Putin expande los bombardeos al oeste y ultima por tierra el asalto a la capital

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

Ordena enviar a Ucrania a 16.000 «voluntarios» de Oriente Próximo

12 mar 2022 . Actualizado a las 09:56 h.

Los avances rusos en Ucrania siguen siendo limitados, aunque Moscú parece preparase ahora para su gran objetivo: la toma definitiva de Kiev. Sus esfuerzos estuvieron puestos este viernes en ampliar los bombardeos hacia el oeste de Ucrania, hasta ahora la zona más alejada del frente y por tanto más segura, y también la más próxima a las fronteras con territorio de la OTAN y de la UE.

Las ciudades de Lutsk, en el noroeste del país y cerca del límite con Polonia, e Ivano-Frankivsk, unos 250 kilómetros más al sur y cerca de Moldavia, fueron bombardeadas por la mañana, según informó Mijailo Podoliak, asesor del jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en su cuenta de Twitter.

Las sirenas sonaron en toda la región, incluida la ciudad de Leópolis, el punto de tránsito de los ucranianos que buscan huir e ir hacia Polonia, país que alberga la gran mayoría de los refugiados, cuya cifra supera ya los 2,5 millones de personas, según la ONU.

Cuatro misiles fueron disparados en el aeródromo militar en Lutsk desde un bombardero del Ejército ruso, según el jefe de la Administración Militar Regional de Volyn, Yuriy Pohulyayko. Además hubo otros tres ataques aéreos en Dnipro, en el centro-sur del país. Esta es la primera vez que estas dos ciudades sufren ataques desde que hace dieciseis días comenzó la invasión, y se añade también otra acción militar en Ivano-Frankivsk, cerca de las fronteras con Rumanía y Polonia, lo que puede indicar una nueva dirección de las tropas rusas para atacar zonas estratégicas fronterizas con los países europeos.

Refuerzos de Oriente Próximo

En paralelo, las fuerzas rusas continúan los ataques en torno a la capital ucraniana. Fuentes del Pentágono citadas por The New York Times señalaron que parte de los vehículos pertenecientes al largo convoy ruso que se detuvo durante días en su avance hacia Kiev han salido de la carretera en dirección a los bosques para evitar los ataques ucranianos, mientras otras fuerzas rusas continúan asediando la capital y dos columnas se aproximaban desde el noroeste y el nordeste. El Gobierno ucraniano temía incluso que Bielorrusia pudiese tomar parte en la invasión tras la reunión del presidente ruso, Vladimir Putin, con su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko.

El presidente ruso ordenó este viernes a su ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, que facilitase el traslado de miles de combatientes de Oriente Próximo para luchar en Ucrania. En una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia, Shoigu dijo que había 16.000 «voluntarios» en esa región que estaban listos para unirse a las tropas rusas, especialmente en la región separatista del Dombás.

Mientras, la situación humanitaria en la castigada ciudad de Mariúpol sigue siendo dramática, al tiempo que en Járkov las autoridades han denunciado un nuevo ataque contra un establecimiento sanitario: esta vez un psiquiátrico en el que se encontraban pacientes y personal.

La ONU alerta de posibles crímenes de guerra por el uso de Rusia de bombas de racimo

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha advertido de la posible comisión de crímenes de guerra por parte de las tropas rusas tras recibir «información creíble» de que Rusia ha usado varias veces, en las dos semanas transcurridas desde que invadió Ucrania, municiones de racimo, un tipo de armamento prohibido por su impacto indiscriminado entre los civiles.

El uso de esas bombas se habría producido «incluso en zonas pobladas», dijo este viernes la portavoz del organismo, Liz Throssell, quien se refirió a ataques en el hospital principal de Vuhledar, ubicado en la parte de Donetsk bajo control gubernamental, y en varios distritos de Járkov.

El organismo internacional también informó de que ha verificado la muerte de 549 civiles en la guerra, así como los casos de 957 personas heridas, informa la agencia Efe.