Johnson niega que quiera romper el protocolo del «brexit» para Irlanda del Norte, pero pide a la UE que acepte cambiarlo

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Manifestantes contrarios a Johnson se concentraron en la visita que el primer ministro británico realizó a Irlanda del Norte
Manifestantes contrarios a Johnson se concentraron en la visita que el primer ministro británico realizó a Irlanda del Norte MARK MARLOW | EFE

El primer ministro viaja al Úlster para intentar ayudar a facilitar la formación de un Gobierno autonómico, pero no lo ha conseguido

16 may 2022 . Actualizado a las 19:37 h.

El repertorio de Boris Johnson para negociar con la Unión Europea (UE) las consecuencias del brexit parece estar limitado a las amenazas, bien sean directas o veladas. Así ha quedado en claro en el viaje que el primer ministro británico realizó este lunes a Irlanda del Norte, donde optó por bajar el tono y asegurar que no busca romper el polémico protocolo para el conflictivo territorio. Sin embargo, acto seguido pidió a los Veintisiete que muestren flexibilidad y acepten modificar «sensiblemente» el acuerdo, porque el mundo actual es muy diferente al de hace tres años, cuando se firmó.

«El protocolo se acordó de buena fe. Y es por eso que aquellos que quieren desecharlo en vez de hacer modificaciones se están centrando en cuestiones erróneas», aseveró Johnson en un artículo difundido por el diario The Belfast Telegraph con motivo del viaje que realizó al Úlster.

Pese a que en su escrito se mostró dispuesto a seguir negociando con sus otrora socios, el mandatario insistió en que el pacto debe ser reformado, porque el mundo en el que se aprobó es distinto al de hoy. «Muchas cosas han cambiado desde que el protocolo se aprobó (en 2019). Fue diseñado en un momento en que no había un Acuerdo Comercial y de Cooperación (entre el Reino Unido y la UE) y no se sabía si se alcanzaría. Fue diseñado antes de una pandemia global y de una guerra en Europa que ha provocado un alza en los precios no vista en 50 años», agregó.

No obstante, a pesar del conciliador de Johnson, hoy está previsto que su ministra de Exteriores, Liz Truss, presente en la Cámara de los Comunes el borrador de la ley que le permitirá a su Gobierno reescribir o derogar partes del acuerdo, algo que podría desatar una guerra comercial con la UE. La eliminación del rol del Tribunal Europeo de Justicia como árbitro de las disputas entre ambas orillas del Canal de La Mancha y de los controles aduaneros serían los puntos conflictivos de la nueva legislación.

Al final de la tarde Johnson descartó un eventual conflicto con los Veintisiete, al asegurar que la propuesta legal es «solo un seguro» en caso de que las negociaciones fracasen.

Sin resultados

El viaje de Johnson  al Úlster tenía por propósito ayudar a la formación de un Gobierno autonómico y desbloquear la situación política, para lo cual mantuvo reuniones con las principales formaciones norirlandesas en el castillo de Hillsborough. Uno gesto que parece no haber tenido los resultados esperados a juzgar por las primeras reacciones tanto de los republicanos del Sinn Féin, ganadores de las elecciones del pasado 5 de mayo, como de sus rivales unionistas del Partido Democrático Unionista (DUP).

«Nos quedó muy claro que, a pesar de toda la retórica del Gobierno británico sobre el restablecimiento del Ejecutivo regional, la prioridad del primer ministro era aplacar al DUP», se quejó la presidenta del Sinn Féin, Mary Lou McDonald, en declaraciones a la prensa.

Desde el bando protestante los mensajes no fueron más esperanzadores. «No sabemos qué acciones tomará el Gobierno (para cambiar el protocolo) pero queremos ver acciones más que palabras», afirmó el líder del DUP, Jeffrey Donaldson, quien mantuvo que mientras el actual acuerdo siga en vigor ellos no participarán en ningún Gobierno, lo cual en la práctica supone la paralización de la autonomía de Irlanda del Norte.

Johnson comprobó en el terreno lo polarizada que está la región, pues fue recibido entre abucheos y aplausos de parte de manifestantes que respaldan y se oponen al acuerdo del brexit para el territorio.

Mensajes contradictorios

La posibilidad de que Londres vuelva apelar a la unilateralidad tiene en alerta a Bruselas, desde donde vienen desde hace meses advirtiendo que responderán con sanciones a cualquier nuevo movimiento no consensuado. Por su parte, desde la vecina República irlandesa han pedido al Reino Unido cuidar sus pasos.

«Este es el momento de la calma, es un momento para el diálogo, es un momento para el compromiso y la asociación entre la UE y el Reino Unido para resolver estas cuestiones pendientes», dijo el ministro de Exteriores, Simon Coveney. Por su parte, desde Downing Street lanzaron otro mensaje que parece no estar en sintonía con sus pasos. El portavoz de Johnson dijo que «había espacio para llegar a un acuerdo».