El presidente de la Xunta tomará una decisión definitiva sobre su presencia en el Senado tras reunirse con los grupos parlamentarios
05 abr 2022 . Actualizado a las 10:33 h.Alberto Núñez Feijoo todavía no sabe los temas que abordará en su encuentro con el presidente del Gobierno de este jueves en el Palacio de La Moncloa. Sánchez marcará los temas, pero el nuevo jefe de la oposición confía en que la bajada de impuestos ocupe un papel fundamental. «El orden del día lo desconozco, pero yo acudo a Moncloa porque el presidente me ha llamado», comentó este martes en una entrevista en Onda Cero. «Probablemente salga (en la conversación) el CGPJ», afirmó, ante la pregunta del periodista de si el PP estaba dispuesto a renovar ya un órgano que exige una mayoría reforzada en las Cortes.
«Lo más urgente es la situación económica», insistió el nuevo presidente de los populares. «Si el Gobierno considera prioritaria la renovación del órgano de Gobierno de los jueces, es un asunto que podemos tratar. Pero para mí lo prioritario es cómo podemos bajar la inflación del país. En este momento si el principal problema de los políticos españoles es ver qué jueces conforman el CGPJ, y no cómo vamos a seguir trabajando para llegar a fin de mes las familias españolas...», cuestionó.
Sáhara Occidental
Además de proponer medidas para bajar la inflación, que roza «las dos cifras», Feijoo también incluyó entre las prioridades la política internacional. Especialmente sobre el Sáhara Occidental y el reciente cambio de postura decidido por Sánchez unilateralmente «tras 45 años de consenso», lamentó. «La política exterior española no es cosa de un hombre, es cosa de España. Ni siquiera lo ha comentado a su Gobierno, y por supuesto, a ningún partido de la oposición».
En donde Feijoo entiende que no hay «ningún problema» es con el conflicto de Ucrania. «En eso lo vamos a apoyar, aunque sus socios de Gobierno hayan sido tibios», comentó, subrayando las críticas que se produjeron en el seno de Podemos con el envío de armamento a la resistencia frente a la invasión rusa.
Otra cosa es que los populares apoyen el decreto que en los próximos días el Gobierno llevará al Congreso para responder a la situación de crisis, que consideró «un parche, retales» porque en realidad no contiene «ninguna política económica importante. La cuestión es que tenemos una inflación del 10%, vamos o no a disminuir los impuestos de los españoles». Feijoo afirmó que estas condiciones su partido no apoyará la convalidación de dicho decreto en las Cortes, y entiendo que si fue capaz de publicarlo en el BOE, responderá a que ya cuenta con los apoyos de sus socios habituales, como Bildu o ERC, como mencionó. Sin embargo, si el jefe del Ejecutivo se abre a adoptar medidas para «mejorar» esa respuesta a la crisis, Feijoo mostró su predisposición a pulsar el botón verde.
Relaciones con Vox
Respecto a las relaciones bilaterales con Vox, mostró todos «sus respetos a todos los dirigentes del país, también al señor Abascal», pero no ocultó que quería «recuperar a todos los votantes que han abandonado el PP». El presidente de la Xunta fue cuestionado sobre si seguía considerando a esta formación como «de extrema derecha», una etiqueta que quiso eludir. «Voy a intentar mantener respeto hacia cualquier partido, a pesar de que esté en las antípodas, como Bildu, ERC», dijo, volviendo a recordar cuáles son los socios preferentes del Gobierno, «pero a la descalificación no me voy a apuntar, cada partido se califica por sus propios posicionamientos». No obstante, el gallego marcó dos de las diferencias sustanciales entre el PP y Vox: europeísmo y la defensa de la España de las autonomías.
Presencia en el Senado
Una de las principales pistas que dejó el gallego en la entrevista de esta mañana estuvo sobre su futuro en el Senado, donde el Parlamento gallego puede mandarlo por designación territorial: «No lo descarto», comentó, aunque trasladó que antes de tomar una decisión firme quiere mantener una reunión con los grupos parlamentarios. Un escaño en la Cámara Alta le permitiría mantener un cara a cara con Sánchez una vez al mes, le abriría las puertas del Congreso y conservaría el aforamiento.