Lyona: «Conviví hasta los 37 años con la endometriosis sin saberlo»

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Lyona acaba de publicar «Madr...¿eh?».
Lyona acaba de publicar «Madr...¿eh?». Noemí Elías

La artista, que acaba de ser madre, rompe en su último trabajo «el gran tabú de la infertilidad». Su bebé nació tras un duro proceso... y su camino hasta él es el cómic «Madr¿eh?»

24 dic 2021 . Actualizado a las 09:07 h.

Lyona Ivanona es su nombre de guerra. Ha creado monstruos rosa para los cuentos de Santi Balmés (monstruos que tienen un tamaño proporcional al de tus miedos), ilustró la guía Endometriosis del doctor Francisco Carmona, forma con Marcus un tándem creativo que ha parido títulos como Mochilas o Míster Garabato y nos revela su revolución sexual (que es la de toda una generación) en Sex¡oh!, desmontando mitos como el del empotrador y revelando zonas erógenas que quizá no conozcas, como la corva.

A los 41 se hizo el primer test de embarazo de su vida y comenzó el sinuoso camino hacia su maternidad, que es duro pero está lleno de ternura y humor. «Cuando empecé a hacer el tratamiento de reproducción asistida, me di cuenta de todo lo que desconocía. No te queda otra que llevar el peso tú sola, y pensé que era necesario un libro que pudiese acompañar a otras personas en un proceso como este e intentar dar algo de información. Que sepan, por ejemplo, que tienen la opción de controlar la reserva ovárica, de congelar óvulos y de ser madre más adelante...», comienza.

—En tu caso fue todo de golpe.

—Sí. A los 39 años pensé: «¿Cómo es posible que no supiese esto antes?».

­—Tú misma lo señalas: hay intereses que se alían para que esta información no nos llegue.

—Y llega un momento en que piensas: «¿Puede ser que no me hayan hablado de fertilidad, que no me hayan controlado y avisado, porque esto les interesa a las clínicas de fertilidad?». A los 40 años ya no puedes acceder a estos tratamientos por la Seguridad Social. Tienes que irte a las privadas y te gastas un dineral.

­—En este libro tu madre es un personaje vital. Reflejas que antes se vivía la maternidad o algo tan duro como una depresión posparto envuelto de silencio.

—Totalmente. Descubrí que a mi madre, como a mí, le costó mucho quedarse embarazada, y ahora pienso que quizá también ella tenía endometriosis. Ella también tenía unas reglas muy dolorosas.

­—El doctor Carmona, en vuestra guía sobre la endrometriosis, nos dejó claro que el dolor de regla puede ser común, pero no es normal.

—Hace años era visto como algo normal. Una cosa es que la regla moleste y otra es que genere un dolor que puede ser incapacitante. Si te incapacita, no es normal. Si te deja en la cama, lo tienes que mirar. Hasta ahora, a mí me habían dicho: «Nada, es normal, un ibuprofeno y ya está. Es que te quejas mucho». Y de repente un traumatólogo te hace una resonacia magnética y te encuentra un poco de endometriosis. Y dices: «Pues yo tenía un poco de razón»...

­—¿Cuándo supiste que la tenías?

—A los 37 años, porque empezaron a dolerme los lumbares, iba al fisio, me hacían masajes, pero no se me pasaba. Acabé yendo a un traumatólogo y me descubrieron un poco de endometriosis. Conviví toda la vida con ello sin saberlo. Y es una enfermedad que va creciendo dentro de tu organismo y, si no se hace nada, el dolor se va haciendo mayor. A mí me afectó además a la fertilidad.

­—¿Ese amplio mundo de las opciones de la maternidad, entre otras por ovonación, lo descubres al filo de los 40?

—Sí. Yo antes lo desconocía. Jamás se me había pasado por la cabeza que tendría baja reserva ovárica y que iba a pasar a los 40 un proceso de fecundación in vitro. Por eso quise hacer el libro, para esa mujer que va por primera a una de esas clínicas, para que tenga información previa.

­—¿La salud sexual de las mujeres es aún algo secundario en la medicina?

—Sí. En mi caso, con la endometriosis, iba a pedir cita por la Seguridad Social y me daban para dentro de seis meses. Y yo lloraba y pensaba: «No puedo vivir con este dolor». Es muy frustrante. ­

—Nos advertiste hace poco que la sexualidad femenina está en la Edad Media.

—Sí, pero va avanzando, cada vez se habla más de ella. Y creo que en esto han ayudado las redes sociales, que han creado una red. Me escriben muchas mujeres preguntando por temas como la endometriosis o por la reproducción asistida. La infertilidad es un tema tabú, el gran tabú de la maternidad. Una mujer que no es fértil no se ve válida, manda ese concepto de que estamos hechas para procrear. A mí me salvó hablar de ello. Hablarlo fue lo que me mantuvo cuerda.

­—¿Hay, como cuentas en este libro, una web danesa donde se puede comprar esperma a la carta por 300 euros?

—Sí, y te mandan a casa una jeringuilla cargada con el esperma para que te lo inyectes. Puedes escoger al donante. Yo encontré uno del que decían: «Se parece a Jake Gyllenhaal».

—¿Lo mejor que encontraste en el camino a la maternidad?

—El respaldo de mis amigas.

—¿El momento más difícil que pasaste?

—El momento más duro fue cuando me hice la estimulación hormonal por primera vez y el doctor me dijo que me tenía que olvidar de ser madre con mis óvulos. Me derrumbé, llamé a mi madre, y ella me dijo: «No pasa nada si no eres madre». Pero sí pasaba... Volví a intentarlo y funcionó.

—¿El momento más difícil?

—El realizarte, tener éxito profesional, hace que vayas postergando la maternidad. Si quieres ser una mujer independiente, parece como que la maternidad no entra en tus planes. Tenemos que tener facilidades para compaginar las dos cosas.