Telecinco desvela que el autor de las fotografías de «Lecturas» fue un ciudadano francés que se encontró a la pareja por casualidad paseando por Bidart
22 ene 2022 . Actualizado a las 09:53 h.El programa de La Sexta Más vale tarde ha aportado un nuevo dato a la noticia de la relación entre Iñaki Urdangarin y su nueva novia, Ainhoa Armentia, que destapó Lecturas este miércoles con la publicación de unas imágenes de ambos durante un romántico paseo. El espacio hizo pública una nueva imagen en la que se puede ver a la pareja comiendo en un restaurante a la vista del resto de los comensales. La imagen fue tomada el pasado mes de noviembre. Como compañeros de trabajo, se sabe que el cuñado del rey y la analista contable solían comer juntos durante la jornada laboral, pero la nueva imagen, tomada hace dos meses, fue captada en Biarritz (Francia), lo que parece descartar que se tratara de una comida cotidiana y apunta a que ya por entonces mantenían encuentros privados.
La pareja volvió a enfrentarse este viernes de nuevo a las cámaras que los esperaban a la entrada del despacho de abogados donde trabajan. Ainhoa Armentia, cuya vida ha dado un giro radical tras salir del anonimato, se enfrentó a la expectación más tranquila que en la jornada anterior y habló por primera vez, aunque solo fuera para asegurar que no tiene nada que decir.
Acerca de las fotografías publicadas por la revista Lecturas, este viernes El programa de Ana Rosa ha salido al paso de los rumores que especulan sobre su origen y aseguran, en algunos casos, que podría haber sido el propio Urdangarin quien habría facilitado que se captaran con el fin de hacer pública su separación de la madre de sus cuatro hijos, con quien supuestamente atravesaría una grave crisis desde hace un tiempo. De este modo, según estas versiones, estaría forzando un divorcio que ella se negaría a concederle por mantener las apariencias.
El programa de Ana Rosa, de Telecinco, ha desvelado que la persona que captó a Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia no es un fotógrafo profesional ni el reportaje fue fruto de un seguimiento al marido de la Infanta Cristina, sino que se trata de un producto de la casualidad, como recoge Chance. Fue un ciudadano francés aficionado a la fotografía el que el 11 de enero se desplazó a Bidart para disfrutar de su hobby.
En ello estaba cuando se encontró a la pareja de frente y, en un principio, no fue consciente de la importancia de la situación, puesto que pensó que Urdangarin se encontraba con un miembro de su familia. Empezó a hacer fotos discretamente de la pareja en actitud cómplice y cercana frente al mar cuando el exduque de Palma y su amiga se percataron de que les estaban fotografiando.
Lejos de encararse, enfadarse o huir, su reacción no fue abrupta; la pareja siguió caminando por la playa de forma natural, aunque manteniendo las distancias y sin hacerse arrumacos. Y ahí fue cuando el autor del reportaje fue consciente de que no se trataba de un familiar del marido de la Infanta Cristina.
¿Pasó algo más entre Urdangarin y Ainhoa que la complicidad que hemos visto en la revista Lecturas y se habría retirado alguna imagen? La respuesta es no. El fotógrafo no sabe lo que hicieron antes de que él llegase al lugar, pero lo que él presenció es lo que fotografió.
Esta persona, que habla perfectamente español a pesar de ser francés, se dio cuenta de la importancia de su reportaje y puso rumbo a Madrid para intentar venderlo cuanto antes. Primero entró en contacto con un importante grupo editorial de corte monárquico, al que pidió 50.000 euros. Una cantidad muy elevada que este medio rechazó, por lo que el fotógrafo empezó un breve periplo que acabó en la revista Lecturas. Esta no se lo pensó y se hizo con las imágenes por un precio bastante inferior.
A todos los medios de comunicación que vieron el reportaje antes de su venta les hizo firmar un documento de confidencialidad para que no se filtrara la exclusiva no hasta que Lecturas salió a la calle el miércoles por la mañana y conmocionó al país.