El teléfono de Carcaño, última esperanza de la familia de Marta del Castillo

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Los padres de Marta del Castillo, en una manifestación en Sevilla para exigir la repetición del juicio
Los padres de Marta del Castillo, en una manifestación en Sevilla para exigir la repetición del juicio Eduardo Briones | Europa Press

El juzgado de instrucción número 4 de Sevilla espera un informe pericial del teléfono móvil del asesino confeso. Busca la reconstrucción de los movimientos que los investigados realizaron en la noche del crimen, el 24 de enero del 2009, y en días posteriores

24 ene 2022 . Actualizado a las 20:24 h.

Cuando hoy se cumplen trece años de la desaparición y asesinato de la joven sevillana Marta del Castillo, la familia sigue sin saber dónde está su cuerpo y pone sus esperanzas en que los avances tecnológicos logren desentrañar lo que oculta el teléfono móvil de su asesino confeso, Miguel Carcaño.

Los mismos años hace que Carcaño se encuentra cumpliendo condena de prisión, desde hace diez en la cárcel de Herrera de la Mancha, en Manzanares (Ciudad Real), primero como preso preventivo y luego como condenado, hasta que el Tribunal Supremo dictó su sentencia de 21 años y 3 meses de cárcel como asesino confeso, ya que no aún no ha aparecido el cuerpo de la joven.

El 24 de enero del 2009 fue asesinada Marta y el 24 de enero del 2022 ya solo queda una línea de investigación abierta en sede judicial. El juzgado de instrucción número 4 de Sevilla, en una pieza separada para la búsqueda del cuerpo, espera un informe pericial del teléfono móvil de Miguel Carcaño.

¿Qué se busca el juez Álvaro Martín en este teléfono? La reconstrucción de los movimientos que los investigados realizaron la noche del 24 de enero de 2009 y las horas posteriores.

El juez acordó también requerir a las compañías telefónicas para que informen sobre si conservan datos telefónicos «crudos» de los teléfonos de Miguel Carcaño, de Marta, de Javier Delgado, de la novia de este, de Francisco Javier García, alias el Cuco, y de su amigo Samuel Benítez, absuelto también en el juicio.

Esta línea de investigación ha sido alentada incluso por el propio Carcaño en la enésima carta enviada, en esta ocasión, a la abogada de la familia, Inmaculada Torres, donde vuelve a incriminar a su hermano Javier Delgado, una acusación que mantiene desde el 2013 tras numerosos cambios en su versión de los hechos.

Ocho años manteniendo la versión de que su hermano mató a la joven de varios golpes con la culata de una pistola y que todo se desencadenó por el impago de la hipoteca del piso donde se produjo el asesinato, y por encubrir un delito de falsedad documental y estafa, algo a lo que la familia se agarró para presentar una nueva denuncia en el juzgado que investiga el caso.

El juez reabrió la investigación contra Delgado en febrero del 2020, pero algo más de un año después finalmente acordó el archivo, que la familia ha recurrido en apelación ante la Audiencia Provincial de Sevilla.

La desesperación de los padres de Marta, Antonio del Castillo y Eva Casanueva, les ha llevado incluso a comprar dicho piso con la intención de regalárselo a Miguel Carcaño en el caso de que les ayudara a encontrar el cuerpo.

Mientras tanto, el caso acogerá este año un nuevo juicio. El del Cuco, y su madre, Rosalía García Marín, acusados de un delito de falso testimonio por haber mentido supuestamente en el juicio celebrado en el año 2011 y en el que el entonces menor fue condenado a tres años de internamiento por encubrimiento en el asesinato de Marta.

Desde su condena, Miguel Carcaño ya ha cumplido más de una cuarta parte de la misma, y tras la petición de permisos que le fueron denegados, no ha vuelto a solicitarlos, probablemente porque no se les va a conceder ya que no ha demostrado arrepentimiento por el asesinato ni ha colaborado para encontrar el cadáver.

Atrás quedan búsquedas infructuosas del cuerpo de la joven como consecuencia de las numerosas versiones dadas por el asesino confeso, desde el río Guadalquivir a varias fincas situadas en La Algaba, Brenes, Utrera y otras localidades. En total, según la policía hasta 70 lugares inspeccionados sin éxito. La última esperanza está en un móvil y en las nuevas tecnologías.