El Consejo General de Economistas alerta de que la inflación en España ya es persistente y estructural

La Voz REDACCIÓN / EP

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Cézaro De Luca

Prevé una fuerte caída del consumo por la pérdida de poder adquisitivo y rebaja el crecimiento por debajo del 4 % para este 2022

31 mar 2022 . Actualizado a las 16:55 h.

El Consejo General de Economistas (CGE) ha rebajado en 1,5 puntos sus previsiones de crecimiento del producto interior bruto (PIB) para España este 2022, hasta situarlo por debajo del umbral del 4 %, en una horquilla entre el 3,7 % y el 3,9 %, según ha informado este jueves en un comunicado.

Esta decisión responde a la escalada de la inflación, con un dato adelantado de marzo del 9,8 %, el encarecimiento de los combustibles, la complicada situación en sectores como el transporte, la pesca y la agricultura, y las repercusiones de la guerra en Ucrania.

El CGE recuerda que «con esta situación crítica y compleja, con un alto grado de incertidumbre», resulta «muy complicado hacer estimaciones» económicas para el resto del año. 

Inflación persistente y estructural

El dato adelantado de la inflación de marzo en el 9,8 %, con la subyacente -excluye la energía y productos frescos- en el 3,4 %, continúa «una tendencia creciente» que se observa desde hace nueve meses y que, por tanto, no responde de manera directa a los efectos que ha desencadenado la guerra de Rusia: «Nos hace considerar que se trata de inflación persistente con un gran componente estructural y no coyuntural como se preveía en el pasado año», explican en un comunicado recogido por Europa Press.

Como consecuencia del repunte de la inflación, también se prevé una fuerte caída del consumo por la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos, la presión fiscal y la contención salarial, para evitar una inflación de segunda ronda. El resultado será una ralentización del PIB por el gran peso que tiene la demanda interna en su composición.

El CGE destaca el buen comportamiento de las exportaciones hasta el momento, pero no descarta que se deje notar la situación actual y se traduzca en una penalización de las ventas al exterior. Por su parte, las importaciones ya sufren el precio de las materias primas y el petróleo, unido a la apreciación del dólar, moneda en la que se suelen pagar estas operaciones. 

La amenaza de la estanflación

En esta ocasión, el CGE ha incorporado a su análisis un escenario de «amenaza real de estanflación», por la alta tasa de inflación, el crecimiento reducido de la economía y un estancamiento, o incluso incremento, del desempleo en los próximos meses. 

También auguran un aumento del déficit público y de la deuda pública, resultado de las limitaciones del precio de la electricidad, que obligarán a pagar el déficit de tarifa en algún momento. Además, desde el organismo echan en falta «la esperada bajada de determinados impuestos indirectos» dentro del Plan Nacional de Respuesta al Impacto de la Guerra.

Asimismo, instan al Ejecutivo a actualizar los Presupuestos Generales del Estado (PGE), para adecuar las partidas a la realidad económica y a las circunstancias adversas que se han instalado durante el primer trimestre del año.

Para amortiguar el impacto de los choques expuestos, sus expertos apuestan por incentivar la inversión privada y la utilización de los fondos Next Generation para realizar cambios estructurales que fortalezcan el tejido productivo, formado mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas (pymes).

Respecto a la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), no se descarta subidas de tipos de interés a lo largo del año, además de la intención de retirar los estímulos para enfriar el mercado, algo que ha anticipado ya el presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo, Andrea Enria, al señalar que podría darse una salida de un escenario de bajos tipos de interés no «tan suave» y que el camino podría estar «lleno de baches». Con esa decisión del BCE, España tendrá que acudir a los mercados de deuda, ya que hasta el momento el BCE era su principal comprador.