Nicaragua cierra 25 oenegés críticas con el Gobierno

Héctor Estepa
h. estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

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Fotografía de una pantalla en la que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, sale participando en un homenaje por el 88 aniversario de la muerte del General Augusto C. Sandino, el pasado 21 de febrero.
Fotografía de una pantalla en la que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, sale participando en un homenaje por el 88 aniversario de la muerte del General Augusto C. Sandino, el pasado 21 de febrero. Jorge Torres | Efe

Continúan los juicios contra los líderes opositores encarcelados en el 2021

20 mar 2022 . Actualizado a las 09:46 h.

Nicaragua acelera su aislamiento. El Gobierno de Daniel Ortega, apoyado en el legislativo, que está formado casi en su totalidad por afines al exguerrillero, ha cerrado, en los últimos días, 25 oenegés, mientras los tribunales continuaban con los juicios contra los líderes opositores encarcelados y Exteriores retiraba a su embajador en España.

Entre las instituciones clausuradas están organismos dedicados a la prevención de la violencia, la defensa de los derechos de las mujeres y los indígenas, y la protección del medio ambiente. Incluso fue cerrada la oenegé Operación Sonrisa, que ofrecía cirugías a niños con paladar hendido y labio leporino.

El Gobierno argumenta estos cierres en una supuesta falta de transparencia, por no haber informado esas organizaciones de su estado financiero a las autoridades, algo que, según Managua, crea dudas sobre sus fondos.

Varias de las oenegés clausuradas sostienen, en cambio, que llevaron los papeles al Ministerio de Gobernación (Interior), pero que nadie quiso recibirlos.

Ortega considera que las oenegés son usadas como un medio para que terceros países financien planes de desestabilización social. Su Gobierno ha cerrado 112 instituciones sin ánimo de lucro desde el 2018, cuando estallaron unas fuertes protestas antigubernamentales en el país, que dejaron 350 muertos.

Paralelamente, continuaron en la cárcel de El Chipote los juicios contra los 46 líderes opositores enviados a prisión a mediados del 2021. Entre ellos se encuentran siete candidatos presidenciales a las elecciones de noviembre del pasado año. Tras su encarcelamiento, Ortega ganó los comicios sin sobresaltos.

Todos los aspirantes han sido condenados a penas de entre 9 y 13 años de prisión por «conspiración para cometer menoscabo de la seguridad nacional» y, en el caso de Cristiana Chamorro, favorita opositora en la contienda, por blanqueo de capitales.

Tres de los encarcelados han sido enviados a sus domicilios, donde continúan retenidos, debido a su precario estado de salud.

A mediados de febrero, murió en cautividad el exguerrillero sandinista Hugo Torres, que propició la liberación de Ortega de la cárcel en 197 y dos decenios después rompió con él. Familiares del ex vicecanciller sandinista y excombatiente Víctor Hugo Tinoco han denunciado esta semana que temen el peor desenlace debido a su delicado estado de salud en prisión. Y esta semana también el Gobierno de Ortega decidió retirar a su embajador de España, Carlos Midence, por «continuas presiones y amenazas injerencistas» de Madrid.

Midence había sido convocado a principios de marzo por Exteriores, que expresó su malestar por la negativa de Managua al regreso de la embajadora española de Nicaragua. La diplomática había vuelto a Madrid el 11 de agosto, tras ser llamada a consultas por la publicación de una nota diplomática en Nicaragua denunciada por Exteriores por contener «falsedades».

José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, precisó que la decisión de Managua era «un capítulo más de la huida hacia adelante de Ortega».

No ha sido el único embrollo diplomático. El Vaticano anunció también esta semana que Nicaragua había retirado su beneplácito a su representante en el país centroamericano, el nuncio polaco Waldemar Sommertag, y le había ordenado salir inmediatamente del territorio nacional.