Los alquileres que se revisen de aquí al 30 de junio no subirán más de un 2 %
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Con el último IPC de febrero los propietarios podían aplicar subidas cercanas al 8 %
28 mar 2022 . Actualizado a las 19:59 h.En materia de vivienda, el plan de choque para paliar las consecuencias de la guerra topará las revisiones de precios en los contratos de alquiler que se revisen de aquí al 30 de junio. Hasta esa fecha, aunque las rentas estén indexadas a la evolución interanual del IPC, la subida máxima que se podrá aplicar será del 2 %, casi cuatro veces por debajo de la última tasa interanual de la inflación (que cerró febrero en el 7,6 %).
¿Cuál será el impacto de esta medida? Un arrendamiento medio en Galicia, que el año pasado ascendía a 450,9 euros mensuales, que se tenga que revisar en abril, subirá ahora solo 9 euros al mes, cuando sin el límite que va a establecer el Gobierno se podría haber encarecido casi 35 euros en caso de que el contrato estuviese referenciado al IPC general y el propietario hubiese optado por aplicar la subida íntegra.
Ese tope del 2 % que fijará hoy el Consejo de Ministros coincide con el último dato publicado del índice de garantía de competitividad (IGC), que es la referencia que desde la última revisión de la Ley de Arrendamientos Urbanos se emplea para actualizar los contratos de alquiler cuando estos no especifican con qué indicador se practicarán las subidas anuales.
La medida ha despertado críticas en el sector inmobiliario. Así, desde el portal Idealista, uno de los principales intermediarios del mercado del alquiler, censuran que la medida anunciada supone «un nuevo varapalo para los arrendadores» y provocará la retirada de muchas viviendas que actualmente se ofrecen para arrendar. Desde Fotocasa conceden que supondrá «un claro respiro» para los inquilinos, si bien reclaman medidas adicionales que compensen a los propietarios por esta decisión.
En ese sentido, desde el portal recuerdan que «la intervención en un mercado tan sensible como el del alquiler con medidas limitadoras puede llegar a tener consecuencias contrarias a las buscadas». En ese sentido, apunta a que aunque la inflación afecta en mayor medida al inquilino, el propietario también se verá perjudicado, ya que algunos de los gastos directos de la vivienda a los que el propietario tiene que hacer frente «también es probable que se incrementen». «La Administración debería añadir medidas adicionales para que este límite del IPC no recaiga sobre los hombros de los propietarios, sino que también se apliquen fórmulas de compensación para que no se vean afectados», añaden.
Asimismo, alerta de que si el arrendador «se encuentra en un ambiente desincentivador con modificaciones continuas de la normativa» podría preferir el mercado de la compraventa en lugar del alquiler, «lo que contraería aún más la oferta».