La historia del Saratoga, un edificio con varias vidas y con clientes de lujo
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Fue construido a finales del XIX, en los años treinta empezó a brillar como hotel de lujo por su música y sus restaurantes, en él dejó huella Alberti, su decadencia comenzó con la revolución castrista y desde su reconstrucción en el 2005 acogió a ricos y famosos, como Madonna, Beyoncé o Mick Jagger
08 may 2022 . Actualizado a las 09:12 h.El Saratoga volvió a mostrar en el 2005 su pedigrí en el corazón de la Habana Vieja, a unos pasos del Capitolio, tras una reforma integral que conservó algunas de las señas de identidad originales de este icono del estilo neoclásico construido a finales del XIX, cuando Cuba era aún una joya del moribundo imperio español.
Con grandes cambios de puertas adentro en su remodelación como hotel, este inmueble para turistas vip seguía mostrándose a primera vista un poco como el que fue. Conservó los rasgos de su fachada original y algunos elementos como las celosías de madera, las rejas o las escaleras de mármol. La del Saratoga, que empezó llamándose Alcáraz, es una historia que empieza realmente como hotel en el 1933. Relacionada con la empresa, la música y el arte en su esplendor, esa historia quedó reducida el viernes a escombros en minutos.
Según el historiador Carlos Venegas, el legendario edificio nació como una especie de multiusos, para albergar un almacén de tabaco y casas de huéspedes. Lo mandó construir el comerciante cántabro Gregorio Palacios, uno de los hombres más ricos de La Habana en las postrimerías del XIX. En 1879, firmó la construcción de un edificio de tres plantas. La superior fue la destinada a hospedería en ese primer diseño.
El Saratoga fue vivienda privada antes de convertirse en un hotel de lujo y con el cambio se movió de la calle Monte, frente al antiguo Campo de Marte, a la del Prado en 1933. Dos años después, brillaba en las guías turísticas como uno de los mejores establecimientos de la Habana, en parte por los espectáculos musicales en su terraza. Empezaba a nacer el son y el Guantanamera se preparaba para dar el salto de Guantánamo a las calles de la capital. Sus restaurantes y su música convirtieron el Hotel Saratoga, en esos años de nueva política turística, en una atracción para viajeros y transeúntes.
En aquel hotel comenzó la orquesta Anacaona, la primera cubana formada íntegramente por mujeres. Tras la revolución castrista del 59, el Saratoga dejó de ser hotel de la noche a la mañana y con su reconversión en bloque de viviendas para campesinos comenzó su decadencia. Con el tiempo, tras la reforma del 2005, otros sonidos llegaron al Saratoga. El hotel de los ricos y famosos en la Habana acogió recientemente a Beyoncé y Jay-Z, Rihanna, Madonna y Mick Jagger.
En él, dejó huella el poeta Rafael Alberti, que quedó inmortalizada en una placa conmemorativa de esa visita del autor, y de la edad dorada del malogrado Hotel Saratoga.