Tensión en Ucrania: Rusia agita el fantasma de Colin Powell y su engaño sobre las armas de destrucción masiva

Mercedes Gallego NUEVA YORK | COLPISA

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SERGEY KOZLOV | EFE

Mientras Moscú resta valor a las acusaciones norteamericanas contra su país, Washington dice haber visto pruebas de que Putin amasa más tropas para una invasión terrestre. «Si Rusia invade Ucrania, ninguno de nosotros podrá decir que no lo vio venir», advierte la embajadora estadounidense Thomas-Greenfield

01 feb 2022 . Actualizado a las 13:48 h.

Moscú agita el fantasma de que Estados Unidos exagera sobre el despliegue de tropas rusas ante la frontera de Ucrania, al estilo de lo que sucedió con aquellas armas de destrucción masiva que no existían y que fueron el engaño que provocó la guerra de Irak.

Hace casi dos décadas, en un día de febrero y sobre la misma mesa con forma de herradura en la que este lunes se reunió el Consejo de Seguridad de la ONU para discutir sobre la crisis de Ucrania, el entonces secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, expuso detalladamente al mundo las pruebas de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak y la inminente amenaza que suponían. «Y todos sabemos lo que le pasó a ese país», recordó en las últimas horas el embajador ruso Vassily Nebenzia para tratar de restar valor a las acusaciones norteamericanas contra su país.

Su intento de abortar la reunión había fracasado, pese a tener el apoyo de China, que no cree que sea el momento de «diplomacia de micrófono» si no de carácter silencioso que sirva para rebajar la tensión y de respuesta a las preocupaciones rusas. «¿De qué sirve repetir que habrá una guerra?», se preguntaba su representante ante la ONU, Zhang Jun. Ambos países tienen derecho a veto en el Consejo de Seguridad, el órgano que pone los dientes a la organización multilateral.

Estados Unidos podría llevar una resolución hasta la Asamblea General, pero ésta carecería del poder coercitivo y el peso moral que tienen las del Consejo de Seguridad, pensado precisamente para evitar conflictos internacionales. Es, sin embargo, un instrumento creado para la Guerra Fría, como recordó el gigante asiático.

China, por supuesto, tiene su propio conflicto silencioso que esconder, ya que sus aviones acosan a Taiwán desde la costa. «¿Se imaginan lo que significaría para el mundo si los antiguos imperios tuvieran licencia para empezar a reclamar territorios por la fuerza?», preguntó la embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield. «Imagínense lo incómodos que se sentirían ustedes si tuvieran 100.000 tropas en su frontera», añadió.

Todos callaron, salvo el embajador ruso. Lo suyo era un duelo con Thomas-Greenfield, de esos que pasan a la historia, como el de Susan Rice en el 2011 al defender la intervención en Libia o el de Powell en el 2003 para hacer lo mismo con la de Irak. Pero ninguno esos precedentes hacía ningún favor a Estados Unidos.

Rusia no perdió la oportunidad de denunciar «la hipocresía» de que convocase la reunión precisamente el miembro de la ONU que más tropas tiene desplegadas en otros países y ha llevado a cabo numerosas intervenciones por la fuerza sin autorización del Consejo de Seguridad. En total, 175.000 pares de botas en más de 50 países, según su cuenta.

Como en el 2014

Puestos a hacer cuentas, «¿De dónde sacan la cifra de 100.000 soldados (en la frontera con Ucrania), si nosotros nunca la hemos confirmado ni anunciado?», cuestionó Nebenzia. Por supuesto, recordó el representante británico, la historia también recuerda que en el 2014 el difunto embajador ruso Vitaly Churkin le aseguraba al Consejo de Seguridad que Rusia no tenía tropas en Crimea, ni intenciones de anexionarse esa península.

Febrero ha sido tradicionalmente un mes crítico para la seguridad del mundo en la ONU y, según Thomas-Greenfield, Washington ha visto «evidencias de que Rusia pretende expandir su presencia cerca de la frontera de Ucrania con otras 30.000 tropas, a solo dos horas de Kiev», contó este lunes al Consejo. «Si Rusia invade Ucrania, ninguno de nosotros podrá decir que no lo vio venir», advirtió.

En su cita con la historia, la embajadora estadounidense admitió que «nuestro orden internacional no es perfecto», pero insistió en que se basa en el respeto a que todos los pueblos y países se gobiernen y defiendan por sí mismos, asociándose con quién elijan. Toda una declaración de principios, aunque se contradice con la propia historia de su país.

La reunión terminó sin resolución, como se esperaba, porque el único objetivo era dejar constancia en los anales sobre la declaración rusa de que el mayor movimiento de tropas que se haya visto en Europa en décadas solo responde a maniobras militares, por desestabilizante que resulte, y no a la intención de invadir Ucrania. «Hablan como si ya hubiera ocurrido», se quejó Nebenzia. Es más, «como si quisieran que se materializase el peor escenario posible», apuntó.

Tanto es así que varios senadores estadounidenses de ambos partidos han negociado ya las sanciones que impondrán, de hacerse realidad. Ucrania, por su parte insistió en que no necesita intérpretes para hablar con Rusia. Si este país tiene algo que objetar a su política internacional, «mejor reunirse y hablar que traer tropas a la frontera para intimidar al pueblo ucraniano», señalaron desde el Ejecutivo de Kiev.

Estados Unidos ordena a los familiares de su personal diplomático que abandonen Bielorrusia

El Departamento de Estado de Estados Unidos ordenó este lunes a los familiares de sus empleados en la embajada de Bielorrusia que abandonen el país ante «la preocupante y poco habitual concentración de fuerzas militares rusas en la frontera con Ucrania». El Gobierno estadounidense también recomendó a sus ciudadanos que no viajen a Bielorrusia, uno de los principales aliados de Rusia en la región.

«Los ciudadanos de EE.UU. que se encuentren o estén considerando viajar a Bielorrusia deben saber que la situación es impredecible y que en la región se vive una tensión muy alta», indicó el Departamento de Estado en su página web.

En los últimos días, Rusia ha insistido en que no tiene intención de invadir Ucrania, aunque continúa realizando maniobras en la frontera y en Bielorrusia con la participación de decenas de miles de soldados, al tiempo que acusa a Occidente de instigar los ánimos militaristas con los suministros de armamento.

El Gobierno de Estados Unidos recibió una respuesta por escrito a la carta que envió la semana pasada a Moscú para tratar la situación en Ucrania, informó este lunes a Efe un portavoz del Departamento de Estado estadounidense. «Podemos confirmar que recibimos una respuesta por escrito por parte de Rusia. Sería improductivo negociar en público, así que lo dejaremos en manos de Rusia si quieren hablar más sobre su respuesta», indicó la fuente, que pidió el anonimato.

El portavoz, que no reveló el contenido de la misiva, agregó que EE.UU. sigue «plenamente» comprometido con el diálogo para solucionar estos problemas, al tiempo que seguirá consultando de cerca con sus aliados y socios, incluyendo Ucrania.

La semana pasada, Washington y la OTAN contestaron por escrito a las demandas de garantías de seguridad por parte de Rusia para rebajar la tensión sobre Ucrania en unas respuestas que Moscú calificó de «bastante confusas».

Las garantías de seguridad exigidas por Rusia incluyen poner freno a una mayor expansión de la OTAN, en particular a Ucrania y Georgia, el cese de toda cooperación militar con las antiguas repúblicas soviéticas y la retirada de las tropas y armamento de la Alianza a las posiciones que ocupaban antes de 1997.