéticos con la salud de las vacas, para el veredicto judicial ha tenido mayor peso el informe del perito, quien también reconoce no haber encontrado ningún otro motivo que pueda explicar la caída de la producción láctea —al parecer ya comenzó a los pocos días de ponerse en marcha la antena— ni la posterior enfermedad de las reses. De hecho, ninguno de los múltiples análisis realizados tanto en las instalaciones de la granja como en el alimento, la bebida o los medicamentos han arrojado resultados significativos.
También parece haber tenido un peso importante la declaración del alcalde de Mazeyrat-d'Allier, Philippe Molhérat, que, si bien había autorizado inicialmente la instalación de la antena, también habría reconocido el estado alarmante del rebaño afectado. El regidor incluso mostró su preocupación por la posibilidad de que llegase a producir una «una catástrofe a nivel humano», sobre todo ante la preocupación creciente que estaba generando la actividad de la antena entre los 1.500 habitantes de la localidad.
Por lo pronto, el auto judicial da tres meses de plazo a las empresas de telefonía para que, una vez garanticen el servicio en la zona utilizando otros sistemas, paralicen totalmente la actividad de la torre durante dos meses, período en el que varios técnicos realizarán un seguimiento de la explotación afectada con el fin de verificar si la instalación 4G interfiere o no sobre la actividad del rebaño.