El espionaje con este programa hace tambalear la legislatura. El PSOE busca cerrar las diferencias internas, apaciguar las exigencias de Podemos y reconstruir la relación con sus socios independentistas, sobre todo con ERC. ¿Será suficiente la destitución de la directora del CNI, Paz Esteban?
10 may 2022 . Actualizado a las 11:11 h.Pegasus amenaza con llevarse por delante la legislatura. Pese a que en el Gobierno insisten en su voluntad de agotar un mandato que expira a finales del próximo año, ERC, la formación clave tanto en la investidura como en la aprobación de los últimos Presupuestos, amaga con convertir en un martirio cada votación en el Parlamento.
La crisis comenzó hace tres semanas, con la publicación en el semanario The New Yorker de que al menos 60 dirigentes independentistas habían sido espiados con este programa informático de origen israelí que solo puede ser adquirido por los gobiernos. El Ejecutivo se mostró incapaz de sofocar un asunto que estalló justo en la recta final de la negociación del llamado decreto anticrisis. Pedro Sánchez acabó salvándolo gracias al apoyo a última hora de EH Bildu, pero lejos de atenuarse las críticas por parte de sus socios, las explicaciones ofrecidas desde el Gobierno no han hecho más que alimentar la polémica.
En apenas diez días, la situación para la Moncloa ha empeorado después de que el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, convocase una sorpresiva rueda de prensa para anunciar que los móviles de Pedro Sánchez y Margarita Robles habían sido también intervenidos. El alejamiento ya evidente con ERC derivó en un enfrentamiento interno entre dos de los ministros socialistas, Bolaños y Robles, que se acusan mutuamente de ser los responsables de la seguridad del teléfono del presidente. Todo en medio del ruido generado por sus propios socios de la coalición, un Podemos que pide la cabeza de Robles al apreciar la oportunidad para desprenderse de uno de sus principales contrapesos dentro del Consejo de Ministros. Podemos alega que su cese es clave para reconstruir la mayoría.
Además de quedar en evidencia esta fragilidad tanto a nivel interno como externo, el Gobierno también sale cuestionado no solo por la incapacidad de proteger el teléfono de su presidente, si no por no haberse percatado de su hackeo hasta que transcurrió un año. En la oposición consideran que el tiro para intentar victimizar a Sánchez les salió por la culata. Esta es la reconstrucción de los puntos más trascendentales de dos semanas y sus grandes protagonistas.
1.- MERITXELL BATET
Fuerza el reglamento
A dos días de que el Pleno del Congreso votase la convalidación del decreto anticrisis, a Pedro Sánchez no le salen las cuentas. ERC evidencia su enfado y exige explicaciones por el supuesto espionaje. La socialista Batet anuncia que se abarata el baremo para participar en la comisión de secretos oficiales, que se celebra a puerta cerrada y en donde se dan a conocer algunos de los grandes secretos de la seguridad del Estado. Si hasta entonces se exigía el apoyo de tres quintas partes de la Cámara, y por tanto, el visto bueno conjunto del PSOE y el PP era imprescindible para permitir el ingreso de cada diputado a dicha comisión, ahora se requiere solo la aprobación de la mayoría. Batet convoca un pleno exprés para esa misma semana con el único objetivo de constituir dicha comisión.
2.- MERTXE AIZPURUA
EH Bildu salva la votación
Mertxe Aizpurua, portavoz de EH Bildu, anuncia en el debate que votarán a favor del decreto. Finalmente ERC vota en contra, un detalle en el que algunos aprecian un acuerdo entre soberanistas vascos y catalanes para salvar al Gobierno, y la votación sale adelante de forma muy ajustada. Varios diputados del PSOE aplauden el «sentido de Estado» de los herederos de Batasuna y cargan contra el PP, que finalmente votó también en contra. Pese a los acercamientos, el principal partido de la oposición considera que fue todo una teatralización del Gobierno, y que el voto favorable de EH Bildu estaba atado desde que Batet permitió por primera vez en la historia el acceso de los aberzales a la comisión de secretos.
3.- FÉLIX BOLAÑOS
Sánchez, también espiado
El lunes 2 de mayo, festivo autonómico en Madrid, la Secretaría de Estado de Comunicación sorprende a las 7.00 horas al enviar un mensaje de Telegram a los periodistas que habitualmente siguen al Ejecutivo citándoles a una rueda de prensa para las 9.30. Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, comparece junto a la portavoz, Isabel Rodríguez, para anunciar que los móviles de Sánchez y de Robles también fueron atacados. El pinchazo había sido hace un año. Feijoo ofrece su apoyo en las cuestiones de seguridad nacional, pero aprecia «una casualidad no menor» con el momento escogido por la Moncloa para realizar el anuncio. Los socios independentistas también manifiestan sus dudas.
«Creo que (en el PSOE) no son conscientes de las consecuencias. Quien crea que esto no se puede cargar la legislatura, no está valorando la magnitud de lo que tenemos. No es una amenaza, es pura información». Fueron las palabras con las que el portavoz de ERC en la Cámara Baja, Gabriel Rufián, puso en duda la continuidad de la legislatura. Lo hizo este martes, coincidiendo con la reunión de la Junta de Portavoces, que tenía que decidir dos cuestiones fundamentales: la creación de una comisión de investigación sobre Pegasus y la comparecencia de Pedro Sánchez en el Pleno para arrojar luz sobre el asunto. El nuevo equilibrio de fuerzas motivó que la llave de las mayorías recayese sobre el PP. La comisión no salió adelante. Génova alegó que la seguridad del Estado estaba por encima de todo. Las explicaciones de Sánchez, sí, y previsiblemente las acumule a otra pendiente sobre el Sáhara.
4.- MARGARITA ROBLES
Acoso y derribo
La ministra de Defensa lleva varios días sometida a un acoso y derribo por parte de los socios del Gobierno y de sus compañeros dentro de la coalición, al considerarla la máxima responsable de las supuestas escuchas realizadas por el CNI. El miércoles compareció en la comisión de su ramo para hablar de otro proyecto, pero pese a los intentos del PP, que pidió a los diputados que se ciñeran al orden del día, su comparecencia se acabó contaminando sobre el espionaje. Robles aprovecha para sugerir que la responsabilidad del teléfono de Sánchez era de Bolaños.
5.- PABLO ECHENIQUE
Dimisión, «por dignidad»
Hasta el momento en Podemos se limitaban a exigir a Sánchez que depurase «responsabilidades políticas». Todos interpretaban esas declaraciones como una invitación al presidente del Gobierno a que destituyese a su máxima responsable en Defensa. Los propios dirigentes de la formación morada así lo admitían en privado. Pero el día de su intervención Echenique acude para mostrarle la puerta. Ya de forma muy clara. «Sabe lo que tiene que hacer, por dignidad», afirmó, clarificando las insinuaciones que él y sus compañeros venían realizando, incluso dos de las ministras, como Ione Belarra, al frente de Derechos Sociales, e Irene Montero, titular de Igualdad. Ambas protagonizaron varias choques con Robles a lo largo de la legislatura. La magistrada se limitó en su intervención a respaldar a Paz Esteban, directora del CNI, y a sus 3.000 trabajadores.
6.- PAZ ESTEBAN
Las explicaciones del CNI
Jueves, 9.00. Los diputados con pase a la comisión de secretos oficiales dejan sus móviles a la entrada de la sala Mariana Pineda. Es obligatorio, así como guardar secreto de lo que se menciona en la sala, algo que varios de ellos quebrantarían a las tres horas, cuando remató la intervención de la directora del CNI. Esteban admitió que habían pinchado a 18 secesionistas con permiso del Supremo. Entre ellos, el del presidente catalán, Pere Aragonès, espiado por su relación con Tsunami Democràtic, plataforma que llamó a paralizar el aeropuerto de El Prat. Moncloa sostiene que lo desconocía. El martes 10 de mayo el Gobierno la destituyó.
7.- PERE ARAGONÈS
«Exige» desclasificar
Aragonès exigió el viernes la desclasificación de la autorización del Supremo al pinchazo. «Exijo que se desclasifique y saber los motivos que les llevan a autorizar un espionaje a un adversario político», reclamó.
8.- PEDRO SÁNCHEZ
«Avanzar en el diálogo»
Sánchez coincidió el viernes con Aragonès. Tras un saludo frío, dijo: «Quiero expresar mi profundo respeto a Cataluña y sus instituciones, así como mi voluntad de avanzar en el diálogo». El jefe del Ejecutivo catalán pidió una reunión que Sánchez concederá y que se antoja decisiva. ERC tiene la presión interna de Junts que no le permitirá vender cualquier acuerdo.