Johnson se aferra al cargo a pesar de las revelaciones del informe del Partygate
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Theresa May arremete en la Cámara de los Comunes contra su sucesor por incumplir sus propias reglas
31 ene 2022 . Actualizado a las 21:56 h.La palabra dimisión parece no existir en el vocabulario de Boris Johnson. Así lo dejó claro este lunes el primer ministro británico, quien se negó a renunciar al cargo pese a que el esperado informe sobre el Partygate no solo corroboró que las fiestas que tuvieron lugar en Downing Street durante los confinamientos supusieron un «grave incumplimiento» de las normas sanitarias vigentes, sino que denunció que el hecho de que ocurrieran eran prueba de «fallos de liderazgo y de juicio» en el seno de su Gobierno.
Al comparecer ante la Cámara de los Comunes para responder sobre el documento, el mandatario confirmó que está dispuesto a pelear con uñas y dientes para seguir en su puesto. Johnson no ofreció su cabeza ni siquiera en el hipotético caso de que Scotland Yard (la policía metropolitana de Londres) considere que incurrió en delito por participar en las fiestas o por no impedirlas. En su lugar, volvió a disculparse y aseguró que tomará medidas para evitar que este tipo de situaciones se repitan.
«Lo he entendido y lo arreglaré», dijo el líder conservador, que anunció la creación de la Oficina del Primer Ministro, una especie de Ministerio de la Presidencia, con la cual espera combatir la «fragmentada y complicada» gestión de Downing Street.
Johnson pidió a los británicos que no evalúen su gestión exclusivamente por el Partygate. «Sé cuál es el problema: ¿Se puede confiar en este Gobierno?», se preguntó, para seguidamente responderse: «Sí se puede. Dijimos que íbamos a ejecutar el brexit y lo hicimos. Dijimos que íbamos a construir puertos libres alrededor del Reino Unido, que van a crear decenas de miles de empleos y lo estamos haciendo. Dijimos que íbamos a superar el covid-19 y lo hicimos. Pusimos el programa de vacunación y de refuerzo más rápido de Europa y hemos restablecido las libertades de los ciudadanos».
Fuego enemigo y amigo
Pese a que el informe de la segunda secretaria de la Oficina del Gabinete, Sue Gray, no denuncia ningún delito ni señala a ningún responsable, para evitar entrar en conflicto con las investigaciones que realiza la policía, su contenido ha perjudicado al Gobierno. ¿La razón? Recoge un «consumo excesivo» de alcohol en las dependencias gubernamentales, un clima hostil para exponer críticas o quejas y que las fiestas ilegales fueron más de las que se conocían: 16.
Los hallazgos preliminares dieron munición a la oposición. El líder laborista, Keir Starmer, protagonizó una dura intervención. «Las revelaciones sobre el comportamiento del primer ministro nos han hecho revivir momentos oscuros. A muchos los ha inundado la ira, el dolor y la culpa. Culpa, porque al cumplir la ley no visitaron a sus padres por una última vez. Culpa, porque al no romper las reglas sus hijos pasaron meses sin ver a sus amigos. Culpa, porque al seguir las normas no visitaron a sus parientes que viven solos. Pero los ciudadanos no deberían sentirse culpables, sino orgullosos porque salvaron vidas al seguir las reglas. El covid-19 sacó lo mejor de este país, pero eso ha sido empañado por el comportamiento de este Gobierno», dijo, sin que nadie se atreviera a interrumpirlo.
Starmer volvió a pedirle al premier que renuncie, aunque dio por hecho que esto no ocurrirá, porque «no tiene vergüenza». Y, por eso, llamó a los tories a mover ficha, pues «no puede haber ninguna duda de que el primer ministro ahora está sujeto a una investigación criminal».
La ex primera ministra Theresa May cogió el guante y le preguntó a Johnson si entendía las restricciones que él mismo impuso y si creía que no se aplicaban a él. Unas palabras que fueron aplaudidas desde las filas opositoras. A medida que el debate avanzaba, los ánimos se caldeaban. Hasta el punto de que el presidente de la Cámara, Lindsay Hoyle, expulsó al portavoz de los nacionalistas escoceses, Ian Blackford, después de que este llamara «mentiroso» a Johnson y se negara a retractarse.
Pero mientras la oposición insistía en sus ataques, la bancada conservadora comenzaba a vaciarse y fueron pocos los que se atrevieron a salir en defensa del premier.
Para rematar la jornada, por la tarde se conoció que Gray dio a la policía 300 fotografías de las fiestas, lo cual confirma que el escándalo está lejos de terminar. Una información que forzó al Gobierno a prometer que publicará el informe íntegro, algo que Johnson rechazó garantizar a los parlamentarios.
Consumo excesivo de alcohol y fallos de liderazgo
La alta funcionaria Sue Gray ha investigado 16 reuniones en diversos departamentos del Gobierno británico entre el 15 de mayo del 2020 y el 16 de abril de 2021, período en el que estaban vigentes las restricciones por la pandemia. Estas son las principales claves del informe:
tres eventos
Johnson, implicado. Entre las fiestas que investiga la policía se encuentra un evento en el jardín de Downing Street al que acudió el primer ministro, Boris Johnson (20 de mayo del 2020); una reunión en la sala del consejo de ministros con ocasión del cumpleaños de Johnson (19 de junio del 2020), así como un encuentro social en la residencia del número 10 de Downing Street (13 de noviembre del 2020).
reuniones sin control
Inacción del Gobierno. El documento concluye que «no se hubiera debido permitir que esas reuniones tuvieran lugar, o bien se desarrollaran como lo hicieron».
dos áreas salpicadas
Fallos de liderazgo. Hubo «fallos de liderazgo y de juicio» por parte tanto de Downing Street, despacho oficial de Johnson, como del Ministerio del Gabinete, en cuya sede se celebraron asimismo encuentros sociales.
agravio a los ciudadanos
Doble rasero. Gray recalca que algunos de los eventos no cumplieron los «estándares» que se esperan de aquellos que trabajan para el Gobierno ni tampoco las normas que estaban obligados a observar los ciudadanos británicos.
reuniones inapropiadas
Un análisis ético, no legal. La alta funcionaria subraya que no le corresponde a ella determinar si alguien violó las leyes, pero recalca que los miembros del Ejecutivo no valoraron lo suficiente si era «apropiado» convocar esas reuniones en vista de lo que «estaba ocurriendo en el país».
consumo excesivo
Crítica a la cultura del alcohol. El informe subraya que el consumo «excesivo» de alcohol no es apropiado en un entorno de trabajo y pide al Gobierno que imponga unas normas claras a ese respecto.
sin autorización
El jardín como espacio de trabajo. El Ejecutivo utilizó el jardín de Downing Street como una «extensión del entorno de trabajo» para minimizar contagios, algo que Gray considera adecuado. Alerta, sin embargo, de que ese espacio se utilizó para reuniones sociales «sin autorización clara ni control».
sin espacio para la queja
Un clima hostil a la discrepancia. La cultura que rodeaba al Gobierno desincentivó que el personal que no estaba de acuerdo con la convocatoria de esas reuniones pudiera elevar sus quejas, advierte también el documento.