Una guardia civil gallega rescató a decenas de ancianos de las llamas en la residencia de Valencia

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La agente gallega Coromoto Souto está destinada en el cuartel de Tavernes Blanques, un municipio próximo al geriátrico incendiado en Moncada (Valencia).
La agente gallega Coromoto Souto está destinada en el cuartel de Tavernes Blanques, un municipio próximo al geriátrico incendiado en Moncada (Valencia). LA SEXTA

«Vamos a ir a dar un paseo», así despertó Coromoto Souto a muchos «abuelitos» poco después de comenzar el trágico incendio en el geriátrico de Moncada

20 ene 2022 . Actualizado a las 19:33 h.

«Vamos a ir a dar un paseo». Esa fue la frase con la que fueron despertados la noche del martes muchos ancianos de la residencia de Moncada (Valencia) minutos después de registrarse un incendio en el que murieron seis personas y otras 10 siguen hospitalizadas, tres de ellas graves. Así relató este jueves a La Sexta la agente gallega de la Guardia Civil Coromoto Souto, que salvó de las llamas y del denso humo a decenas de «abuelitos». «Colaboraron superbien», con «entereza» y «fortaleza», explicó a Efe esta agente, que subrayó que lo único que le guiaba era «sacarlos a todos, no pensaba en nada más».

Coromoto Souto, que tiene 33 años y lleva dos como agente, manifestó a El Español que «lo primero que hicimos fue tranquilizarlos, les preguntábamos sus nombres y les decíamos que íbamos a darles un paseo, que confiaran en nosotros porque éramos la Guardia Civil. La respuesta fue increíble».

Souto —que cumple su segundo destino en el cuartel de Tavernes Blanques, un municipio próximo al lugar del suceso— sacó a muchos ancianos de la residencia como pudo, en sillas de ruedas o con sus propios brazos. «No piensas en nada más, no te da tiempo. Podría haber salido mal, pero por suerte salió bien y salvamos a muchísimas víctimas», recuerda emocionada.

Los propios ancianos felicitaron a los servicios de emergencia por esa cadena humana que salvó tantas vidas. Según el primer informe de la Guardia Civil, el fuego se originó por una anomalía eléctrica en una regleta en la habitación donde comenzó el trágico incendio del geriátrico de Moncada.