Xi Jinping prioriza ante Biden negociar para poner fin a la guerra de Ucrania

María Puerto PEKÍN / E. LA VOZ

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Los presidente Joe Biden y Xi Jinping, en la reunión telemática que mantuvieron este viernes
Los presidente Joe Biden y Xi Jinping, en la reunión telemática que mantuvieron este viernes Sarah Silbiger

Los líderes de las dos potencias no se mueven de sus posiciones más allá de declaraciones de buena voluntad

19 mar 2022 . Actualizado a las 10:26 h.

Diplomacia de guante blanco y mensajes conciliadores protagonizaron la primera conversación de Xi Jinping y Joe Biden para hablar del conflicto de Ucrania. La reunión virtual, marcada por la desconfianza entre las dos potencias, se saldó con un puñado de declaraciones de buena voluntad, pero sin acuerdos concretos.

«Las relaciones entre los Estados no pueden llegar tan lejos como la confrontación armada», aseguró este viernes Xi Jinping a su homólogo estadounidense en un claro llamamiento a evitar conflictos bélicos. El mandatario chino habría afirmado que «las principales prioridades ahora son continuar el diálogo y las negociaciones, evitar víctimas civiles, prevenir una crisis humanitaria, cesar los combates y poner fin a la guerra lo antes posible».

Xi también hizo referencia al papel que juegan los dos países como miembros del Consejo de Seguridad la ONU, a la par que principales economías mundiales, para «asumir» sus correspondientes «responsabilidades internacionales» y esforzarse «por la paz y la tranquilidad mundiales», según la agencia de noticias Xinhua.

Pero a pesar de las grandes declaraciones, no parece que China se haya movido de su posición de dudosa neutralidad, ni haya propuesto acciones concretas más allá del compromiso de enviar más ayuda humanitaria a Ucrania. Los mensajes son similares a los que emitió el ministro de Exteriores Wang Yi hace una semana.

La videollamada se celebró en un clima de tensión entre los dos países. El jueves, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, fijaba la posición de Washington al advertir a Pekín que cualquier acto de apoyo militar o económico a Rusia tendría graves consecuencias. Afirmaba: «No dudaremos en imponerle costos [a China]».

Horas antes de la reunión telemática, la rueda de prensa diaria era utilizada por el portavoz de Exteriores chino, Zhao Lijian, para caldear el ambiente. Valoró de «irresponsables» las advertencias de Blinken, y calificó la posición de su país sobre Ucrania de «justa y objetiva».

Lo cierto es que las dos potencias se han prodigado en acusaciones mutuas de propagar noticias falsas. China ha exigido explicaciones sobre la actividad de unos supuestos laboratorios biológicos financiados por Estados Unidos en Ucrania, que supondrían la existencia de armas químicas. Y desde Washington se ha insistido, sin aportar pruebas, que China podría estar dispuesta a ayudar militarmente a Putin.

Los dos países partían de posiciones opuestas: mientras EE.UU. pretendía presionar a China para que no ayude a Rusia y haga valer su influencia sobre Putin para negociar un alto el fuego, a Pekín le convenía no centrarse solo en Ucrania y ampliar las negociaciones a temas como Taiwán.

China de momento rechaza cualquier presión para romper su asociación estratégica con Rusia. Sin embargo, la guerra está poniendo a prueba la alianza «sin límites» que anunciaron Xi Jinping y Vladimir Putin el 4 de febrero, al inicio de los Juegos de Invierno y 20 días antes de la invasión de Ucrania. La resistencia ucraniana, la fortaleza de las sanciones para hundir la economía rusa y la unidad que muestra la UE y EE.UU. han podido sorprender a Pekín.