El ataque ruso a una base militar a 25 kilómetros de Polonia deja 35 muertos y 134 heridos
14 mar 2022 . Actualizado a las 11:31 h.Rusia advirtió el sábado que consideraba los envíos de armas extranjeros a Ucrania «objetivos legítimos» de sus proyectiles y en cuestión de horas ha demostrado que no se trataba de una mera amenaza. Una treintena de misiles de crucero lanzados desde el mar Negro y el mar de Azov alcanzaron este domingo de madrugada la base militar de Yavoriv, a solo 25 kilómetros de la frontera con Polonia y cerca de la ciudad de Leópolis, y dejaron 35 muertos y al menos 134 heridos, según las autoridades ucranianas.
La proximidad al territorio de la OTAN no ha sorprendido a EE.UU., que cree que es una muestra más de la frustración del presidente ruso, Vladimir Putin, ante la marcha de una ofensiva que no ha sido rápida ni de momento exitosa. «Lo que muestra es que Putin está frustrado por el hecho de que sus fuerzas no están logrando el tipo de progreso que pensó que harían contra las principales ciudades, incluida Kiev. Por eso está expandiendo el número de objetivos», dijo el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, a la CNN.
El ataque a las instalaciones del llamado Centro Internacional para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad de Yavoriv, que se usa para el transporte de armas y en el que trabajan instructores extranjeros, fue perpetrado desde el mar Negro y el mar de Azor por aviones que despegaron del aeropuerto de la ciudad rusa de Saratov, según informó el responsable de la administración estatal en la ciudad de Leópolis, Maksim Kozytskyi, quien no aportó datos sobre la identidad o nacionalidad de los fallecidos.
«Este es un nuevo ataque terrorista contra la paz y la seguridad cerca de la frontera entre la Unión Europea y la OTAN. Se deben tomar medidas para detener esto», señaló, por su parte, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov.
Horas después, el Kremlin ofreció su propia versión del ataque y aseguró que habían sido «eliminados», en palabras de su portavoz militar, Igor Konashenkov, «180 mercenarios extranjeros y un gran envío de armas del exterior». El Ministerio de Defensa ucraniano, en respuesta, tachó esta información de «pura propaganda rusa», según señaló un portavoz, quien precisó que no hay extranjeros confirmados entre las víctimas mortales.
En cualquier caso, el bombardeo no cambiará los planes de EE.UU. para seguir suministrando armas al Ejército ucraniano. «Creemos que podremos seguir enviando cantidades sustanciales de asistencia militar y armas a las líneas del frente para ayudar a los ucranianos a garantizar que Ucrania sea un fracaso estratégico para Putin», añadió el asesor de seguridad nacional del presidente Joe Biden.
Otro de los puntos especialmente castigados este domingo fue la ciudad portuaria de Mykolaiv, en el sur del país, donde nueve personas murieron víctimas de las bombas rusas, según informó el jefe de la Administración Militar Regional de la zona, Vitali Kim.
Al mismo tiempo las fuerzas de Putin están intentado rodear a las ucranianas en el este del país y envolverlas «al avanzar desde Járkov en el norte y la sitiada Mariúpol en el sur», según el último parte de la inteligencia militar británica. Estas fuentes sostienen que los efectivos rusos que progresan desde Crimea, territorio ucraniano que Moscú se anexionó en el 2014, quieren ir en dirección oeste hacia Odesa.
El Comité Internacional de la Cruz Roja volvió a poner este domingo el foco sobre la situación de la asediada Mariúpol, que ha sufrido 2.187 bajas de civiles desde que se inició la invasión, según el ayuntamiento. La organización humanitaria asegura que se está acabando el tiempo para los cientos de miles de personas que siguen atrapadas en la ciudad. «No hay electricidad, agua, calefacción en la ciudad, casi no hay comunicación móvil, los últimos suministros de alimentos y agua se están agotando», dijo el gobierno local.
Mínimo avance en el diálogo
En paralelo, las negociaciones entre rusos y ucranianos para tratar de poner fin a las hostilidades continuarán este lunes en formato de videoconferencia, según informó el Kremlin. Ambos bandos han dejado caer en los últimos días que ha mejorado algo el clima de las conversaciones.
«Comparando las posiciones de la parte rusa y ucraniana al comienzo de las negociaciones y hoy, podemos hablar de un progreso significativo», declaró este domingo Leonid Slutski, miembro de la delegación rusa, mientras que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo el sábado: «Ahora la parte rusa (...) ha comenzado a hablar de cosas y no solo lanzar ultimátums».